El Museo del Prado, Patrimonio Nacional y la SEACEX (Sociedad Estatal para al Acción Cultural Exterior) han presentado, con la colaboración de la National Gallery of Art de Washington, la exposición “ El arte del poder. La real armería y el retrato de corte”, una muestra inédita que presenta la profunda relación entre los retratos de corte y las armaduras en ellos representadas desde el siglo XV al XVIII.

Como ha señalado el comisario de la exposición, Álvaro Soler del Campo, “la llegada de esta muestra al Prado supone la culminación de un proyecto iniciado con la exposición  de la Real Armería con la que Patrimonio Nacional clausuró el año de España en China”. Tras el éxito logrado en el gigante asiático la muestra fue reclamada por la National Gallery of Art de Washington donde alcanzó un éxito aún mayor con más de 250.000 visitantes. A raíz del triunfo internacional de la muestra y del personal interés de Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, la exposición por fin llega a Madrid con un discurso expositivo completado y mejorado gracias a la inclusión de algunas de las obras más representativas del Museo del Prado que por razones obvias no estuvieron presentes en las exposiciones anteriores.

“El arte del poder” gira en torno al verdadero significado de la piezas de armería en los retratos de corte de los monarcas españoles, unas piezas que mas allá de su carácter básicamente militar representaban un claro símbolo de poder con el que los monarcas remarcaban su importancia dinástica, su riqueza y su posición dominante.

Fue el emperador Maximiliano I quien convirtió las armaduras en algo más que un mero instrumento bélico al darse cuenta de que podrían ser un buen soporte en el que plasmar objetos decorativos llenos de mensaje. De este modo la decoración de las armaduras comenzó a ser un medio con el que transmitir el poder del monarca, sus virtudes o sus riquezas, muchas veces vinculándolas a temáticas de la mitología clásica en las que se comparaba al monarca con algún héroe clásico. Pero la decoración de las armaduras llego a su culmen con su nieto, el emperador Carlos V, quien con apenas siete años de edad ya aparecía completamente armado en su primer retrato.

Las fantásticas armaduras realizadas en esta época eran autenticas joyas, no solo por la gran labor artesanal de sus motivos decorativos sino también por los elevadísimos precios de las mismas, por ello dejaron de formar parte de los arsenales bélicos para pasar a las armerías y en el caso español a la Real Armería instituida por Felipe II, que a pesar de no ser tan apasionado de las armas como su padre Carlos V, decidió potenciar la colección de la armería real constituyendo lo que hoy en día es, junto a la colección imperial de Viena, una de las colecciones de armas más importantes del mundo.

A través de treinta y cinco pinturas y más de treinta piezas de la Real Armería de Madrid  “El arte del poder” incide en el papel transcendente de la armería como referencia esencial en el desarrollo del género del retrato armado a lo largo del renacimiento y el barroco. De este modo la exposición establece una relación directa entre los retratos de corte realizados por los grandes maestros como Tiziano o Rubens y las armaduras en ellos representados como por ejemplo “Carlos V en Muhlberg” de Tiziano acompañado de la impresionante armadura ecuestre del emperador realizada por Helmschmind, uno de los más importantes armeros del siglo XVI.

Junto a este espectacular conjunto la muestra ofrece al espectador un intenso recorrido en el que, rodeadas de cuadros de Velázquez, Rubens o Teniers entre otros muchos , podrán verse piezas forjadas por los armeros más relevantes del renacimiento como los hermanos Negroli, Wolfgang Grosschedel o los Leoni y  tan emblemáticas como la “Celada de parada del emperador CarlosV con el Toisón de oro”, lo que marcaba la condición de gran maestro de la orden, o la “Borgoñota de CarlosV”, en cuyos motivos decorativos queda simbolizada la victoria del cristianismo sobre el Islam.

Pero además la muestra plasma a la perfección la evolución del retrato de corte  a través de cuatro secciones diferenciadas:

La primera de ellas “El retrato de corte y las armerías de Carlos V y Felipe II” aborda el esplendor del retrato armado vinculado siempre a la imagen triunfante del monarca.

“La ausencia de retratos armados y su recuperación con FelipeIII” será la segunda sección de la muestra y en ella se refleja el cambio de actitud de Felipe II  cuyo gusto se inclinará más hacia la imagen clásica “ a la romana” o hacia el vestido de corte dejando a un lado las armaduras bélicas tan apreciadas por su padre Carlos V y que más tarde volvería a recuperar su hijo Felipe III.

La tercera parte de la muestra “La Real Armería en la pintura de corte del siglo XVII” profundiza en la relación que se estableció entre los fondos de la Real Armería y los retratos cortesanos ya que durante el siglo XVII los grandes maestros como Velazquez o Maino recurrían a las piezas de la Real Armería para retratar no solo a los monarcas sino también a la nobleza como el Conde Duque de Olivares, retratado por Maino con el estoque ceremonial de los Reyes Católicos o el Conde de Benavente retratado por Velazquez con armaduras pertenecientes a la Real Armería.

Por último “El retrato borbónico en armadura: la tradición francesa y española” aborda la retratística armada desde Felipe V, quien aunó el gusto francés con la tradición de los Austrias e incluso se retrato con la armadura de Felipe II, hasta Carlos III quien, pintado por Mengs, será el último monarca español retratado con armadura completa .

Se trata de una muestra sumamente interesante conceptualmente y de una calidad insuperable, pero además es una ocasión excepcional para poder contemplar reunidas por primera vez algunas de las obras más representativas del Museo del Prado enfrentadas a las piezas más relevantes de la colección de armaduras de la Real Armería de Patrimonio Nacional.
Marta de Orbe

“El arte del poder. La real armería y el retrato de corte”
Museo Nacional del Prado
Del 9 de marzo al 23 de mayo
Entrada: 10 euros en taquilla: 9 euros venta anticipada.

Artículo anteriorLos Críticos de Artes Visuales apoyan al director del MuVIM
Artículo siguienteCristina Lucas en Dominó Caníbal