El artista norteamericano Bill Viola ha sido proclamado ganador de la XXI edición del Premi Internacional Catalunya 2009, como reconocimiento «de su obra a la vez artística y técnica, personal y espiritual, mediante el uso del videoarte, del cual es pionero». Un premio que será entregado el próximo 30 de junio y que coincidirá con la exposición dedicada al artista americano en el Bòlit, Centro de Arte Contemporáneo de Girona.

Bill Viola (Nueva York, 1951) es un pionero del videoarte, reconocido internacionalmente a la vez como un innovador y un clásico. Su obra ha sido fundamental en el establecimiento del vídeo como forma vital del arte contemporáneo. A lo largo de sus 35 años de actividad profesional, Viola ha producido cintas de vídeo; instalaciones arquitectónicas virtuales; sonidos ambientales; actuaciones de música electrónica; piezas de vídeo en pantalla plana y obras para ser emitidas en televisión.

El secretario general adjunto de la Presidencia, Jordi Menéndez, y el presidente delegado del Premio, Xavier Rubert de Ventós, han hecho público el nombre del ganador en el curso de una rueda de prensa, en el Palau de la Generalitat. Según han explicado, con el galardonado de este año se ha querido poner de manifiesto el valor del arte, de la innovación y una visión actual postmoderna de la realidad. Se ha querido destacar, en palabras de Jordi Menéndez, una personalidad referente dentro de un campo innovador, una persona poco convencional, pero incuestionable desde el punto de vista de los méritos.

El videoarte es una actividad artística basada en el aprovechamiento de las posibilidades de comunicación que ofrece el medio televisivo y, concretamente, el vídeo. Éste comienza a ser usado por Bill Viola y otros artistas a mediados de los años sesenta y alcanza su pleno desarrollo a principios de los setenta.

Bill Viola es, pues, un pionero del videoarte, y actualmente es reconocido internacionalmente como artista innovador y clásico a la vez. Ha sido fundamental en el establecimiento del vídeo como forma vital de arte contemporáneo, y al hacerlo ha contribuido a ampliar su campo en términos de tecnología, contenido y alcance histórico. A lo largo de 35 años ha producido cintas de vídeo, instalaciones arquitectónicas virtuales, sonidos ambientales, actuaciones de música electrónica, piezas de vídeo en pantalla plana y obras para ser emitidas por televisión.

Las videoinstalaciones de Bill Viola –montajes completos que envuelven al espectador con su imagen y sonido– utilizan las tecnologías más avanzadas y se distinguen por su precisión y simplicidad directa. Son exhibidas en museos y galerías de todo el mundo y se encuentran en las mejores colecciones. Sus vídeos han sido ampliamente emitidos y representados cinematográficamente, y sus escritos han sido extensamente editados y traducidos en todo el mundo.

Viola utiliza el vídeo para explorar el fenómeno de la percepción como vía para el conocimiento de uno mismo. Sus trabajos se centran en experiencias humanas universales –nacimiento, muerte, evolución de la conciencia– y tienen sus raíces tanto en el arte oriental como en el occidental, así como en las tradiciones espirituales mencionadas anteriormente.

Utilizando el lenguaje interno de los pensamientos personales y la memoria colectiva, sus vídeos llegan a una amplia audiencia y permiten a los espectadores experimentar el trabajo directamente sin demasiadas explicaciones.

Para contribuir a esta implicación del espectador con la imagen y para que conecte profundamente con sus significados, Viola emplea a menudo técnicas de cámara ultralenta (ultra slow-motion). Este hecho implica que su obra sea aceptada y entendida fuera de los circuitos habituales del arte contemporáneo. Como consecuencia recibe todo tipo de críticas, algunas que lo magnifican y otros que critican la obviedad de sus trabajos.

En palabras de Juan Manuel Bonet, crítico de arte y miembro del jurado del Premio Internacional Catalunya, “Bill Viola es un artista que piensa, y que piensa sin gafas, acerca del arte de todos los siglos. Conseguir dar al arte del vídeo una tensión espiritual tan extrema constituye una auténtica proeza. Si a la escena de dicho entre-dos-siglos hay un creador del que se puede afirmar que, siendo moderno, ha sabido asimilar la lección de los maestros de antaño –por ejemplo, la del inmortal Vermeer o, en el terreno de la palabra, la de san Juan de la Cruz–, éste es Bill Viola, en cuya poética se funden, de una manera personal, tradición y vanguardia”.

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1 COMENTARIO

  1. No se puede dudar de la capacidad intelectual, erudición, y de pensamiento de
    Carmen Iglesias, autora de «No siempre lo peor es cierto».
    Al leer y releer atentamente el artículo de Andrés Merino Thomas se penetra más
    en la visión histórica y, además, con un final optimista, positivo, invitando a ……
    «tomar conciencia. Constatar. Un reto que siempre merece la pena.»
    Gracias.
    Gonzalo Cuesta.

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