“Al calor del pensamiento. Obras de la Daros Latinamerica Collection”, es el título de la exposición que, del 3 de febrero al 30 de abril de 2010, organiza la Fundación Banco Santander en la Sala de Arte de la Ciudad Grupo Santander. El Director de la Fundación Banco Santander, Borja Baselga y el Director de la Daros Latinamerica Collection, Hans Michael Herzog, acompañados de varios artistas participantes en la muestra como Julio Le Parc, Humberto Vélez, Oswaldo Macia Gómez o Los Carpinteros inauguraron la muestra junto a la Comisaria, Katrin Steffen.

“No es una exposición más”, afirmó Borja Baselga, director de la Fundación Banco Santander en la rueda de prensa, “cada una de las piezas tiene un trasfondo intelectual, social, una manera distinta de aproximarse a la realidad, a lo imaginario, a las situaciones límites de nuestra sociedad”.  Son veintidós artistas y setenta creaciones que no sólo conforman una selección de lo más destacado de la Colección Daros Latinamerica -la más importante de Europa en arte contemporáneo iberoamericano- sino que refleja también su esencia en un espectacular montaje que dialoga continuamente con el público a través de todas y cada una de sus propuestas desde lo conceptual a lo estético y alegórico, como nos propone Liliana Porter para que nos convirtamos en transformadores de su obra arrancándola y tirándola al suelo constituyendo formas caprichosas.

Hay que destacar también, por primera vez dentro de la Colección Daros, la exposición de la obra de José Damasceno, El presagio siguiente; de Leandro Erlich, Las puertas; varios grabados de Liliana Porter y los dibujos de perfomances de Marta Minujín.

Es éste un recorrido por los maestros clásicos del arte contemporáneo del continente iberoamericano desde México hasta Argentina pasando por Brasil en un espacio de tres mil metros cuadrados. Autores de prestigio no sólo estético sino de simbolismo y compromiso, como Carlos Amorales, Belkis Ayón, Los Carpinterios, José Damasceno, Gonzalo Díaz, Leandro Erlich, León Ferrari, Rafael Lozano-Hemmer, Jorge Macchi, Oswaldo Macia Gómez, Marco Maggi, Cildo Meireles, Marta Minujín, Vik Muniz, Óscar Muñoz, Julio Le Parc, Liliana Porter, José Alejandro Restrepo, Miguel Ángel Rojas, Betsabé Romero, Doris Salcedo y Humberto Vélez.  Un repaso al extenso abanico de propuestas que abarca el arte contemporáneo iberoamericano actual –artes visual y auditivo, realidad virtual, simbolismo social, modos de cognición y percepción- desde los más veteranos autores presentes, León Ferrari (1920) y Julio Le Parc (1928) hasta los más jóvenes como Leandro Erlich (1973), Los Carpinteros (1971) o Carlos Amorales (1970).

El título de la muestra, Al calor del pensamiento, procede de una fascinante obra del chileno Gonzalo Díaz inspirada en el poeta alemán del XVIII, Novalis, concretamente en las palabras con que inicia su colección de fragmentos conocidos como Blütenstaub (Granos de polen): «Buscamos por doquier lo incondicionado y encontramos sólo cosas». La cita está escrita mediante resistencias eléctricas colocadas sobre baldosas de cerámica y se va calentando a intervalos regulares hasta ponerse al rojo vivo. Ésta interacción continua es lo que hace a esta muestra y su montaje, única.

UN RECORRIDO POR LA EXPOSICIÓN

Ayate Car, de la mexicana Betsabé Romero, en parte happening y en parte instalación es un coche modelo Ford Victoria decorado y tapizado su interior de rosas secas que dialoga en el primer plano de la Sala con el majestuoso tapiz de Bruselas, La exaltación de las Artes, tejido a finales del reinado de Felipe IV en el obrador de Jan Leyniers y perteneciente a la Colección Santander. Ayate Car desarrolla esa vertiente comprometida del arte iberoamericano, al enviar la artista este coche de los años cincuenta de Ciudad de México a Tijuana provocando la entrada ilegal del vehículo en Estados Unidos una deportación inmediata, quedando el coche en «tierra de nadie» de la frontera como un símbolo contra el maltrato a inmigración ilegal mexicana.

