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La máquina del resentimiento

Andrés Merino

Hay dos rasgos que llaman la atención en la biografía “oficial” de Antonio Ortuño (Guadalajara, México, 1976) que facilitó la editorial Anagrama al publicar su libro “Recursos humanos”, finalista del premio Herralde de Novela en 2007. Uno es su condición de hijo de emigrantes españoles, algo que en principio no debería extrañarnos en la vida cultural mexicana, que se benefició de la sangría social que supuso en el siglo XX la salida, por motivos económicos o políticos, de capital humano de nuestro país hacia el otro lado del Atlántico. Otra nota es su condición de “desertor escolar”, un sugerente eufemismo que denota cuando menos su propensión al abandono del preceptivo proceso formativo oficial que la vida impone a la juventud. En todo caso, un indicio claro de inconformismo y rebeldía que se ha reflejado plenamente en un libro que no dejará al lector, desde luego, indiferente.

“Recursos humanos” es la historia de la vida laboral –que no profesional- de Gabriel Kynch, supervisor en una impresa de diseño y edición. La redacción de una densa autobiografía facilita mucho el trabajo al autor, pues desde las primeras páginas es ya imposible abandonar el ambiente opresivo, sumergido en el pesimismo, que describe la visión catastrófica y vengativa de un hombre atrapado en el resentimiento. Hablamos de vida laboral, porque nada de lo que cuenta en el relato se refiere mínimamente al ejercicio de una vocación profesional, al más leve atisbo de deseo de desempeñar una responsabilidad en el seno de una empresa con el objeto de obtener un legítimo beneficio económico o personal. Todo es venganza. De ahí el terrible cinismo del título escogido, pues Ortuño no deja de mostrar la alergia y rechazo del protagonista a todo lo que pudiera recordar al concepto más tradicional de los compromisos que supone la aceptación de un empleo.

Es de justicia reconocer al autor una capacidad sobresaliente de redactar frases y expresiones efectistas que paran automáticamente la lectura. La concentración de sentimientos negativos en expresiones de una dureza inusitada exigen releer, casi dudando de lo que acaba de retumbar en la mente del lector. En otras ocasiones, al pasar de expresiones secas a reflexiones de poca mayor extensión, la fuerza de términos y giros cede terreno al deseo de continuar el festival de rechazo, aversión, paranoia y venganza… “Mi historia de rencor y clavos continuará en los mismos términos odiosos con que fue comenzada (…) Esta es la historia de mi odio. La historia del esclavo y el látigo y el justo castigo que otros llamarán delincuencia”. Ortuño ha escrito una de las novelas más asfixiantes de los últimos años, un catálogo de resentimientos que provoca desazón y el interrogante de qué movió a un jurado compuesto por Salvador Clotas, Juan Cueto, Esther Tusquets, Enrique Vila-Matas y el propio Jorge Herralde a otorgarle el galardón literario con el que fue distinguido.

“Recursos humanos”

Antonio Ortuño

Barcelona, Anagrama, 177 pág.

ISBN: 978-84-339-7163-0

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