bentoxvi-30-10052007Un apasionante recorrido por los principales lugares bíblicos del país

El Papa Benedicto XVI visita los Santos Lugares entre el 8 y el 15 de mayo. Un viaje que, en palabras del pontífice, lleva acabo «para pedir al Señor, visitando los lugares santificados por su paso terreno, el precioso don de la unidad y de la paz para Oriente Medio y para toda la humanidad». Parte esencial de este recorrido ha trascurrido en Jordania. No en vano en su territorio se encuentran lugares tan emblemáticos como Betania, donde Jesús fue bautizado por Juan; el monte Nebo, desde el que Moisés contempló la Tierra Prometida que él jamás pisaría; además de lugares míticos como el castillo de Herodes o las ruinas de las pecadoras Sodoma y Gomorra.

Jordania es un país moderno con una cultura antigua, una tierra que el visitante podrá recorrer por los valles, colinas y planicies cuyos nombres se han convertido en parte de la historia de la humanidad gracias a las sencillas hazañas y profundos mensajes de los profetas que pisaron esta tierra y cruzaron sus ríos en vida. Muchos de los lugares donde se dice que los profetas realizaron sus milagros y tendieron la mano a la gente corriente, están perfectamente identificados, han sido excavados y protegidos, y, además, son de fácil acceso para los visitantes.

Jordania valora la diversidad étnica y religiosa de su población y, por lo tanto garantiza el derecho a la cultura y la educación de todos sus ciudadanos. Este espíritu de tolerancia y reconocimiento es uno de los elementos que más ha contribuido al clima de estabilidad y paz de Jordania. Más del 92% de los jordanos son musulmanes sunís y aproximadamente el 6% son cristianos. La mayoría de éstos pertenecen a la Iglesia ortodoxa griega, pero también hay católicos griegos, una pequeña comunidad de católicos romanos, ortodoxos sirios, ortodoxos coptos, ortodoxos armenios y algunas denominaciones protestantes.

5-moisesEl monte de Moisés

Una de las principales visitas del Papa ha sido al lugar más venerado de Jordania: el monte Nebo, el monumento a Moisés y donde presuntamente murió a la edad de 120 años y fue enterrado el profeta. Desde una plataforma situada delante de la iglesia se puede disfrutar de una espectacular vista sobre el valle del Jordán y el Mar Muerto. Esta es la misma que Dios mostró a Moisés, con el fondo de la Tierra Prometida, pero a la que jamás pudo llegar. En el mirador hay un gran monumento moderno en bronce que representa el sufrimiento y muerte de Jesús en la cruz y la serpiente que Moisés levantó en el desierto. Parece el lugar ideal para hacerse una foto, como en su visita hizo Juan Pablo II hace nueve años. Tras consultar con el oráculo, se dice que Jeremías ocultó el Arca de la alianza, la carpa y el altar de incienso en el monte Nebo. Naturalmente, aún no se han encontrado.

Poco más hay en esta cumbre. El museo contiene interesantes mosaicos y un mapa en tres dimensiones de la zona y en la basílica, con partes del siglo VI, hay un espectacular mosaico de 9 x 3 metros muy bien conservado que representa escenas de caza y pastoreo, así como una amplia variedad de animales africanos.

bautismoOrillas del río Jordán

Lugar en el que se estableció Juan Bautista, Betania de Transjordania, es también donde Jesús fue bautizado y se conoce desde hace mucho tiempo por los textos bíblicos y por los textos medievales y bizantinos. En la actualidad es un enclave arqueológico en el que se trabaja con intensidad para dejar al descubierto las canalizaciones y las construcciones que sirvieron a Juan el Bautista para desempeñar su ministerio. Las excavaciones principales se llevan a cabo en una zona muy próxima al río y las obras han dejado al descubierto los restos de tres iglesias superpuestas que, se supone, marcan el lugar donde fue bautizado Cristo.

Los sitios de la zona de Betania formaban parte de la antigua ruta de peregrinaje cristiano entre Jerusalén, el río Jordán y el monte Nebo. Muy cerca se encuentra el monte de Elías, donde existen diversos vestigios de un antiguo monasterio, canalizaciones y piscinas utilizadas para bautizar a los fieles. Entre los numerosos restos existentes cabe destacar una placa negra que marca el lugar donde, según narran las Escrituras, el profeta subió a los cielos arrebatado por un carro de fuego.

Otros lugares de interés

Aunque Nebo y Betania son los lugares más vinculados al cristianismo y a la tradición bíblica, y son los que el Papa ha visitado con más detenimiento, a lo largo de todo el país hay muchos otros que tienen su reflejo en las Sagradas Escrituras y que, en todo caso, no pueden faltar en un recorrido turístico por Jordania. Por ejemplo, la capital, Amman, es el lugar donde sucedió la historia bíblica de David y Goliat. Está coronada por la Ciudadela, una colina con las ruinas del Templo de Hércules, el Palacio Omeya y una Iglesia bizantina. En este enclave, que posee más de 3.000 años de antigüedad, se encuentran numerosos restos arqueológicos romanos, otomanos y de otras culturas, que están siendo recuperados por especialistas. En el Palacio Omeya, arqueólogos españoles están recuperando los restos antiguos y poniendo en valor el interior en una restauración moderna y rigurosa, bajo los auspicios de la Agencia Española de Cooperación Internacional que lleva ya doce años trabajando en la zona.