Julio Le Parc, una de las voces clásicas del arte iberoamericano, se inspiró en fuentes ajenas al sistema del arte, utilizando como materiales el movimiento y la luz artificial en sus Lumières alternées, una pulsación rítmica de luces y sombras con miras a transformar la arquitectura en un campo de fuerza móvil. Sus experimentos fotocinéticos permiten analizar el proceso visual.
Leandro Erlich, uno de los autores argentinos más jóvenes de la muestra, investiga las ilusiones ópticas desde una nueva perspectiva utilizándolas como medio artístico. En su instalación Las puertas el público se enfrenta a una serie de puertas cerradas con llave, por cuyos resquicios y ojos de cerradura se filtra la luz a raudales. Uno no puede más que abrirlas. En Tensión superficial, el mexicano Rafael Lozano-Hemmer  enfrenta al público con un ojo humano gigantesco que por medio de un sistema de seguimiento registra el movimiento que se produce a su alrededor, representando el intercambio íntimo entre la obra y quien la está contemplando.

Los grabados de la argentina Liliana Porter ponen de manifiesto que la interacción entre el público, la obra y el artista constituyó el elemento fundamental de una estética surgida en la década de 1960, cuyo propósito consistía en desarrollar nuevas formas de arte más allá de las instituciones y categorías. A mediados de dicha década, Porter fundó el New York Graphic Workshop, iniciativa colectiva orientada a difundir las obras de arte en serie.  El ejemplo más paradigmático de este concepto fue To Be Wrinkled and Thrown Away donde el propio título se encarga de facilitar las instrucciones de uso.

De los diferentes ámbitos artísticos manejados en la exposición, otra argentina, Marta Minujín, presenta varios dibujos de sus actividades públicas más relevantes -conocida a escala internacional por sus performances y happenings-, con los que desde la década de 1960 ha estado cuestionando radicalmente la relación entre arte y público. Así, en 1983, por ejemplo, levantó en Buenos Aires, su ciudad natal, un modelo a escala del Partenón, mediante libros que habían sido censurados durante la dictadura argentina, cuyo dibujo se expone en esta muestra.

León Ferrari, el artista más veterano del recorrido, se suele inspirar en motivos políticos y sus proyectos revelan otro aspecto de la urbanización desenfrenada y el caos resultante. La serie que se expone incluye arterias de tráfico, automóviles y figuras estereotipadas como visiones o caricaturas de la realidad y fue creada a principios de la década de 1980 Sao Paulo.  El brasileño Cildo Meireles capta la relación simbiótica de la locura y la razón en una imagen enigmática y global montada con argollas y cadenas. WWW (World Map) de Vik Muniz -un mapamundi compuesto enteramente de piezas de ordenador caducas- quiere advertirnos en su obra que la red global se convierte en la mera suma de sus componentes no conectados, inservibles, buscando en última instancia nuevas definiciones del medio fotográfico.

Los artistas cubanos que integran la cooperativa Los Carpinteros recurren a dibujos y objetos disparatados para esbozar un mundo privado como una paráfrasis del presente, salpicándolo de alusiones humorísticas y abundando en los comentarios sarcásticos sobre la vida cotidiana en Cuba, como su Sombrilla de madera y metal. Por su parte, la también cubana Belkys Ayón se inspira para la realización de sus grabados a modo de meditaciones artísticas en las leyendas de los abakuá, una sociedad secreta afrocubana destinada exclusivamente a los hombres.

La transmisión radiofónica del propio espacio expositivo de una carrera de caballos ficticia, incita al panameño Humberto Vélez en La carrera (clásico VII Bienal de Panamá) a una crítica y parodia de los sistemas sociales competitivos. Para su audioinstalación, titulada Something Going On Above My Head, el colombiano Oswaldo Macia Gómez compuso una sinfonía a partir del canto de dos mil pájaros procedentes de cuatro continentes. Le interesa el desarrollo de un lenguaje universal como desafío a la percepción.

