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Casa Sefarad expone en Estrasburgo «Visados para la Libertad»

Casa Separad-Israel expone del 21 de enero al 20 de febrero en Estrasburgo, en la sede del Consejo de Europa, la exposición ‘Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto’, que  se enmarca en la conmemoración del Día Oficial de la Memoria del Holocausto y la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad, que se celebra el 27 de enero.

La inauguración estuvo presidida por la Embajadora Representante Permanente de España ante el Consejo de Europa, Marta Vilardell, y el director de Relaciones Institucionales de Casa Sefarad, Miguel de Lucas. Esta es la primera vez en que esta muestra, de carácter itinerante, se exhibe en su versión en inglés fuera de las fronteras españolas.  La versión en castellano ha pasado ya por Madrid y Melilla y próximamente podrá verse en Valencia, Córdoba y Tarragona.

‘Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto’ tiene el objetivo de dar a conocer la labor desarrollada por diplomáticos españoles como Ángel Sanz Briz, Bernardo Rolland de Miota, Sebastián Romero Radigales, Julio Palencia y Tubau, José Rojas Moreno, José Ruiz Santaella y Eduardo Propper de Callejón a favor de los judíos víctimas de la política de exterminio aplicada por la Alemania nazi.

A través de nacionalizaciones y cartas de protección, los funcionarios españoles protagonistas de la exposición auxiliaron, protegieron y salvaron a judíos sefardíes perseguidos.

Sanz Briz, que fue encargado de Negocios de España en Budapest en 1944, consiguió con sus acciones salvar la vida de más de 5.000 judíos. La muestra está formada por cubos explicativos con reproducciones de documentos consulares, documentales audiovisuales e imágenes fotográficas.

Entre 1939 y 1945, miles de judíos víctimas de las leyes raciales nazis pudieron salvar su libertad y sus vidas gracias al compromiso ético y a la labor humanitaria que, por propia iniciativa y en circunstancias muy adversas, desarrollaron diplomáticos españoles destinados en territorios bajo administración alemana o de los gobiernos colaboracionistas de los países ocupados.

Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota, en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; José Ruiz Santaella, en Alemania; Julio Palencia, en Bulgaria;  José de Rojas, en Rumanía; y Ángel Sanz Briz, en Hungría, actuaron de forma valiente y decidida y aprovecharon las relaciones de amistad hispano-alemana para ampliar sus márgenes de actuación, hacer valer la protección consular española y ayudar a los judíos perseguidos.

Aunque en España no existían leyes raciales antijudías y, de hecho,  su legislación no establecía ningún tipo de discriminación entre judíos y no judíos, el régimen de Franco mantenía relaciones de amistad con el de Hitler.

La posición española en relación a los judíos fue variando con el tiempo y adaptándose a los cambios de las circunstancias políticas y de los avatares de la Guerra. En los primeros años, entre 1939 y 1942, unos 35.000 judíos europeos se pusieron a salvo cruzando la frontera de España y se estima que unos 15.000 lo hicieron de forma ilegal, mientras que otros 20.000 contaban con un visado expedido por un cónsul español.

Posteriormente, una vez aprobada en Alemania la llamada Solución Final, que suponía el exterminio de las personas consideradas étnicamente judías con arreglo a la legislación nazi, la posición de España se hace más restrictiva y sólo acepta conceder visados en tránsito con destino en su país de origen  o hacia terceros países. Más adelante, en 1943, ante la insistencia de los diplomáticos españoles, se admite la repatriación de los judíos de origen sefardí que tuvieran acreditada la nacionalidad española. Estos debían abandonar España en cuanto fuera posible y su salida era una precondición para la entrada de un nuevo contingente. Concluida la guerra y con el fin de congraciarse con los países aliados, el régimen franquista exhibió la labor de sus diplomáticos como si hubiera respondido a una política oficial.

