Tallas españolas

De objeto de culto a motivo decorativo

María Jesús Burgueño

Con anterioridad al siglo XVI en España no hay escultura profana, todo es religioso. El arte está en manos de la iglesia ya que era la única que podía adquirir estos objetos y, por otra parte, el pueblo no concebía que esto no fuera así. Hay que señalar también que los nobles y los reyes han sido grandes mecenas y han custodiado piezas de gran calidad y valor artístico. Tras el turbulento siglo XIX y la Guerra Civil en el XX muchas de estas tallas han desaparecido, otras las han conservado los particulares y ahora buena parte de ellas están en los museos.

Las tallas de los conventos de  religiosas se conservan como si no hubiera pasado el tiempo por ellas. También las comunidades autónomas y la administración están ayudando a la limpieza y conservación de estas piezas que hasta ahora sólo el mimo de las religiosas ha hecho que lleguen hasta nuestros días. En general hay que destacar la gran a atención que la Iglesia  dedica a la conservación del patrimonio como se ha puesto de manifiesto a través de las distintas ediciones de las Edades del Hombre.

Pero también hay que señalar que a veces la falta de formación de los responsables de custodiar estas tallas ha llevado a casos de mutilación de santos, Vírgenes o Niños Jesús del XVII para poder vestirlos. En otros casos hemos tenido noticias de procesiones de Cristos yacentes a los que se les realzaba las heridas con laca de uñas. Tallas y retablos que al desmontarlos aparecen dentro papeles enrollado con el nombre del autor o una inscripción…, pero que con la cantidad de pinturas y retoques que habían sufrido a lo largo de los años nadie había pensado que podían ser importante… Retoques y restauraciones infames que de buena fe se han realizado y además han obtenido las felicitaciones sinceras de sus vecinos y de la propia Iglesia.

Hace cincuenta años había en el mercado muebles, tallas, etc., antiguos, pero no se les daba el valor que tenían y en numerosas ocasiones se adquirían objetos nuevos imitando a los de época. Uno de los casos más conocidos es el del Parador de Toledo para el que se compraron copias de objetos más caras que si se hubieran adquirido los originales y ahora en lugar de tener copias podían tener muebles de gran valor.

En la actualidad la historia ha cambiado y se busca la pieza original, la antigua. Pero nos encontramos con que también la picaresca ha crecido y de ésta forma descubrimos que las tallas que aparecen en el mercado no siempre son lo que parecen. Es muy habitual descubrir piezas perfectamente tratadas que muestran una apariencia antigua y además con un precio inmejorable. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado en anticuarios de carretera, en tiendas con poca vista tallas impresionantes a precios aún más impresionantes? Para adquirir alguna pieza interesante hay que asesorarse bien o acudir a establecimientos o ferias de trayectoria reconocida. Hay grandes colecciones privadas y públicas de tallas como por ejemplo la que atesora el Museo Frederic Marès de Barcelona que conserva la principal colección de escultura hispánica del siglo XII al XIX de toda España, cedida por el propio  escultor Frederic Marès y que es una de las mejores representaciones de la escultura medieval Castellano-Leonesa.  A partir del siglo XVI destaca el Museo Nacional Colegio de San Gregorio, antes Museo de Escultura de Valladolid, que también está comprando obra de siglos anteriores.

En los últimos años ha aparecido el comprador ocasional que adquiere las piezas como objeto de decoración y entre los estilos prefiere el barroco. En general se busca el lado más amable, una Virgen mejor que un  Cristo, y un Niño es superior a un Santo o un anciano. Esto también se refleja en el precio, dependiendo del motivo aunque sea el mismo autor.

El coleccionista de tallas lo primero que busca es la calidad, después el precio, sobre todo porque cada vez es más escaso el número de tallas en el mercado. Lo que marca la diferencia es la escuela o el autor; ni el tamaño, ni la materia en la que está hecha la talla es tan importante. Hay objetos de 15 cm. más importantes que figuras de dos metros. En España aún hay piezas de gran valor a muy buenos precios si las comparamos con el resto de Europa. Aún se encuentran tallas interesantes en Valladolid, Palencia, Burgos, La Rioja, País Vasco y Andalucía.

En una restauración no hay que tener prisa, el tiempo es lo de menos. Como orientación, un simple retoque no puede durar menos de un mes y si la restauración es más compleja puede llevar unos cuatro meses, no es sólo el tiempo de trabajo sino que hay que aguardar importantes espacios de espera entre unos y otros procesos para garantizar la calidad de la restauración. Es importante dejar claro lo que se ha restaurado, que se diferencie lo que es original de lo que está restaurado.

Dependiendo de los restauradores y sus diferentes formas de trabajar podemos dar algunas pistas de cómo se trabaja en los talleres privados. Considerando un punto fundamental que “siempre la conservación preventiva prevalecerá sobre la restauración”. Cuando se lleve una talla a restaurar hay que pedir un informe del estado inicial, al que habrá que añadir el proceso de restauración y el resultado final. Cada restauración debe de formar parte en la historia de la talla.

La restauración debe apoyarse en una buena documentación, para ello se utilizarán diferentes técnicas como es la fotografía (macrofotografía, ultravioleta, infrarrojos), rayos X, tanto para ver el estado en que se encuentra la talla de madera (xilófagos, clavos, intervenciones anteriores…) como para conocer el estado real de la policromía (repintes, lagunas). Se data la madera por dendrocronología (por la distancia de los anillos de la madera) y se analizan los pigmentos. Por último, con el estudio estilístico se fecha la talla y se conoce su valor.

Una de las cosas más importantes que hay que observar en las tallas es la de los parásitos. Si hay xilófagos, es necesario fumigar la talla en cámaras especiales  y una vez hecho esto se fortalece esa madera que estará llena de galerías interiores y para ello se consolida con una resina sintética disuelta en un disolvente volátil que al evaporarse deja la resina adherida a esas galerías fortaleciendo la sustancia leñosa.

Las pérdidas de policromía se tratarán por reintegración volumétrica con la técnica de “trattegio” (pinceladas muy finas, utilizando pinceles muy pequeños) con acuarela que siempre es reversible. Si falta una mano, no es necesario tallarla nuevamente, porque esa falta forma parte de la historia de la obra y no va a interferir en la lectura de la misma. Pero si se va a realizar la reconstrucción del soporte o hay que hacer injertos, se utilizarán maderas similares a la de la talla y hay que huir de la reconstrucción total de la obra.

Imágenes Sala Retiro:

1.-Escuela andaluza, hacia 1670-1680
Precio salida 2.000 €

2.-Talla vestidera Niño Jesús, siglo XIX
Precio salida 700 €

3.-Escuela catalana. Principio de siglo XVIII.
Precio salida 1.800 €

4.-Escuela castellana, hacia 1670
Precio salida 1.000 €