Obra Reciente

En la Galería ArteVeintiuno, A21

Hasta el 31 de diciembre 2008

El pasado 3 de noviembre Alfredo Bikondoa inauguraba su primera exposición individual en Madrid y aunque estaba prevista que durara hasta el 12 de diciembre la gran aceptación e interés del público madrileño por la muestra ha hecho que la sala prolongue los días de exposición hasta el 31 de diciembre.

Su obra es muy apreciada entre los coleccionistas vascos y americanos, donde expone con frecuencia, menos conocida es en Madrid pero todo hace pensar que tras su paso por la galería A21 el coleccionista  madrileño también demandará su obra.

La exposición está compuesta por unas 32 obras entre ellas 5 son esculturas.  Las piezas que se exponen son de gran y mediano formato de técnica mixta (polvo de mármol, pigmentos, maderas), óleos y poemas-objetos de reciente producción. Los precios van desde los 1.500 € por unos dibujos sobre papel acuarela, a 50.000 € por óleos sobre tabla.

Comisaria: María Molina

La trayectoria de Alfredo Bikondoa es la de un artista sólido, de antigua vocación, cuya trayectoria vital ha ocultado en ocasiones sus grandes logros creativos.

Las exposiciones individuales de Bikondoa, especialmente en su tierra natal, el País Vasco, han sido muy frecuentes, la última en el Koldo Mitxelena, en 2006.

Y puede decirse que su habitual tendencia a la desaparición en mundos de pensamiento nunca le ha impedido continuar con la presencia pública de su creación. En la década de los ochenta expuso todos los años individualmente en diversas muestras entre las cuales había varias retrospectivas. Actualmente su pintura es suficientemente conocida en los Estados Unidos. Recientemente sus obras se han podido ver, por ejemplo, individualmente en Dallas (The Creative Search of Emptiness, V/2006) y hay, entre otros, un proyecto expositivo en la misma ciudad, en un espacio contemporáneo vinculado a lo asiático: The Trammell & Margaret Crow Collection.

Según Alfonso de La Torre, crítico de arte, no es muy frecuente -en los tiempos que corren- el hallazgo de la obra de un artista de tal envergadura. Silencioso, por voluntad propia, desde mediados los setenta, el retorno a la pintura de Alfredo Bikondoa ha de calificarse de un hecho gozoso. Los muchos años de meditación no han de considerarse ajenos a la vida artística, sino más bien como un complemento ineludible del que el artista ha salido reforzado.

Es la obra de un artista nómada, muy contemporáneo, en donde apenas ha habido saltos o cambios de rumbo. Entre sus constantes: la preocupación por la materia, el trabajo silente, la indagación en el orden, la visión de su creación que pareciera afectada por el tiempo…también el trabajo mediante cornelianas cajas, la huella humana en muchas de sus obras, la brega con el cuadro…aquello que suscribiera uno de nuestros artistas abstractos: “mi estudio es un campo de batalla”.

Refiriéndose a Alfredo Bikondoa escribió Gonzalo Chillida un haiku en el que rememoraba “el delicioso y profundo aroma de la mar”. No es extraño que la pintura mineral de Bikondoa haya llamado la atención del metafísico pintor de playas y desérticas radas tan querido por los creadores vinculados al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.

Alfredo Bikondoa “Pinto para desarrollar la conciencia que se relaciona con la realidad última; estar despierto en el presente continuo, manifestando la propia naturaleza esencial. Para la mayoría el arte es un misterio insondable, intuyen que el artista está en contacto, a través de su hacer, con una realidad para algunos inalcanzable. Las obras son hijas del misterio, manifestaciones de una realidad que se nos escapa a nuestra comprensión racional. El arte no pertenece al ámbito del tiempo, es una intuición que pertenece al ámbito de lo eterno presente. El arte en su ejercicio es medio de salvación. Pintar con un amor desinteresado, con un gesto tan potente que corte con las ilusiones del espectador y lo ancle en el ahora. La contemplación de la obra devuelve la mirada al propio “sí mismo”, siendo objeto de inspiración para la evolución personal. Cuando una obra de arte nos emociona o enamora, en realidad, en ese momento, sin darnos cuenta, estamos reconociendo nuestra verdadera naturaleza esencial…Pertenecemos al silencio infinito…”

Datos de interés:

Galería ArteVeintiuno
Plaza de las Salesas 11, 1º dcha • 28004 Madrid
Tfno/ Fax 91 702 38 19
www.arteveintiuno.com

Artículo anterior¿Qué es el arte?
Artículo siguientePrimera campaña navideña con tecnología digital (vídeo)