Spots electorales, el espectáculo de la democracia  recoge publicidad electoral en  televisiones y webs de todo el mundo de 1989 a 2008.

Martes 28 de octubre (19h) Duración 92 min.
Martes 28 de octubre: Presentación del Ciclo, con la intervención de los comisarios: Jorge Luis Marzo y Fito Rodríguez.  19,00 h.

Miércoles 29 y jueves 30: a las 20,00 h.

Lugar: Salón de Actos, edificio Sabatini. Entrada libre hasta completar aforo

El ciclo audiovisual que ahora se presenta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina, Spots electorales, el espectáculo de la democracia,  forma parte del proyecto producido por el Centro de La imagen La Virreina, encabezado por los comisarios, Jorge Luis Marzo y Fito Rodríguez, que han abordado un proceso de investigación y acopio de los spots electorales realizados desde 1989 hasta la actualidad en más de setenta países (España, Estados Unidos, Jordania, Irak, Méjico etc.).

De todo el material encontrado han seleccionado el más destacado e interesante, y lo han organizado en distintas secciones. En el Museo Reina Sofía se proyectarán las correspondientes a: Patria, Provoto, Catástrofe, Mano dura, Lágrimas, Cambio, Ficción, Animación, Musical, Parodia, Gemelos y Oponentes.

Los comisarios plantean las distintas piezas de una forma aséptica de manera que es el espectador quien analiza y aporta diferentes lecturas.

La concepción y desarrollo del spot televisivo producido por los partidos y organizaciones políticas que se presentan a unas elecciones ha evolucionado enormemente desde las primeras campañas televisadas en los Estados Unidos en la década de los años 60. En la actualidad, el spot electoral se ha convertido en un género por sí mismo, aunque la mayoría de los estilos narrativos que se aplican son el cruce de otros géneros largamente desarrollados en el medio televisivo, como el anuncio comercial, la ficción, el documental o reportaje periodístico, el videoclip, la propaganda militante, la parodia o el espectáculo deportivo o musical.

Dada la agenda a la que una campaña electoral es sometida en la actualidad, el spot ha cobrado una enorme importancia gracias a su capacidad para concentrar un mensaje repetidamente. La cotidianeidad de la vida política durante las legislaturas, y la cada vez mayor abstención de muchos ciudadanos hacen del spot una manifestación extrema de la
visualización de los programas electorales, en busca, fundamentalmente, de un nicho en el imaginario político-comercial de los votantes. El spot busca por encima de todo la creación de una marca o logo que perdure durante la campaña y que incline la balanza de los votantes –en especial, de los “indecisos”, un porcentaje cada vez mayor entre el electorado mundial- hacia el partido que lo genera.

El spot electoral no persigue simplemente la exposición de las principales ideas de un partido, sino que, debido a la alta competitividad electoral y a la cada vez mayor cercanía respecto a algunos de los temas centrales entre las diferentes posturas ideológicas, también despliega mensajes que contienen duras alusiones a los contrincantes. Todo ello produce un tipo de narración y edición altamente estereotipado, agresivo, teatral y de gran impacto mediático, lo que, a su vez, lleva a la creación de paradigmas espectaculares, en un medio como el televisivo, muy propenso a ello.

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