Las Embajadas y Legaciones de España en el exterior, además de la representación y defensa de los intereses del Estado, tienen encomendada también la protección de la libertad y seguridad de los ciudadanos españoles. La actuación de los diplomáticos protagonistas de la exposición se centró fundamentalmente en la defensa de los judíos de origen sefardí, pero en ocasiones se extendió también a judíos perseguidos que no tenían ese carácter.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial había en Europa entre 180.000 y 200.000 judios sefardíes, de los cuales unos 3.000 tenían reconocida la nacionalidad española. Estos son los destinatarios principales de la actuación de los diplomáticos españoles, que hacen todo lo posible  por extender la protección consular también a los que conservaban la condición de protegidos y en ocasiones a judíos que no tenían siquiera ese origen sefardí.

Diplomáticos españoles destinados en territorios bajo administración alemana o de los gobiernos colaboracionistas de países ocupados denunciaron en su Ministerio la persecución racial y sus terribles consecuencias, intercedieron por las víctimas ante las autoridades alemanas y de los ejecutivos locales y presionaron para hacer valer la protección consular española a favor de los judíos de origen sefardí.

Ángel Sanz Briz, Jorge Perlasca, Eduardo Propper de Callejón, José Ruiz Santaella y su mujer Carmen Schrader han sido distinguidos con el título de Justos entre la Naciones instituido para honrar a las personas no judías que de forma desinteresada se arriesgaron para ayudar a los judíos perseguidos.

“Visados para la Libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto” es una exposición en homenaje y recuerdo de la labor humanitaria de unas personas que con su actitud y su comportamiento ayudaron a salvar miles de vidas y que constituyen un ejemplo y una demostración de que siempre es posible resistir a la injusticia y la barbarie.

La exposición, diseñada y gestionada por Alerto Gestión Sociocultural  a partir de la investigación realizada por la coordinadora de Programación Educativa de Casa Sefarad, Yessica San Román y el doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid Alejandro Baer, está formada por cubos explicativos, reproducciones de documentos consulares, documentales audiovisuales e imágenes fotográficas.

Hungría
Ángel Sanz Briz

Encargado de Negocios de España en Budapest. (1944)
Justo entre las Naciones.

En marzo de 1944, cuando la guerra estaba casi perdida para Alemania, sus tropas ocupan Hungría e inmediatamente inician la deportación de los judíos a los campos de exterminio. En el verano de 1944, Ángel Sanz Briz es nombrado Encargado de Negocios de la Legación de España en Budapest, sustituyendo a Ángel Muguiro que con sus denuncias y su actitud había provocado las quejas de las autoridades alemanas y húngaras . El 24 de julio de 1944  Sanz Briz envía a Madrid una nota en la que critica las condiciones en que se deporta a la población judía a campos de trabajo. Señala que entre los 500.000 deportados hay mujeres, niños y ancianos, no aptos para el trabajo. España, no se une a las protestas internacionales contra las deportaciones pero se muestra dispuesta a la concesión de visados y a la emisión de documentos que, como país neutral, pudieran ofrecer protección a los perseguidos.

Sanz Briz consigue que las autoridades húngaras aprueben un cupo de 100 personas protegidas, que posteriormente se amplió hasta 300 personas, a los que la Legación de España expide un pasaporte provisional en el que se incluyen  también a diversas personas familiares del titular. Así se expiden pasaportes que protegen a 352 personas. La Legación de España procede también a la expedición de cartas de protección en las que se decía que el titular tenía familia en España y que se encontraba bajo la protección de la Legación. Sanz Briz alquila ocho inmuebles en Budapest con fondos donados por organizaciones judías y los declara parte de la Legación: un cartel advertía Anejo a la Legación Española. Edificio Extraterritorial. En estas casas se alojan 5.200 judíos que, gracias a esta intervención logran salvar sus vidas. La Legación les proporcionaba techo, comida, asistencia médica y, sobre todo, seguridad.  El 18 de noviembre de 1944, Sanz Briz , junto con los representantes de los países neutrales – España, Suecia, Suiza, Portugal y la Nunciatura Apostólica – firman un memorando de protesta en el que denuncian las monstruosas crueldades a que son sometidos los judíos. Ante el avance del ejército soviético, Sanz Briz, siguiendo instrucciones de su Gobierno, abandona Hungría.