En Umm Qays, con sus espectaculares vistas panorámicas sobre el mar de Galilea, es el lugar en el que Jesús hizo el milagro del endemoniado de Gadara. Es aquí donde encontró a un demente que vivía en la tumbas cercanas a la entrada de la ciudad y Jesús alejó de él los malos espíritus y los dirigió hacia una manada de cerdos, que empezaron a correr por la colina y cayeron a las aguas del mar de Galilea y se ahogaron. Las ruinas no son tan impresionantes como las de Jerash, pero a cambio se puede disfrutar de ellas casi en soledad porque los turistas no son tan abundantes. También ofrecen el original contraste entre la ciudad romana en ruinas y una aldea de la época otomana relativamente intacta.

El viaje hacia el sur de Amman a lo largo de la Carretera del Rey de 5.000 años de antigüedad, es uno de los más memorables periplos en Tierra Santa, que recorre un rosario de lugares antiguos. La primera ciudad que se encuentra en el camino es Madaba, mencionada en la Biblia, y conocida como «la ciudad de los mosaicos». La principal atracción en la ciudad es un maravilloso mapa mosaico bizantino procedente del siglo VI que representa Jerusalén y Tierra Santa. Está formado por dos millones de piezas y muestra con pulcra minuciosidad el Nilo, el mar Muerto y Jerusalén, incluida la iglesia del Santo Sepulcro. Este mosaico se halla en la iglesia griega ortodoxa de San Jorge.

moisesPetra también en la Biblia

Sin duda el punto central de una visita a Jordania es Petra. Pero como ocurre, por ejemplo, con las óperas, a veces la obertura impresiona más que la trama central. Así ocurre en cierto modo en Petra cuando se llega al comienzo del impresionante «Siq», que al principio parece un corto paso entre rocas y pronto se descubre como una inmensa grieta en la piedra de arenisca que se abre a lo largo de un kilómetro y medio entre profundos acantilados que en ocasiones ofrecen 200 metros de altura por sólo cuatro de ancho.

En este «Siq» no importa tanto descubrir el magistral canal que dirigía el curso del agua, o los resto de calzada de la época de los romanos o incluso algunas figuras en relieve que reflejan las múltiples caravanas de camellos que hasta aquí llegaban. Lo realmente impresionante es sentirse envuelto por la magnitud de las rocas, por los reflejos del sol, por la escasa vegetación que pugna por hacerse un hueco entre las piedras. Da lo mismo la hora en que se haga porque con el sol alto o bajo, incluso a las luz de las velas y las estrellas, las luces y sombras crean un mundo fantástico y fantasmagórico que cambia radicalmente de aspecto con solo volver la vista atrás.

Y al final del camino está Petra y, como primera imagen de lo que luego espera, nada menos que la fachada impresionante de El Tesoro. Unos metros antes, las parejas se cogen de la mano emocionadas, los grupos guardan silencio, los pasos se aminoran hasta conseguir que, como un telón que estuviera descorriéndose, los dos abismos de piedra vayan aumentando el hueco y dejen paso al escenario.

p1017112Por mucho que se haya visto, que se haya imaginado, que se haya soñado, la primera visión de la fachada terrosa y rosada de El Tesoro con sus relieves carcomidos por el tiempo, la lluvia y el viento, sus columnas corintias, sus hornacinas que contienen esbozos de figuras, sus capiteles… todo ello ganado pacientemente a la piedra por manos nabateas deja un poso de asombro difícil de superar. Un buen conocedor de estas tierras, Lawrence de Arabia, lo expresó sabiamente: «Nunca sabrás qué es Petra realmente, a menos que la conozcas en persona».

Porque en Petra, en la inmensa ciudad que es Petra, con sus más de 500 tumbas que decoran las paredes rojizas del valle, lo que priman son las emociones más que el asombro arquitectónico o el misterio de su origen. Si esto es una ciudad ¿dónde están las viviendas? La luz escoge caprichosa su tonalidad, siempre en la gama de los rosas, decorada con vetas amarillas, blancas, verdes, naranjas y grises.

La mejor forma de recorrer Petra es caminando lentamente, con un buen repuesto de agua y un sombrero que proteja del implacable sol. Hay que reservar las fuerzas, porque en el tramo final espera la caminata de una hora hasta el colosal Monasterio –de formas parecidas al Tesoro, pero mucho mayor–, una tortuosa ruta excavada en la roca, con más de 800 peldaños. Desde allí se domina el magnífico paisaje de riscos y quebradas y se vislumbra el impresionante desierto rocoso que rodea a Petra.

