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Después de la alambrada. El arte español en el exilio 1939-1960, organizada por la SECC

La vicerrectora de Proyección Cultural y Social de la Universidad de Zaragoza, Concepción Lomba; el director de proyectos de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), Xosé Luis García Canido; y el comisario de la muestra, Jaime Brihuega han presentado en el Paraninfo (Universidad de Zaragoza) la exposición ‘Después de la alambrada. El arte español en el exilio (1939-1960)’, una muestra organizada por la Universidad de Zaragoza y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), bajo la coordinación del Ministerio de Cultura, para recordar el 70 aniversario del comienzo del exilio.

La exposición, que se inaugurará esta tardea las 20,00 horas y permanecerá en el Paraninfo hasta el 13 de diciembre, reúne casi 200 piezas de medio centenar de artistas y analiza por primera vez en profundidad los distintos exilios geográficos, sociológicos, ideológicos y estéticos que desgarraron e impregnaron el arte español del siglo XX.La Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), bajo la coordinación del Ministerio de Cultura, y la Universidad de Zaragoza recuerdan el 70 aniversario del comienzo del exilio con la exposición Después de la alambrada. El arte español en el exilio 1939-1960, que analiza por primera vez en profundidad los distintos exilios geográficos, sociológicos, ideológicos y estéticos que desgarraron e impregnaron el arte español del siglo XX. La exposición, comisariada por Jaime Brihuega, reúne casi doscientas piezas de medio centenar de artistas que evidencian la importancia de la cultura artística del exilio y su aportación fecunda a las nuevas tierras de acogida. La muestra también ahonda en las claves temáticas y formales del imaginario artístico del exilio, así como en los elementos que asociaron o disociaron el arte producido antes y después de la contienda fratricida.

Como el resto de nuestro acontecer histórico y cultural, el arte español del siglo XX quedó violentamente fracturado por el conflicto bélico de 1936 y su fatal desenlace, partiéndose en dos hemisferios cronológicos claramente diferenciados y separados por la guerra civil. Los efectos de tal corte se acrecentaron más aún, si cabe, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Con ella se perturbó también el hilo conductor de la cultura artística internacional y se congeló momentáneamente el marco de referencias que había venido presidiendo la modernización de la cultura artística española durante todo el primer tercio de siglo. El aislamiento internacional de la España de la Autarquía terminó de sellar con rigor el muro de esta frontera del tiempo histórico. En medio de tales circunstancias, tras la victoria de los sublevados, muchos españoles fieles a la República se vieron forzados a abandonar el territorio nacional. Entre ellos un buen número de artistas que, por razones políticas o de asfixia cultural, debieron exiliarse y se dispersaron por varios rincones del planeta.

El espacio cronológico que plantea la exposición tiene como límites simétricos los años 1939 y 1960, dos hitos claros en el proceso evolutivo del arte español. La primera fecha marca el final de la guerra civil y el comienzo del exilio mientras que la segunda señala el inicio de modernización que comenzó a manifestar el arte en la España gobernada por Franco. Sobre este segmento histórico se despliega una reflexión estética e ideológica acerca del arte del exilio español en su conjunto, abordando la naturaleza de las transformaciones experimentadas por los lenguajes visuales que los artistas transterrados llevaban como equipaje al abandonar España y ahondando en la tensión que se produjo entre la persistencia (o desvanecimiento) de la memoria del origen y su metamorfosis a partir de la irrupción del nuevo paisaje histórico, cultural y estético que supusieron los nuevos contextos.

La muestra reúne casi doscientas piezas que han sido cedidas para la ocasión por más de 70 colecciones públicas y privadas de dentro y fuera de nuestras fronteras. La restricción en el número de artistas representados obedece a la intención de huir de la minuciosidad erudita por lo que se ha seleccionado al medio centenar de nombres historiográficamente más consolidados. De ellos, se exponen no sólo algunas de las obras que realizaron durante su exilio sino también algunas de las piezas que crearon durante el periodo republicano con el objetivo de dotar al espectador de una mirada activa que le haga reflexionar sobre la mutación de los paradigmas argumentales y estéticos del arte español de los años treinta o, por el contrario, sobre el espejismo de su continuidad. La exposición ofrece, además, la posibilidad de ver por primera vez en España algunas obras de Remedios Varo (El Tifora,l 1947), Moreno Villa (Nocturno, 1950-1952), Manuela Ballester (Retrato de Totli, 1949), Elvira Gascón (Cristo, c. 1957) y Martín Durbán (Maternidad, 1943), entre otros.