Giorgio (Jorge) Perlasca
Justo entre las Naciones

A partir de este momento, la labor de Sanz Briz es continuada por Giorgio Perlasca., italiano, que  había participado en la Guerra Civil de España en el ejército de Franco y, en 1944, encontró refugió en la Legación de España en Budapest, convirtiéndose en colaborador de Sanz Briz y del personal de la Legación en su labor humanitaria.  Giorgio Perlasca adopta el nombre de Jorge y se autoproclama representante de España. Valiéndose de mil argucias, hace creer a las autoridades húngaras que la ausencia de Sanz Briz es temporal y que él es el representante provisional de España.  Perlasca continúa expidiendo documentos de protección y proporcionando seguridad y sustento a los judíos acogidos en las casas. En numerosas ocasiones y con gran riesgo, debe intervenir para detener el desalojo de las casas protegidas y, en ocasiones, rescatar a numerosas personas de los trenes en los que iban a ser deportadas. Esta labor la continúa hasta enero de 1945 cuando Hungría es liberada por las tropas soviéticas. Unas 5.200 personas lograron salvar sus vidas, gracias al sentido humanitario, abnegación, sacrificio y valentía de Sanz Briz y Perlasca.

Francia
Eduardo Propper de Callejón
Primer Secretario de la Embajada española en Paris (1939 – 1941)
Justo entre las Naciones

En 1940 había en Francia unos 300.000 judíos, muchos de ellos llegados al país huyendo de la persecución nazi y, cuando el 14 de junio de 1940 las tropas alemanas entran en París, muchos refugiados, dominados por el pánico, acuden a los Consulados en solicitud de visados para transitar por territorio español hacia Lisboa.Ante la urgencia de las solicitudes, Propper de Callejón, destinado ocasionalmente en Burdeos, recurre a la figura de “visados especiales” para obviar la tramitación normal de los visados y los concede “en tránsito”. Consulta esta fórmula con el Embajador en París, José Félix de Lequerica y comienza a conceder los “visados especiales en tránsito”. La noticia corre por la ciudad y el número de refugiados de todas las nacionalidades que acude al Consulado de España se incrementa extraordinariamente.Siete meses después, en febrero de 1941, Eduardo Propper de Callejón es relevado de su puesto y trasladado a Larache (Marruecos). El 26 de febrero de 1941 Eduardo Propper de Callejón es distinguido con la Cruz de la Legión de Honor y el embajador Lequerica comunica a posteriori la concesión de esta condecoración al ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer, haciendo notar su satisfacción.

Bernardo Rolland de Miota
Cónsul General de España en París (1939 –1943)

En octubre de 1940, las autoridades francesas establecen una serie de medidas antijudías  que afectan también a los 2.000 sefardíes residentes en Paris. Rolland de Miota denuncia la situación a su Ministerio, extiende cartas de protección y logra que los judíos de origen sefardí sean excluidos de la aplicación de esas leyes. Este criterio no es aceptado por el Serrano Suñer, quien afirma que el Gobierno español no puede poner dificultades a la aplicación de las medidas y ordena adoptar una actitud pasiva. Rolland de Miota logra evitar la confiscación de los bienes de los judíos de origen sefardí, poniéndolos bajo la custodia de administradores españoles, gestiones que sí contaron con la aprobación del Ministerio de Asuntos Exteriores. En agosto de 1941 se produce una redada masiva en París en la que son detenidas 7.000 judíos. Rolland de Miota intercede por catorce judíos españoles que habían sido enviados al campo de tránsito de Drancy. En 1943, Bernardo Rolland comienza a organizar la repatriación de 77 judíos españoles, labor que culminará su sucesor Alfonso Fiscowich, Cónsul General de España en Paris (1943 – 1944). Alfonso Fiscowich debe intervenir igualmente ante las nuevas detenciones de judíos españoles y logra la liberación de los internados en Drancy y su repatriación transitoria  a España, que debería efectuarse a mediados de febrero de 1944.

