La muestra reúne más de 200 obras del músico y de Duchamp, Warhol, Rauschenberg, Nam June Paik y Fluxus, entre otros

«La gente lo llama ruido… pero él lo llama música». Así tildó el Chicago Daily News el 19 de marzo de 1942 las composiciones de un incipiente John Cage (1912-1992). Aquel ruido, hecho a base de palos de madera, contenedores de agua, cazuelas de latón, tuberías de hierro, silbatos y demás objetos de percusión, pronto dio paso al silencio, cuyo clímax es la célebre partitura 4’33’ (1952). Al igual que las latas de sopa Campbell de Andy Warhol, la pieza muda cageana es uno de los iconos de la cultura popular. Mucho se ha hablado de Cage, ¿pero quién fue realmente? Su figura, a menudo citada, todavía hoy resulta poco comprendida, tal es el horizonte conceptual del arte de posguerra que abarcó.

Bajo el título La anarquía del silencio. John Cage y el arte experimental, el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA) presenta no sólo la mayor exposición dedicada al músico desde su muerte, sino la primera en contextualizarlo en la historia de las artes visuales, musicales y escénicas. Pocos meses después de su muerte, el Museum of Modern Art de Los Angeles presentó una gran retrospectiva itinerante realizada bajo la supervisión del maestro cuando aún estaba vivo. Ahora, casi dos décadas después, el MACBA presenta esta revisión histórica realizada por la comisaria Julia Robinson, perteneciente a otra generación. La exposición, coproducida junto con el Henie Onstad Art Centre de Noruega, traza un recorrido cronológico por toda la carrera artística de Cage, desde los años treinta hasta finales de los años ochenta del siglo pasado, a partir de más de 200 obras, entre partituras originales, pinturas, piezas sonoras, esculturas, películas e instalaciones multimedia.

No todas son de Cage; las hay también de Marcel Duchamp, Robert Rauschenberg, Andy Warhol, La Monte Young, Nam June Paik y Fluxus, entre otros muchos artistas. Porque Cage no sólo tuvo grandes amistades: dinamitó hasta tal punto las convenciones artísticas establecidas, para exasperación de músicos y públicos, que su influencia llega hasta nuestros días. Fue todo un innovador, como pretende transmitir esta exposición que se suma al festival de actividades que Barcelona dedica este otoño a John Cage y Merce Cunningham bajo el eco de la famosa pregunta cageana: «¿Acaso tememos haber malogrado el silencio?».

«No es un compositor sino un inventor… un genio». Dice la leyenda que así se refirió el compositor Arnold Schoenberg al que fuera su alumno. Gestas aparte, lo cierto es que Cage es uno de los creadores fundamentales del siglo XX, no sólo por lo radical de sus propuestas, sino por lo extenso de su producción. Como músico, pero también como filósofo, poeta y artista, redefinió una práctica radical de la composición experimental que no sólo cambió el curso de la música y la danza modernas, sino que configuró un nuevo horizonte para el arte del nuevo siglo. Nacido en Los Angeles, se instaló en Nueva York hacia 1940, actuó en numerosas ocasiones en Europa y se labró una fama internacional a base de cuestionar continuamente las convenciones de la música. Su carrera, que se inició en la década de los años treinta del siglo pasado y se prolongó durante más de cincuenta años, dio lugar a innumerables innovaciones formales, estructurales, temporales y tecnológicas que se han convertido en piedras angulares del pensamiento contemporáneo.

No es extraño que la obra de John Cage «resuene» en el interior del Museu d’Art Contemporani de Barcelona. Desde el comienzo de su trayectoria, el compositor actuó en museos y galerías. Los públicos más avanzados en la producción artística fueron con gran frecuencia más receptivos a su proyecto, contrario a toda imposición disciplinar, que los públicos asiduos a la música moderna. Su debut en Nueva York, una interpretación de conjunto de percusión que se celebró en febrero de 1943, no se celebró en una sala de conciertos o en un auditorio universitario. De hecho, tuvo lugar en el Museum of Modern Art de Nueva York (MoMA). Existen muchos Cages, y al que ha querido resaltar esta muestra es al Cage innovador irreprimible. Es decir, adopta el punto de vista de que el creador alteró el rumbo del arte de posguerra a través de sus composiciones y no con su dedicación al arte, que fue algo tardío en su trayectoria.

