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Éxito de participación en el III Concurso de fotografía digital Valles Pasiegos

La III edición del Concurso de Fotografía Digital Valles Pasiegos ha superado las expectativas de sus organizadores con cerca de mil fotografías enviadas por los aficionados. El ganador ha sido Rafael Félix Puigro, con la obra titulada «Flor» y el finalista Ángel Diego Cavia, con la obra «Mirador de Covalrruyo». El jurado estaba formado por profesionales de la fotografía de reconocido prestigio y representantes de la Mancomunidad de los Valles Pasiegos, que han valorado aquellas imágenes de temática libre que mejor captaban la esencia de la comarca pasiega.

El concurso ha potenciado la visita de los aficionados a la fotografía y a la naturaleza a los Valles Pasiegos, que han recorrido los distintos puntos de la comarca, descubriendo y fotografiando sus singulares rincones. El concurso ha contado con más de un 20% de participantes de fuera de la comunidad autónoma, destacando las comunidades de Castilla León, País Vasco y Madrid. La entrega de premios se realizará a finales de febrero y se inaugurará una exposición con las fotografías finalistas y los trabajos del artista invitado Miguel Ángel de Arriba Cuadrado, fotógrafo cántabro que ha desarrollado la mayor parte de su trabajo en el medio natural y cuyas obras de paisaje, retrato y animales tienen una gran proyección internacional. El artista mostrará su visión personal de la singularidad y atractivos del territorio y modo de vida pasiego.

Ubicados en el interior de Cantabria, reciben el nombre de Valles Pasiegos: El Valle de Miera, el Valle del Pas y el Valle del Pisueña. Destacan sus pueblos tranquilos y su paisaje singular y sorprendente que permite disfrutar del entorno rural con rutas de senderismo, paseos culturales, cabañas pasiegas, cuevas prehistóricas; además de una amplia oferta gastronómica. El Valle de Miera es el menos poblado y más natural. Un espacio de naturaleza caliza lleno de contrastes con valles estrechos y arriscadas cumbres donde es fácil ver al rebeco, especie desaparecida a mediados del XIX y reintroducida con éxito. El Valle del Pas mantiene en más puro estado las esencias pasiegas. Su paisaje salpicado de prados verdes y cabañas es la cuna de un curioso modo de vida, «la muda». El pasiego cambia de morada para acompañar al ganado en busca de los mejores pastos. En verano ocupa las zonas altas y va bajando según el tiempo de enfrían y los días se acortan.

En el Museo de las Villas Pasiegas se simula una de estas moradas, una cabaña típica pasiega con sus diversas partes y un rico muestrario de herramientas y utensilios de uso cotidiano. El Valle del Pisueña es donde la obra del hombre roba protagonismo a la naturaleza. Cuenta con un riquísimo patrimonio construido civil y religioso con núcleos como el de Esles, donde se entrecruzan casas señoriales con grandes jardines y casonas montañesas o el espectacular y barroco Palacio de Soñanes. Mención especial merece la oferta gastronómica de los Valles Pasiegos; tierra de sobaos y quesadas, cocido pasiego, quesucos pasiegos, barquillos o los sacristanes. Para difundir la riqueza gastronómica de la comarca, tanto el buen hacer de sus restauradores como la calidad natural de sus productos se organizan cada año las «Jornadas Gastronómicas de los Valles Pasiegos». Todo en la web: www.vallespasiegos.org

Más información:
www.vallespasiegos.org
Javier Pila (942 59 19 99)