Grecia
Sebastián Romero Radigales
Cónsul General de España en Atenas (1943 – 1944)
Alemania propuso a los países neutrales en enero de 1943 repatriar a los judíos nacionales de cada uno de ellos que se encontraran en territorio alemán u ocupado, fijando una fecha límite. Ante el silencio de España, interpretó que se desentendía de sus ciudadanos judíos y decide aplicarles las medidas generales anti-judías.  Romero Radigales defiende la repatriación de los sefardíes y, trata de organizarla por mar y tierra. Su labor no pasa desapercibida y el ministro de Asuntos Exteriores, el general Jordana, escribe al Embajador en Berlín indicándole que “es indispensable neutralizar el exceso de celo del Cónsul General en Atenas, paralizando este asunto”. Romero Radigales insiste en la necesidad de repatriar a los judíos de origen sefardí, advirtiendo de las negativas consecuencias de no hacerlo. Ante las objeciones para su entrada en España, propone su traslado a Marruecos. Entre marzo y junio de 1943, 48.000 judíos de Salónica fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Romero Radigales interviene a favor de los deportados sefardíes y solicita al Embajador en Berlín que negocie con las autoridades alemanas su liberación.
Por otro lado, y al margen de las autoridades alemanas, consigue trasladar a 150 sefardíes desde Salónica a Atenas, que todavía se encontraba bajo ocupación italiana. Ante la falta de respuesta del régimen de Franco sobre la repatriación de los judíos sefardíes, Alemania propone como solución provisional su internamiento en el campo especial de Bergen-Belsen. Romero Radigales y sus colaboradores se oponen a su deportación a un campo alemán, proponiendo sin éxito que el internamiento se realice en territorio griego y, en última instancia, retrasar la deportación, excluir a niños y ancianos y que el transporte se haga en las mejores condiciones posibles. El 13 de agosto de 1943, después de doce días de viaje, llegan a Bergen-Belsen 367 judíos sefardíes procedentes de Salónica, entre ellos 40 menores de 14 años y 17 mayores de 70 años, que son internados en el subcampo de neutrales donde las condiciones eran menos duras. Por otro lado, el Cónsul español logra al menos evitar la confiscación de los bienes de algunos sefardíes españoles. El 10 y el 13 de febrero de 1944, seis meses más tarde, el grupo de sefardíes de Salónica puede finalmente llegar a España. A finales de 1943, Romero Radigales solicita de nuevo la repatriación de los judíos sefardíes, pero su solicitud es desatendida y en abril de 1944 un segundo grupo de 155 sefarditas es deportado a Bergen-Belsen. Son liberados un año más tarde, al finalizar la guerra.

Bulgaria
Julio Palencia y Tubau
Ministro de la Legación de España en Sofía (1940-1943)

En 1940 el Gobierno búlgaro dicta una legislación antisemita que afecta  a los 50.000 judíos residentes en Bulgaria y en Agosto de 1942, aprueba nuevas medidas antijudías. Palencia denuncia ante su Ministerio la situación y solicita una mayor elasticidad para la concesión de visados  y el permiso para intervenir en favor de los perseguidos. Palencia intercede ante el Gobierno búlgaro y la Embajada alemana para proteger los derechos y bienes de 150 judíos sefardíes y pide permiso a Madrid para nombrar a agentes consulares españoles en Tracia y Macedonia, territorios anexionados en los que se iniciaron las deportaciones. Cuando Bulgaria y Alemania organizan la deportación de los judíos en marzo de 1943, Palencia reclama la intervención del Gobierno español y recomienda su traslado a España en grupos. El viaje nunca se producirá, tanto por las demoras de Madrid como por las dificultades surgidas en el interior de Bulgaria. Palencia se enfrenta sin éxito a las autoridades nazis para evitar la ejecución del judío búlgaro León Arie cuyos hijos adopta para que pudieran salir del país y reencontrarse con su madre e intercede por la liberación de algunos judíos detenidos, entre ellos, el empleado  de la Legación, Santiago Béjar.  El embajador de Alemania en Sofía comunica a su Ministerio la actitud de oposición de Palencia respecto a la expulsión de los judíos y le califica en su correspondencia de fanático anti-alemán y de amigo de los judíos. En el verano de 1943, es declarado persona non grata en Bulgaria y regresa a Madrid, donde es amonestado por intervenir en los asuntos de política interna de otro país.

