Luis Fernández, Director General de RTVE, intervino en olor de multitud en el Foro de la Nueva Comunicación que preside José Luis Rodríguez,  ante lo más granado del periodismo y de los ejecutivos de las televisiones privadas españolas, además del Ministro de Cultura o el nuncio, lo que da idea de la expectación que había levantado su comparecencia. Pero en términos taurinos podríamos decir que hizo una faena de aliño, no se arrimó a los temas candentes, eludió las preguntas más interesantes y se marchó con su cuadrilla ante el silencio del respetable.

Luis Fernández siguió la técnica de Solbes de cumplir el programa establecido sin aportar un titular decente que llevarse a la boca. Se mostró optimista, defendió, como no podía ser de otra forma, la televisión y la radio pública y dijo que se abre la mejor etapa para los telespectadores, ya que podrán contar con más de cuarenta canales al entrar en vigor la Televisión Digital Terrestre. Sobre este particular desveló (quizá la única noticia de la mañana) que TVE no se sumará a las televisiones que ya han anunciado  canales de pago.  Se preguntó en voz alta para qué sirve la televisión pública  (contar con los colores de la vida, informar, entretener…) y desgranó las cosas que hace RTVE y que no hacen las privadas, como la producción cultural, programas infantiles, telediarios con un 50 por 100 de información nacional e internacional, deportes minoritarios, etc. Puso énfasis en la diferencia entre la televisión pública y las privadas con este titular.  «Una privada dice: Pajares anda suelto…» «La pública: Pajares sale del hospital…»

Fernández dijo que la corporación publica se basa en la calidad y en el respeto a la intimidad y quiere ser plural e independiente y no estar sometida al Gobierno. Apuntó Fernández que recibe algunas críticas de ministros del Gabinete Zapatero y que también lo hace la oposición del PP; defendió su labor alegando que sólo tiene que dar explicaciones al Parlamento (naturalmente no abundó en dónde radica la mayoría parlamantatria). Su defensa a ultranza del cine español no fue compartida por los asistentes, ya que si los telespectadores no van a las salas privadas en las que se proyectan las películas nacionales, no se entiende el apoyo de TVE a un actividad minoritaria. Fernández, haciendo un guiño al ministro de Cultura, reiteró su apoyo al cine patrio, alegando que es una industria nacional y que las privadas tan sólo dedican al cine español un 2 por 100 de su programación.

Insistió Luis Fernandez en que TVE es más barata que otras televisiones púbicas europeas como la inglesa o la francesa. «A los españoles les cuesta sólo 13 eruos al mes «-dijo.-  También explicó por qué, a pesar de ser una televisión pública,  no se pueden emitir tertulias o prgramas de debate en «prime time»,  porque cada punto de «share» que se pierde a las diez de la noche le cuesta a TVE  30 millones de euros. Respecto al cambio de sede dijo que se hará efectiva en 2011 o 2012, pero no develó la nueva ubicación ni el coste de la operación.

Tampoco quiso ni oir hablar del ERE que ha dejado en la calle a varios miles de trabajadores. Se escudó en que el ERE era voluntario y que ya venía impuesto por el anterior equipo, así que se lavó las manos y pasó a otra cosa. Ante la pregunta de por qué entre las nuevas incorporaciones priman los profesionales del grupo Prisa o Mediapro dió una larga cambiada al aire y no se dignó contestar.

Los representantes de la privadas, Jose Manuel Contreras, consejero delegado de la Sexta,  y Alechu Echevarría, Presidente de Telecinco, no hicieron sangre y se limitaron a recordar a Luis Fernández que el dabate sobre el modelo de televisión pública es una asigntura pendiente que nadie se atreve a abordar.  Fernández, siempre al quite, insitió en el tema presupuestario y puso como ejemplo que TVE  va a pagar  30 millones de euros por 18 partidos de la Champión  cuando a A·3 trece partidos le han costado  29 millones. Y poco más,  aunque por insistencia del moderador desveló que el cambio del logo corporativo les ha costado 750.000 euros, cantidad que tampoco convenció al respetable.

Jesús F. Briceño

(Foto: Logopress)

Artículo anteriorEn Transición, una exposición que refleja el cambio de la dictadura a la democracia sin protagonistas políticos
Artículo siguienteRembrand se expondrá en el Museo del Prado gracias al BBVA (vídeo)

Los comentarios están cerrados.