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Rembrandt, el pintor-narrador en el Museo del Prado

“Rembrandt. Pintor de Historias”

15 octubre 2008 – 6 enero 2009

Museo del Prado

El museo del Prado, con la colaboración del BBVA, presenta “Rembrandt. Un pintor de historias”. Una muestra monográfica sobre el artista holandés presentada por primera vez en España. “Con estas exposiciones se expande nuestro trabajo con los grandes maestros del arte y se completa con aquellos poco representados en nuestro museo como fueron Manet, Vermeer o Picasso”, según declaró Miguel Zugaza, director del Museo del Prado

Exposiciones que han atraído  a más de un millón de visitantes. Un éxito que seguro se repite en esta ocasión, “Hemos acertado con una nueva y magnífica exposición” declaró Javier Ayuso, director del BBVA.

Una muestra que será admirada por todo tipo de público, ya que como señaló el comisario Alejandro Vergara: “Se trata de un pintor europeo, admirado por su intensidad emocional con una proyección de una imagen que nos hace más personas por su intensidad emocional y vigor de espíritu”.

La aproximación al gran maestro de la pintura holandesa del siglo XVII  está orientada en dos líneas. Una de ellas descubre al artista como narrador. El pintor contador de historias que encuentra en el género histórico su inspiración.

La otra, es mostrar al artista con claridad a partir del género histórico. Un género esencial y de gran repercusión en la pintura europea de los siglos XVI y XVII.

Rembrandt es uno de los artistas menos representados en las colecciones españolas, incluidas las del Prado. El museo tan sólo cuenta con una pieza de este gran maestro, “Artemisa”. Este es el motivo impulsor de esta antología, mostrar a uno de los grandes maestros de la pintura europea.

“Una exposición como ésta no es difícil pero sí muy trabajosa” declaró el comisario de la muestra Alejandro Vega. Con tan sólo una obra del artista el Museo del Prado ha contado con la colaboración de colecciones de todo el mundo: el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Rijksmuseum de Ámsterdam o la National Gallery, cediendo obras imprescindibles para la organización de la exposición.

Compuesta por un total de 35 pinturas y 5 estampas procedentes de veinte puntos distintos de Europa y Estados Unidos. “Me hubiera gustado contar con “La novia judía” del museo de Ámsterdam” dijo, pero “hay obras que entre los museos no nos pedimos por respeto”.

El museo expone junto a las piezas de Rembrandt las obras de artistas como Rubens, Tiziano, Velázquez, Ribera y Veronés para comprender mejor la obra del maestro holandés. Su faceta de pintor de historias mitológicas y religiosas es la que mejor conecta con la tradición pictórica representada por el Prado.  “En esta muestra Rembrandt se encuentra en casa, entre sus padres. El Prado ennoblece a Rembrandt en un justo intercambio” señaló el director del Museo del Prado.

La exposición ofrece obras de juventud con una mirada burlona y jocosa para transitar, a partir de 1645 hacia una postura más introvertida, cargada de gravedad y de peso moral. Un recorrido por la evolución artística del pintor con piezas claves como “San Pedro y San Pablo”, “Sansón y Dalila” o “Autorretrato con traje oriental”.  “Como en toda exposición de contexto, la muestra pretende ser clarificadora Todas estas piezas tratan de alumbrar al maestro holandés” declaró el comisario.

Rembrandt. Pintor de historias podrá visitarse hasta el próximo mes de enero, una ocasión única para disfrutar de esta muestra monográfica que es una obra de arte en sí misma.

El Museo del Prado abrirá al público el próximo miércoles 15 de octubre la exposición “Rembrandt. Pintor de historias”. La exposición, patrocinada por BBVA y cuya inauguración oficial tendrá lugar el martes 14 de octubre bajo la presidencia de S.M. El Rey, es la primera muestra monográfica que se dedica al maestro holandés en España y constituye la primera ocasión en que el Prado expone su única obra de Rembrandt, Artemisa, en el contexto de la producción del artista.

De entre los grandes maestros de la pintura europea, Rembrandt (Leiden, 1606- Ámsterdam, 1669) es uno de los menos representados en las colecciones españolas, incluidas las del Prado, que cuenta sólo con una única pintura autógrafa del maestro holandés, Artemisa (1634). Por esta razón, el Museo ha decidido organizar esta exposición que permitirá al público acercarse a la obra del extraordinario artista holandés considerado uno de los más grandes pintores en la historia del arte occidental.