La instalación en el suelo Hotbed, del uruguayo Marco Maggi, se asemeja a instrucciones para percibir la lentitud y el silencio, una especie de jardín zen con creaciones mínimas a partir de incisiones de precisión microscópica realizadas en papel níveo. La obra invita al espectador a descubrir un nuevo universo escultórico.   Carlos Amorales ha estado trabajando en su propio lenguaje para expresar la codificación del habla y en la percepción intuitiva, ampliando continuamente el archivo digital de imágenes que se ha convertido en su fondo iconográfico. Los motivos de Liquid Archive —criaturas híbridas, máscaras, aviones, etc.— producen mundos paralelos surrealistas y amenazadores.  En su O presságio seguinte (experiência sobre a visibilidade de uma substancia dinâmica), José Damasceno aborda las dimensiones mutables de un mundo en constante movimiento. La instalación otorga prioridad a la proximidad y el encuentro utilizando estímulos físicos (espacio, formas, materiales) para conducir a sus espectadores hasta el punto nodal de los hilos interpretativos.

Otro colombiano, Oscar Muñoz, lleva a cabo un exhaustivo análisis de los procesos de percepción y nuestra capacidad de recordar con Aliento, donde al exhalar nuestra respiración sobre un cristal emerge el rostro de un desaparecido en Colombia. Asimismo, en la obra de José Alejandro Restrepo también se pone de manifiesto el papel de la muerte como contraparte de la vida y co-artífice.

Jorge Macchi lucha contra el olvido disponiendo artículos de prensa sobre asesinatos en un frágil collage y haciendo hincapié en aquellas noticias que los lectores suelen olvidar tan pronto como pasan la página. Colocados horizontalmente, los artículos disfrutan por fin de espacio para narrar sus tragedias. La marginación y la hegemonía, así como los efectos de la guerra son las principales preocupaciones artísticas de Miguel Ángel Rojas y Doris Salcedo. Rojas presenta en fotografías en blanco y negro de gran formato  a un soldado mutilado del ejército colombiano, cuya postura nos recuerda al famoso David de Miguel Ángel.  Doris Salcedo transforma los procesos políticos y sociales en inquietantes esculturas — 6 de noviembre— que hablan del deseo y la pérdida, de la presencia y la ausencia, como este montaje espectacular de sillas y habitación.

LA COLECCIÓN DAROS LATINAMERICA

Más de 1.300 piezas y 100 artistas componen la Colección Daros Latinamerica, con sede europea en Zurich y sucursal americana en Río de Janeiro. La colección se instituyó en el año 2000 bajo la dirección de Hans Michael Herzog y en ella se integran la mayoría de artistas contemporáneos desde México a Tierra del Fuego que tienen o tendrán un impacto importante en el arte contemporáneo desde hace veinte años hasta ahora, aunque también están presentes piezas emblemáticas de los años sesenta y setenta y tanto iberoamericanos que residen en Europa como europeos que tienen su residencia definitiva en Iberoamérica. La obra más antigua de la Colección es un Torres García de 1938. Herzog afirma que “la colección es tan variada como la edad de los artistas, y lo que queremos es contribuir a una mejor comprensión del arte iberoamericano fuera de sus fronteras”, ya que lo que le fascinó es que en estos países “se piensa de manera más intensa”. Ruth Schmidheiny es la propietaria de esta Colección.

(Fotos cedidas por la Fundación Banco Santander)

DATOS DE INTERÉS
Organiza:    Fundación Banco Santander
Lugar: Sala de Arte Ciudad Grupo Santander.
Fechas:    3 de febrero – 30 de abril 2010
Comisaria: Katrin Steffen.
Director Daros Latinamerica Collection: Hans Michael Herzog
Horario: Grupos y visitas de Lunes a viernes de 10.00 a 17.00h
Sábados y domingos de 10.00 a 14.00 h.
Autobús gratuito a las 10 h. de lunes a viernes en Castellana 24 previa confirmación. Tfno: 917815158
Metro ligero: Cantabria
Entrada gratuita

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