¿Estuvo Churchill en Hendaya?

 Andrés Merino Thomas

La clasificación automática acrítica y políticamente correcta de la política internacional del régimen de Franco dentro del magma de los totalitarismos del siglo XX es un ejercicio historiográfico que se viene realizando con comodidad entre la mayoría de los autores que han publicado en las últimas décadas en nuestro país. Pero precisamente por ello cualquier abandono del discurso oficial está llamado a ser acogido por los lectores con inquietud e interés. Es más que previsible que sea el caso de “Entre la antorcha y la esvástica”, el ensayo que sobre la posición de España ante la Segunda Guerra Mundial nos propone Emilio Sáenz-Francés. Editado por Actas, nos encontramos con un sugerente ejercicio de investigación histórica sobre la evolución de las relaciones de nuestro país con el exterior en los años 40. Éstas fueron simbolizadas, al menos inicialmente, con las imágenes del encuentro de Franco con Hitler en la estación ferroviaria de Hendaya. Es lo que hoy llamaríamos un titular, aunque bien escaso, para comenzar las más de mil páginas que conforman un trabajo ingente de análisis de documentación que sorprende desde principio a fin.

Nos encontramos ante un trabajo bien realizado. Son varios los puntos de vista adoptados, en general coincidentes con las potencias interesadas o en conflicto: la propia visión española, donde puede hablarse de todo pero no precisamente de monolitismo. Buen ejemplo puede ser la caída de Serrano-Suñer y la presencia del Conde de Jordana como ministro de Asuntos Exteriores. Dos estilos bien diferentes suponen lecturas que Sáenz-Francés no deja de ofrecer con generosidad. Tampoco lo que podríamos denominar una perspectiva “alemana”. El autor nos propone una investigación en los propios archivos familiares de que fuera embajador en Madrid, Hans Adolf von Moltke. Si no se pudo lograr que España se alineara directamente con el Eje, el capítulo de miserables intrigas diplomáticas fue verdaderamente amplio, y el rastreo de pistas constituye un atractivo de la obra.

Especialmente sugestivos nos parecen los análisis que se contienen de varios protagonistas. Como muestra inicial citemos a Von Ribbentrop, prototipo de líder nazi: alguien sin formación, que había abandonado los estudios a los quince años. Quien fuera ministro de Asuntos Exteriores alemán durante la Guerra no podía presumir más que de un supuesto conocimiento del Imperio Británico por haber tenido tratos por comerciar con vino con escoceses. Y hablando de las Islas Británicas, llegamos por fin al gran protagonista que queda ensalzado en varias ocasiones en este libro. Un hombre expectante, como pocos, a los pasos que se daban en la España de Franco. Alguien que supo anticiparse como nadie a los peligros del nazismo: Churchill. Si su figura arroja claroscuros, en lo que respecta a España la historiografía va confluyendo, con matices, en una opinión: el régimen que se implantó tras la guerra civil iba a convertirse en la península en freno al expansionismo soviético. Y el premier británico lo intuyó, por lo que la Embajada británica en Madrid fue un punto neurálgico a nivel informativo en la Europa convulsa de la Segunda Guerra Mundial.

 

“Entre la antorcha y la esvástica. Franco en la encrucijada de la Segunda Guerra Mundial”

Emilio Sáenz-Francés San Baldomero

Madrid, Actas, 1006 pág.

ISBN: 978–84–9739–097–2

 

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