El «silencio» y la composición aleatoria

La anarquía del silencio. John Cage y el arte experimental recorre de forma cronológica toda la carrera artística del compositor, desde el «todo es sonido» hasta el «siempre hay sonido», de manera que cada cambio de década señala una nueva visión (o logro) de su obra. No en vano Cage buscó entender los progresos de cada década a medida que se iban produciendo, como la aparición de la televisión. Así, se muestran los primeros intentos de expandir los parámetros de la música de percusión en los años treinta con «instrumentos» cada vez menos convencionales (barajas de naipes, silbatos, radios…); el desarrollo del «piano preparado» en los años cuarenta tras un hallazgo fortuito, de manera que este instrumento se convirtió en «una orquesta de percusión bajo el “control” de un único intérprete»; su histórica teoría del silencio de los años cincuenta (que culminó en la partitura 4’33’’) tras su famosa epifanía en la cámara anecoica en 1951 en la Harvard University (en la que no fue capaz de percibir el silencio porque las reverberaciones producidas por su sistema circulatorio y su sistema nervioso lo distorsionaron); sus viajes por Europa; sus escritos y sus conferencias, recogidas en libros como Silence (1961); las colaboraciones multimedia a gran escala de las décadas posteriores; y la política de la anarquía que desarrolló al final de su vida y que da título a esta exposición. La parte central de la exposición comprende los espacios que tratan el «silencio» cageano, la composición aleatoria y la indeterminación (1948-1952), lo que se produce hacia la mitad de su carrera.

La muestra también destaca la influencia del músico en otros creadores a través de obras de artistas coetáneos o posteriores. Entre las piezas destacan partituras originales de Cage, algunas inéditas, así como ejemplos de la reescritura estratégica que hizo de 4’3’’ y de sus múltiples interpretaciones, como la del estreno a cargo del virtuoso pianista y amigo personal suyo David Tudor. También la tabla de ajedrez electrónica que hizo con Duchamp en 1968, las White Paintings (1951) de Rauschenberg y la única colaboración explícita entre éste y Cage (Automobile Tire Print, 1953), y las nubes de plata y Empire (1961), de Warhol. De los artistas representados, uno destaca como equiparable a Cage e, incluso, como una figura que el propio compositor admiraba: Duchamp. Su obra Three Standard Stoppages (1914) parece estar dotada del mismo potencial de azar e indeterminación que caracterizó la obra de Cage a partir de Music of Changes y 4’33’’. «Debo de haber estado unos cincuenta años por delante de mi época», le dijo una vez bromeando Duchamp a Cage, algo de lo que el músico también habría podido alardear.

La muestra ha contado con el apoyo del John Cage Trust y de varias instituciones, como el Museum of Modern Art de Nueva York, el San Francisco Museum of Modern Art, la Robert Rauschenberg Foundation, el Getty Research Institute y la Fundació Antoni Tàpies, entre otras. No es casual que la exposición se presente en Barcelona, pues la relación que Cage mantuvo con España y Cataluña fue continua. Primero, durante sus estancias en Cadaqués, donde pasó muchos veranos junto a Duchamp y entró en contacto con la escena artística e intelectual del país. Luego, en 1972, cuando fue invitado a participar en los Encuentros de Pamplona. Diez años más tarde expuso en la Galería Cadaqués y en 1991, poco antes de morir, presentó Essai en el Espai Poblenou de Barcelona, exposición acompañada de una conferencia en el Instituto de Estudios Norteamericanos.