Petra se menciona en el Antiguo Testamento de la Biblia bajo varios nombres, y se cuenta que durante el Éxodo, Moisés y los israelíes atravesaron el área de Petra en Edom. La tradición local afirma que el manantial de Wadi Musa (el valle de Moisés), justo a las afueras de Petra, es el lugar en el que Moisés golpeó una roca de la que salió abundante agua. Petra fue casi con seguridad la última escala de los tres reyes magos, que llevaron incienso, oro y mirra al niño Jesús de Belén.

3-umm-qaisEl mar Muerto y la cueva de Lot

En el recorrido hacia el sur se atraviesan tierras en las que la religión, la cultura, la naturaleza y los humanos parecen haber conseguido una simbiosis contagiosa. En el camino hacia el Mar Muerto se cruzan lugares donde debieron estar Sodoma y Gomorra, el castillo en el que Salomé se encaprichó de la cabeza de Juan el Bautista, la cueva en la que Lot se refugió tras ver convertida a su mujer en estatua de sal…

Cuando se atraviesan los lujosos hoteles y balnearios en la orilla del Mar Muerto, con las impresiones bíblicas en la cabeza, y se penetra en sus densas aguas uno podría creerse el mismísimo Jesús y estar caminando sobre las aguas. Caminar, caminar, no, pero flotar como si no existiese la gravedad, leer el periódico o tomar una copa sin hacer el menor esfuerzo por flotar es uno de los milagros que están al alcance de la mano. Como cambiar de color como Michael Jackson pero al revés, gracias a los barros terapéuticos. Experiencias de hoy que ya probaron en su día Herodes el Grande o Cleopatra, entre otros. Ricas en minerales vertidos desde los valles circundantes, las densas aguas del Mar Muerto tienen además cualidades curativas.

Sin embargo este prodigio natural corre el peligro de convertir su nombre en una realidad: un mar muerto con fecha fija, no más de cincuenta años. Cada año el punto más bajo de la tierra desciende un poco más, casi un 30% de su superficie original ha desaparecido debido sobre todo a que apenas recibe agua del estancado río Jordán, por la utilización de esa escasa agua para el riego o para fabricar potasa y por la elevada evaporación.

2-jerash-2Para intentar invertir esta situación se ha proyectado la construcción del «canal de los dos mares» de 180 km. entre el Mar Rojo y el Mar Muerto. El objetivo es frenar la caída de agua, lograr recuperar los niveles históricos y, de paso, producir electricidad que alimente las plantas desalinizadoras que habría que construir en Jordania, Israel y los territorios palestinos. Así, cerca del 45% del agua trasvasada se convertiría en agua dulce. Sería el último milagro, éste de la mano de los hombres, en una tierra que parece propicia a ellos. Un milagro que requiere unos miles de millones de dólares, pero, sobre todo, la voluntad unida de pueblos vecinos empeñados en vivir en paz, un empeño que, tras la visita de Benedicto XVI, parece más cerca que nunca.

Cómo ir:
La mayorista Politours (www.politours.es y agencias de viajes) es una de las máximas especialistas en Jordania. Para la próxima temporada de verano tiene previsto un vuelo especial directo semanal, con salidas todos los sábados desde Madrid y Barcelona entre el 4 de julio y el 7 de noviembre, y ha planificado diversos circuitos por el país con visitas a sus lugares más emblemáticos. Por ejemplo, el programa Tesoros de Jordania propone un recorrido de ocho días visitando Amman, Jerash, Madaba, Monte Nebo, Petra, el desierto de Wadi Rum y el Mar Muerto a partir de 995 euros por persona, incluyendo vuelos, alojamiento de siete noches, media pensión, recorridos y visitas.

CARMEN CESPEDOSA

Para mayor información:
Oficina de Turismo de Jordania
Av. Diagonal 339 bis, entresuelo 4ta.
Tel: (34)) 93 207 32 32
Fax: (34) 93 207 56 91
oviedopedro@arrakis.es
www.visitjordan.com

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3 COMENTARIOS

  1. Me gustaría compartir con Ustedes mi visión personal de Jerusalén, ciudad donde resido por razones laborales desde diciembre del 2006.
    Me gustaría recibir sus opiniones, ideas, críticas y sugerencias sobre un blog que he creado con el fin de mostrar una Jerusalén desde una perspectiva alejada de conflictos y política.
    Gracias
    Saludos.

    http://miradasdesdejerusalen.blogspot.com/

  2. Impresionante artículo. Enhorabuena.
    Además de la evidencia de la Historia que en esos lugares es patente, al igual que otros,
    y que los perversos y necios humanos tratan de alterar o negar.
    Saludos. Gonzalo Cuesta.

  3. LINDISIMO , QUÉ MARAVILLAS TIENE EL PLANETA, QUÉ HISTORIA PARA AMAR, COMO NO ADORAR ESTE LUGAR QUE HABITAMOS… GRACIAS, ME ENCANTÓ EL ARTICULO.

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