Alemania
José Ruiz Santaella
Agregado a la Embajada de España en Berlín (1944)
Carmen Schrader
Justos entre las Naciones

En marzo de 1944, José Ruiz Santaella, ingeniero agrónomo, es nombrado Agregado en la Embajada de España en Alemania. Santaella y su mujer, Carmen Schrader, logran ocultar y salvar a tres mujeres judías, empleándolas como servicio doméstico en su casa de Diedersdorf. Gertrud Neumann, judía alemana que trabajaba como costurera en la casa de los Santaella les pone en contacto con la familia Arndt, que sobrevivía clandestinamente en Berlín ocultando su identidad. El matrimonio Santaella contrata a la joven Ruth Arndt como niñera de sus cuatro hijos y a su madre, Lina Arndt, como cocinera, al tiempo que envía ayuda y alimentos al padre, Dr. Arndt, que permanecía oculto. A finales de 1944, ante el avance de las tropas aliadas, Ruiz Santaella es destinado a Suiza y la familia Arndt consigue sobrevivir oculta hasta el final de la guerra. En 1946 abandonan Alemania para trasladarse a EEUU.

Rumanía
José Rojas Moreno
Embajador de España en Bucarest (1941-1943)
El gobierno nacionalista pro alemán del general Antonescu, tras llegar al poder en 1940, inicia una campaña de persecución de los judíos en Rumania. En la primavera de 1941, asume el cargo de Ministro de la Legación de España en Bucarest, José Rojas Moreno, quien intercede ante el primer ministro rumano para proteger a los judíos sefardíes. José Rojas logra que sean revocados los decretos de expulsión dictados contra un grupo de judíos sefardíes y la promesa formal de que en el futuro ninguno sería expulsado. Les proporciona un documento en el que se dice que como españoles no pueden quedar sujetos a las medidas de excepción acordadas contra los judíos. Igualmente Rojas logra que los judíos sefardíes queden eximidos del pago de los abusivos impuestos especiales y contribuciones. A pesar de que los sefardíes  de Rumania se encuentran a salvo de las deportaciones, muchos desean emigrar a España. El embajador plantea la cuestión a Madrid, pero la respuesta es negativa.
Rojas intenta repetidamente la repatriación de quienes desean abandonar el país. Esta no es posible por las trabas de España y también por el cierre de fronteras con motivo del desembarco aliado en Normandía. Una última tentativa se centra en facilitar la emigración a Palestina, opción que es rechazada por Gran Bretaña que instaba a los países neutrales a acoger a sus súbditos judíos.

Justos entre las Naciones
El título de Justo entre las Naciones se concede a aquellas personas no judías que se distinguieron por los siguientes hechos:
– Ofrecer su ayuda a los judíos que se encontraban indefensos y bajo amenaza de muerte o deportación.
– Arriesgar conscientemente por ello su propia vida, libertad o seguridad.
– Obrar desinteresadamente sin pedir recompensa alguna.
Las ayudas prestadas fueron muy diversas: ayudar a los judíos a escapar a un lugar seguro o cruzar las fronteras, albergarlos en casa, ayudarlos a hacerse pasar por no judío, entre otras.
Los representantes diplomáticos españoles Ángel Sanz Briz, Eduardo Propper de Callejón, José Ruiz Santaella y su esposa Carmen Schrader, han sido reconocidos y honrados como Justos entre las Naciones. Jorge Perlasca también ha sido distinguido con este título.

Casa Sefarad es una institución española que tiene como objetivos fomentar las relaciones de amistad y de cooperación entre España, Israel y las comunidades judías de todo el mundo, desarrollando actividades en los ámbitos político, económico, social, científico y cultural. Aspira a ser un instrumento de la Diplomacia pública en la medida en que completa la red institucional formada también por Casa de América, Casa Asia, Casa Árabe y Casa África.