Compuesta por 35 pinturas y 5 estampas procedentes de veinte puntos distintos de Europa y Estados Unidos, la exposición, se centra en la figura de Rembrandt como pintor narrador. Aunque el maestro de Leiden fue también un gran pintor de retratos y de paisajes, su faceta como pintor de historia muestra con especial claridad la forma en la que su arte emana de la tradición de la pintura renacentista europea y, al mismo tiempo, permite comprobar su originalidad. Es precisamente este aspecto del arte de Rembrandt el que mejor conecta, y al mismo tiempo el que mejor contrasta, con la tradición pictórica que representa el Prado, como se puede observar en la propia exposición donde, con el fin de ayudar a comprender mejor su obra, se han incluido seis obras de otros artistas -Rubens, Tiziano, Velázquez, Ribera y Veronés- que representan modelos artísticos frente a los que reaccionó y se inspiró.

Todas las fases de la producción del artista La exposición, ubicada en las salas A y B del nuevo edificio de la ampliación del Museo, se ordena de forma cronológica presentando la evolución de Rembrandt como pintor de temas tomados de la historia, de la religión y de la mitología clásica. Con el fin de ayudar a comprender la peculiar mirada que Rembrandt dirige a estos asuntos como reflejo de su visión del mundo, en la exposición están representadas todas las fases de su carrera como artista.

La exposición se inicia con sus obras de juventud, período en que Rembrandt se centra en la manifestación externa de las emociones y los sentimientos humanos, expresándolos a través de gestos y expresiones muy animadas. En estos años su mirada hacia el mundo a menudo es burlona y jocosa.  A partir de 1645 aproximadamente se observa un cambio en su manera de mirar el mundo y de entender la vida. Los cuadros que pinta a partir de ese momento muestran una emoción más introvertida, adquiriendo una gravedad y transmitiendo una sensación de peso moral que son realmente conmovedoras y que suponen lo más original del pintor.

De sus obras de juventud cabe destacar la presencia del cuadro San Pedro y San Pablo, prestado por la National Gallery of Victoria de Melbourne. También están presentes varias obras maestras de la fase de madurez del pintor, como el monumental Sansón y Dalila del Stádel Museum de Frankfurt. Asimismo de la fase más personal de la carrera de Rembrandt, sus últimos años hasta su muerte en 1669, se muestran varias obras características de este periodo incluida una de las obras más importantes pintadas por el artista en estos años, la Betsabé del Museo del Louvre.

La exposición concluye con Autorretrato como Zeuxis, del Wallraf-Richartz Museum –Fondation Corboud de Colonia, pintada sólo cinco o seis años antes de su muerte y última obra en la que el artista, particularmente obsesionado con la representación de su propia imagen, se retrató a sí mismo (en la muestra también está su Autorretrato con traje oriental, del Petit Palais de París, pintado en 1631, a los 25 años de edad). Su representación como Zeuxis, famoso pintor griego del siglo V antes de Cristo que según la leyenda murió de risa al retratar a una anciana, explica la cómica sonrisa del artista en este último autorretrato con casi 60 años.
Procedencia de las obras

Una vez más es de destacar la colaboración con el Prado de los museos y colecciones de todo el mundo que conservan obras imprescindibles para la organización de sus exposiciones. En este caso concreto, las obras cedidas en préstamo para la exposición, todas excepto la Artemisa que conserva el Prado, corresponden en su mayoría a los museos de arte internacionales que atesoran las colecciones más importantes del artista, como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, que aporta dos obras a la muestra; el Rijksmuseum de Ámsterdam, que aporta cuatro; la National Gallery de Londres, que contribuye también con cuatro; o la National Gallery of Art de Washington D.C., la Alte Pinakothek de Múnich, la Städelsches Kunstinstitut und Städische Galerie de Frankfurt y el Paul Getty Museum de Los Ángeles, con otras dos cada uno.

Junto a estos, también es de destacar la generosidad de otros museos que, a pesar de contar con una representación menor del artista, contribuyen a esta exposición con una obra, como el Hermitage de San Petersburgo, el Musée du Louvre de París, el Pushkin Museum de Moscú, la Nacional Gallery of Art of Victoria de Melbourne, el Petit Palais de París, el Mauritshuis Royal Cabinet of Paintings de La Haya, la National Gallery of Canadá de Ottawa, el Timken Museum of Art de San Diego, la Gemäldegallerie de Berlín y el Wallraf-Richatz Museum – Fondation Corboud de Colonia. Además, del territorio nacional, se incluye el préstamo de la estampa El descendimiento por parte de la Biblioteca Nacional (Madrid), y de colección particular, la imponente Minerva (óleo sobre lienzo), procedente de una colección de Nueva York.

Beatriz García Moreno

Más información:

Firma BBVA-Museo del Prado

Garantía del Estado para 25 obras