Festival de otoño Cage + Cunningham

La anarquía del silencio. John Cage y el arte experimental se presenta en el marco del festival de otoño Cage + Cunningham, organizado por el Ayuntamiento de Barcelona con ocasión de la visita de la Merce Cunningham Dance Company a la ciudad, en el que colaboran ocho instituciones: el Mercat de les Flors, la Fundació Antoni Tàpies, BCN 216, el Institut del Teatre, Arts Santa Mònica, Conservas, el Teatre Tantarantana y el MACBA. En el caso del Museo, la exposición irá acompañada de conferencias, conciertos, proyecciones, performances y talleres que ocuparán no sólo el Auditorio del MACBA sino también el atrio y las salas de la exposición. Estas actividades contarán con la participación de la comisaria, Julia Robinson; la pianista Margaret Leng Tan, que colaboró con Cage y es una destacada intérprete y estudiosa de sus obras; el violinista norteamericano Malcolm Goldstein y el percusionista alemán Matthias Kaul, que ofrecerán un programa conjunto; los poetas experimentales Eduard Escoffet y Bartolomé Ferrando, y la Merce Cunningham Dance Company, que presentará diversos aspectos de su actividad, desde los talleres de danza en familia que ofrece en el Whitney Museum, pasando por una selección de los trabajos fílmicos de Cunningham, hasta coreografías adaptadas al contexto de la exposición. Además, el MACBA organiza una gran performance colectiva de la obra Musicircus for children, representativa de la última etapa de Cage, con la participación de alumnos de las escuelas de música de la Associació Catalana d’Escoles de Música, alumnos de la Escola Infantil i Juvenil de Circ de l’Ateneu Popular de 9 Barris y bailarines participantes en el taller que la Merce Cunningham Dance Company ofrecerá en el Institut del Teatre.

La anarquía del silencio
John Cage y el arte experimental

Del 23 de octubre de 2009 al 10 de enero de 2010

Inauguración: jueves 22 de octubre a las 19.30 horas.

■ MACBA. Plaça dels Àngels, 1. 08001 Barcelona. www.macba.cat

■ HORARIOS: Lunes, miércoles, jueves y viernes, de 11 a 19.30 h; sábados, de 10 a 20 h; domingos y festivos, de 10 a 15 h; martes no festivos, cerrado. Visitas guiadas diarias.

■ CONFERENCIA: Viernes 23 de octubre (19.30 h). A cargo de Julia E. Robinson, comisaria.

■ CONCIERTOS: Viernes 23 de octubre (21 h). Concierto a cargo de Margaret Leng Tan (piano preparado). Selección de obras breves de John Cage para piano preparado. Auditorio MACBA. Aforo limitado. / Jueves 29 de octubre (21 h). Concierto a cargo de Malcolm Goldstein (violín) y Matthias Kaul (percusión). Selección de obras de John Cage para violín y percusión.

■ PROYECCIÓN: Jueves 12 de noviembre (19.30 h). Selección de películas del archivo de la Merce Cunningham Dance Company. Presentación a cargo de Trevor Carlson, manager de la compañía.

■ DANZA: Jueves 19 de noviembre (19 h). MiniEvents de Merce Cunningham. A cargo de estudiantes participantes en el taller de la Merce Cunningham Dance Company en el Institut del Teatre.

■ PERFORMANCE: Jueves 26 de noviembre (19.30 h). Sixty-two Mesostics re Merce Cunningham, de John Cage. Por Eduard Escoffet y Bartolomé Ferrando.

■ TALLER DE DANZA: Sábado 14 de noviembre (12 h y 17.30 h), domingo 15 de noviembre (12 h) y sábado 21 de noviembre (12 h y 17.30 h). Para niños y familias. A cargo de la Merce Cunningham Dance Company. Inscripción previa (educacio@macba.cat).

■ CIRCO Y MÚSICA: Domingo 22 de noviembre (de 12 a 14 h). Musicircus for children, de John Cage. Atrio y salas del MACBA.

■ VISITA-TALLER: del 23 de octubre de 2009 al 10 de enero de 2010. ¡Todo lo que nos rodea es música! Sábados, a las 17.30 h. Reserva previa (educacio@macba.cat).

Artículo anteriorEva Lootz gana el Tomás Francisco Prieto 2009, de la Casa de la Moneda
Artículo siguienteLa correspondencia entre Felipe V y Luis XIV