Esfera Interior-Foto. César Lucas AbreuUna transformación poética del espacio

La obra Esfera Interior. Poesía y música en el entorno abraza el Templete de la Poesía, las Pérgolas Musicales y el Bosque de Piedra que componen la intervención artística de la escultora en el Parque del Barrio del Señorío

El Parque del Barrio del Señorío, en la localidad madrileña de Navalcarnero, alberga la más reciente creación artística de la artista María Carretero. Un conjunto escultórico basado en el estudio del espacio y el paisaje que se extiende a lo largo una amplia superficie, fruto de la transformación de lo que antes eran unos terrenos baldíos próximos a una zona residencial y un parque en el que se han conservado todos los olivos centenarios, que sirven de referencia espacial e histórica al conjunto.

Esfera interior. Poesía y Música en el entorno
La obra Esfera interior. Poesía y Música en el entorno abre un camino  al espectador que quiere ir al paisaje más íntimo de su existencia para poder contemplar el exterior y dialogar con la naturaleza. El conjunto hace referencia a otras disciplinas artísticas necesarias para entender el paisaje, en una creación sinfónica de pensamiento, piedra y metal. La obra plantea un interrogante al espectador que quiere ir al paisaje más íntimo de su existencia, para contemplar el exterior desde un diálogo con la naturaleza.

Tras descender por unas escaleras de piedra casi místicas, construidas en granito de porriño, el caminante encuentra el eje central de la obra realizado en acero cortén. Una pieza de aproximadamente 20 metros de altura, que se alza como un faro del conocimiento sobre las dunas de piedra y dados de granito que establecen una suerte de diálogo a lo largo del parque.

El segundo espacio del conjunto escultórico realizado por María Carretero para la localidad de Navalcarnero es el Templete de la Poesía, dedicado a Rubén Darío. La obra consiste en área a modo de anfiteatro, con dos sillones de piedra principales de gran volumen y veintiséis piezas de granito de Finlandia, ejecutados en diferentes alturas y medidas.

La intervención artística cobra así un gran movimiento completándose con un escenario en piedra de siete metros de diámetro y con pilares de cinco metros de altura, con estructura de acero inoxidable y una cubierta, con forma a modo de tres medias lunas, realizada en metacrilato verde. El conjunto se completa con una selección de tres poemas de Rubén Darío, publicados en Cantos de vida y esperanza y Prosas profanas y otros poemas, grabados en piezas únicas a modo de libros-jardinera para invitar a los paseantes a la lectura y contemplación del paisaje y pensamiento.

El tercer elemento creado por María Carretero para el Parque del Barrio del Señorío son las Pérgolas Musicales, ubicadas en el fluir de la pizarra verde gallega, que domina todo el paseo. Encintadas en piedras de filita roja, también gallega, las pérgolas están realizadas en dos jardineras monumentales de granito de porriño, con un monolito –o monol-hito, como lo describe la autora– y una fuente modelada en granito de Finlandia, donde se trazan donde se trazan huecos de aire o sonido en forma de círculo representando las siete notas musicales. La estructura se eleva a una altura aproximada de tres metros sobre la jardinera realizada en granito de porriño con ocho unidades a media esfera de acero inoxidable, cubiertas por metacrilato de color verde oliva. Este conjunto quiere evocar cómo la música es la disciplina artística que llega de una forma más inmediata a las personas.

Por último, la obra está culminada por ocho piezas monumentales de granito verde sudafricano, que conforman El Bosque de Piedra. Colocadas a diferentes alturas y horadadas en su parte inferior y superior para permitir que fluya el agua, estas piezas también están elevadas sobre una duna en forma de media esfera, por las que el espectador puede pasear sin barreras entre el espacio que crea el agua y la piedra. Todas las áreas están señalizadas en piedra de Finlandia y firmadas por la artista, dado que son obras originales y específicas para el Ayuntamiento de Navalcarnero.

María Carretero
La artista María Carretero (Madrid, 1963), vive y trabaja entre Madrid, Galicia y Lanzarote. Ha realizado estudios de arte en Colonia, ampliados en París, Londres, Roma y Estados Unidos. A lo largo de su carrera profesional ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas, nacionales e interna¬cionales y su obra se encuentra representada en museos y prestigiosas colecciones privadas de todo el mundo.

Ha organizado diversos talleres en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander (2006 y 2007), así como el seminario titulado «Interrogantes del arte público en el paisaje urbano y natural» que coordinó en 2008 en dicha universidad y en el que participaron personalidades de renombre internacional como el maestro arquitecto japonés Kiyonori Kikutake y el director del Museo Alvar Aalto, Markku Lahti. Asimismo, ha participado en seminarios de incorporación de las Artes en los espacios públicos y en diferentes Bienales de Arquitectura, como la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires, Bienal de Escultura de San Francisco, y Bienal de Escultura de Providence-Rhode Island, (EE.UU.) entre otras.

Su labor artística está enfocada a la recuperación de espacios exteriores y el cuidado del entorno, siendo uno de sus más destacados trabajos el conjunto escultórico en el Camino de Santiago ‘Homenaje al Peregrino’ en la Villa de Sarria (Lugo), 1993-1996,  proyecto en el que la artista continúa trabajando en la actualidad, de cara a la celebración del Año Santo Xacobeo en 2010.

Otras obras destacadas son ‘Olimpo Celta XXI’ en Padrón realizada en piedra gallega, acero cortén y acero inoxidable en el año 2001 y ‘Hueco de Agua’, en Navalcarnero (Madrid), realizada en el año 2006. La instalación escultórica ‘Palmera en la Pirámide’ y ‘Reflejo de Luna’ es su proyecto más reciente. También hay que destacar la colección de joyas realizadas en piedra, oro y plata, murales y pinturas, así como trabajos de porcelana y cerámica.

La proyección de su escultura, tanto monumental como en medidas más íntimas, está dedicada al respeto a la naturaleza y al cuidado del entorno, integrando obras de arte y transformando el espacio cotidiano. De esta manera, María Carretero aborda la creación artística a partir de la idea de no separar, sino interrelacionar diferentes disciplinas como escultura, arquitectura, dibujo, pintura, filosofía, poesía o música.

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