Cayetana mira a su izquierda

Andrés Merino

La reivindicación de la fotografía como arte de masas ha alcanzado en nuestro país un ritmo envidiable. Las exposiciones sobre el género proliferan y se organizan a buen ritmo, como atestiguan las periódicas ediciones de Photo España. Pero también las administraciones públicas se han sumado a la tarea de recuperar y difundir los cientos de legados que permanecen en la penumbra. En algunos casos ocultos, otros más conocidos, como los de dos de los estudios fotográficos más célebres de Madrid y Barcelona en la segunda mitad del siglo XX. Hablamos, respectivamente, de los de Juan Gyenes, en la capital, y Foto Ramblas, en la Ciudad Condal. Una instantánea de estudio tomada en el primero en 1956 ha servido de imagen de bienvenida para la gran exposición que la Comunidad de Madrid ha presentado sobre los fondos históricos de ambos en la Sala del Canal de Isabel II.

Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII Duquesa de Alba, acudió al estudio del fotógrafo en la calle Santa Isabel esquina a Gran Vía poco antes de cumplir treinta años. No llevaba aún tres en posesión de tan prestigioso título de nobleza, al que acompañan otros muchos se han ido uniendo a su linaje en generaciones anteriores. Habían nacido sólo tres de sus seis hijos. Ataviada con un traje de noche, de atrevido escote para la época, luce como corona una histórica diadema familiar. Baja sutilmente la mirada en lo que no es en absoluto un rasgo de timidez, aunque quizá haya quien apueste por la personalidad del húngaro János Gyenes como motivo para haber retardado un contacto visual directo del artista gráfico y su modelo. La más encumbrada de las aristócratas españolas recoge sus ojos como puede hacerlo hoy, medio siglo después, indiferente a críticas y con una personalidad que compite con la de su afamada antepasada de la España de Goya. Cayetana mira a la izquierda. Y lo afirmamos sin doble intención, aunque en un suntuoso velador del gran salón de tapices de la planta principal del palacio madrileño de Liria luce desde hace décadas, en un marco plateado, una fotografía de la duquesa con Felipe González, ambos sonrientes. Esta que comentamos hoy es de otra época. Es igual. Los Alba son… los Alba, siempre presentes en la grande y pequeña historia.

La foto es un formidable retrato de corte –que no cortesano- del siglo XX, comparable a otros de Amer o Campúa. Y es también una pieza más que simbólica en la trayectoria artística de su autor, pues a partir de ésta no pocos miembros de la nobleza y las altas finanzas madrileñas acudieron masivamente al estudio de Gyenes para inmortalizar su figura. Fue un proceso paralelo, por ejemplo, al que desató el retrato que Ricardo Macarrón hizo de la Condesa Cristina Potocka, que le llevó a acabar pintando a la aristocracia nobiliaria y económica y española y a cinco generaciones de la Familia Real española, desde la Reina Victoria Eugenia a Juan Valentín Urdangarín y de Borbón.

“La Duquesa de Alba”

Juan Gyenes (1956)

Fotografía b/n

Biblioteca Nacional. Madrid.

Exposición “Gyenes. Madrid. Foto Ramblas. Barcelona. Fotografía de estudio 1950-1990”

Sala de Exposiciones Canal de Isabel II (Santa Engracia, 125. Madrid)

Organiza: Dirección General de Archivos, Museos y Bibliotecas de la Consejería de Cultura y Turismo. Comunidad de Madrid.

19 de septiembre de 2008 a 11 de enero de 2009.

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1 COMENTARIO

  1. No se puede decir más con tan pocas palabras. En mi modesta opinión.
    La fotografía acapara cada vez más las salas de los museos. Los temas
    no los comento.
    La pintura parece relegada a un segundo plano.
    En esta ocasión, medio siglo después, el personaje sigue siendo fotogra-
    fiado por doquier, pero Andrés Merino con respetuoso y erudito lenguage
    presenta y analiza una foto, arte, con medio siglo de historia.

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