Diálogos Sorolla & Velázquez
Museo Sorolla
Gral. Martínez Campos, 37. Madrid
Hasta el 24 de enero de 2010

El próximo domingo 24 cerrará sus puertas la exposición Sorolla & Velázquez que ha querido revisar la relación establecida con quien se convirtió en su gran maestro y referente artístico.

Bajo la atenta mirada de Menipo, procedente del Museo del Prado, abordamos el descubrimiento y comprensión de la obra velazqueña por parte de Sorolla. Cuando tenía diecinueve años le copia en la pinacoteca madrileña.

Aquí se muestran tres de esos trabajos entre ellos el lienzo del filósofo griego. Sorolla necesitará madurar artísticamente para empezar a entender a Velázquez lo que sucederá cuando conozca en París la pintura de otros creadores extranjeros influenciados por el pintor de pintores.

Uno de los que más llama su atención es el sueco Anders Zorn porque para Sorolla, Él había resumido lo que nosotros, teniendo en casa a Velázquez y contemplándolo todos los días, no vemos ni entendemos por sobra de prejuicios.

Joaquín Sorolla ya había asimilado la gran lección velazqueña cuando realiza sus obras maestras, como La bata rosa, donde logra pintar magistralmente la atmósfera, que en definitiva era lo que más admiraba de Velázquez, y lo hace con un lenguaje moderno, diferenciado y único que consigue singularizar esas escenas intrascendentes y espontáneas.

El Diálogo entre ambos pintores se desarrolla siguiendo tres ejes temáticos: Realismo, Retratos y Paisaje.

El realismo
Para Joaquín Sorolla todo es o tiende a ser pintura de la vida cotidiana y como tal trata cualquier género, vinculándose a la rica tradición naturalista española generará una obra de marcado carácter nacional que muchos contemporáneos entienden en términos de continuidad con los pintores antiguos.

Avanza así hacia un realismo optimista y costumbrista, más personal, interesándose antes del cambio de siglo por asuntos no exentos de tinte social, uno de cuyos máximos exponentes es Trata de blancas donde junto con Pescadores valencianos  o la acuarela El viejo del cigarrillo , pone el énfasis en la atmósfera que envuelve a los personajes, integrándolos en el espacio pictórico. Una investigación  bien podría integrar el apartado de los retratos.

Recoge una escena habitual en el laboratorio del Doctor Simarro que fue contemplada muchas veces por el artista valenciano, para el que lo cotidiano no tiene fronteras.

Retratos
Muchos de los autorretratos y retratos de Sorolla tienen una evidente filiación velazqueña. Las Meninas ejercerá una gran influencia en el tratamiento del género, siendo perceptibles sus huellas en Mis hijos  o en Autorretrato. En ambos deja asomar el lienzo sin pintar, estableciendo una relación dialéctica que lleva a pensar que son sus hijos los modelos que posan para este cuadro, permitiéndose además este recurso abrir la escena al espacio exterior a ella.

Dos retratos individuales Maria vestida de blanco  y Joaquín Sorolla García y su perro apuran la estrechez del formato velazqueño y nos remiten a la estela del recortado perfil del aposentador de Las Meninas, don José Nieto, así como a Esopo y a Menipo. El de su hijo se vincula también a los retratos de los varones de la familia real para la Torre de la Parada, con los que guarda coincidencias tanto iconográficas como compositivas.

Paisaje
El paisaje, tomado del natural, es un género esencial del que partirá la renovación pictórica durante el último tercio del siglo XIX. Pintar al aire libre es una necesidad y una filosofía vital para Sorolla. El interés que muestra por la naturaleza más agreste y singularmente por la Sierra del Guadarrama se hace patente a partir de 1906, adquiriendo unas connotaciones ideológicas que le vinculan al reformismo institucionista. Francisco Giner de los Ríos, Manuel B. Cossío o Aureliano de Beruete reconocen en estos parajes una de las señas de identidad nacionales, enlazándolos con la pintura de Velázquez, que representa el ideal de exactitud y simplicidad que persiguen los paisajistas modernos. El Guadarrama desde la Angorilla es un buen exponente de la revitalización pictórica de los paisajes de la sierra madrileña y del monte de El Pardo, reivindicados por la intelectualidad regeneracionista.

La imponente verticalidad del grupo de lanzas de los tercios españoles en La rendición de Breda, rota por diagonales, proyecta su eco en El baño de la reina, Valsain  y de manera más libre en Paisaje de San Sebastián.

Imágenes:
Diego Velázquez: Menipo..Museo Nacional del Prado.Madrid

Sorolla: Autorretrato, Mis hijos, Trata de blancas

Datos de la exposición:
ORGANIZAN: Ministerio de Cultura, Museo Sorolla y Fundación Museo Sorolla
COMISARIA: María Luisa Menéndez Robles. Directora del Museo Sorolla.
COMISARIA ADJUNTA: Almudena Hernández de la Torre Chicote.
Conservadora del Museo Sorolla
ASESOR: Javier Portús Pérez. Jefe del Departamento de Pintura Española (hasta
1700) del Museo del Prado
COORDINADORA: Arantxa Chamorro Malagón. S.G. Promoción de las Bellas
Artes. Ministerio de Cultura
DISEÑO Y DIRECCIÓN DEL MONTAJE: Polosequeros arquitectos.
MONTAJE: Exmoarte
GRÁFICA: Abril & Delacarrera
AUDIOVISUAL: JAB

Datos de interés:

Diálogos Sorolla & Velázquez
Museo Sorolla
Gral. Martínez Campos, 37. Madrid
Hasta el 24 de enero de 2010

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1 COMENTARIO

  1. que bueno que organizaciones como la suya sigan motivando a la gente a que aprecien el arte de estos dos artistas, gracias por hacerlo

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