Con motivo de la exposición Jean-Michel Basquiat. Ahuyentando fantasmas, que hasta el 14 de septiembre puede verse en la sala de la Fundación Marcelino Botín, esta institución ha programado el ciclo “New York no wave: el surgimiento de una nueva vanguardia en el cine”, según la propuesta de Richard Peña, Program Director del Film Society of Lincoln Center y Professor of Film Studies de la Columbia University.

El ciclo comienza el martes próximo 2 de septiembre, con Downtown 81, en la que el protagonista es Basquiat. El programa es el siguiente, con sesiones a las 17:00 y a las 20:15 horas los martes, jueves y sábado de la primera quincena de septiembre.

NEW YORK NO WAVE: EL SURGIMIENTO DE UNA NUEVA VANGUARDIA EN EL CINE

Martes, 2 17:00      DOWNTOWN 81, 1981 (2001). Edo Bertoglio
20:15         PERMANENT VACATION, 1980. Jim Jarmusch
Jueves, 4     17:00          UNMADE BEDS, 1976. Amos Poe
20:15         D.O.A. 1980. Lech Kowalski
Sábado, 6 17:00           AFTER HOURS, 1985. Martin Scorsese
20:15          NEW YORK SHORTS. Selección Cortos
Martes, 9 17:00       PERMANENT VACATION, 1980. Jim Jarmusch
20:15          DOWNTOWN 81, 1981 (2001). Edo Bertoglio
Jueves, 11 17:00          D.O.A., 1980. Lech Kowalski
20:15         UNMADE BEDS, 1976. Amos Poe

Sábado, 13 17:00        NEW YORK SHORTS. Selección Cortos
20:15        AFTER HOURS. 1985. Martin Scorsese

Las proyecciones tendrán lugar en el salón de actos del edificio principal de la Fundación, situado en la calle Pedrueca 1 de Santander. La entrada es libre hasta completar el aforo. Las películas se proyectarán en versión original con subtítulos.

En palabras del coordinador del ciclo, el movimiento “punk/no wave/new underground” surgió ya a mitad de los 70. Conscientemente alejado de la ideología de flores, paz y amor de los hippies, los participantes en este nuevo demi-monde artístico concentrados en los barrios del East Village y Soho en Nueva York crearon un arte que parecía depender de la escoria cultural popular y con vocación de permanecer en las afueras.

Para los cineastas, sus principales inspiraciones eran películas de grado C e incluso Z y series de televisión. Paredes blancas y apartamentos vacíos, salvo camas sucias y un tocadiscos, eran la escenografía más típica. Pero la referencia cultural más importante con gran diferencia era la música rock.

Las películas seleccionadas para esta muestra reflejan en cierta medida la mezcla de estilos y referencias culturales que componen este nuevo cine-vanguardia punk. Era un movimiento que por instinto iba contra toda jerarquía o canon artístico y que, según Peña, merece un lugar especial en la historia del arte americano de finales del siglo XX.

La primera proyección será el martes 2 de septiembre, DOWNTOWN 81. Dirigida por el fotógrafo italiano Edo Bertoglio en 1980 no se terminó hasta 20 años después. Downtown 81 es una “máquina del tiempo” fascinante del mundo marginal de New York a principios de los 80 —momento en el que el movimiento “punk” estaba acabando. La película refleja la vida cotidiana de Jean-Michel Basquiat, que contaba solamente 19 años cuando hicieron la película y fue unos años antes de que lograra su fama como uno de los artistas más discutidos de los Estados Unidos.

La película presenta algunos de los conjuntos de rock más importantes de la época, como Kid Creol and the Coconots, y hace un retrato sorprendente del sur de Manhattan cuando todavía era un terreno de junkies, prostitutas, ladrones, músicos y artistas de todos los géneros.

La exposición del artista Jean-Michel Basquiat se muestra en la sala de la calle Marcelino Sanz de Sautuola, 3 de Santander, detrás del Paseo de Pereda. Abre todos los días, de 12 a 14 y de 17 a 21:30 horas. La entrada es gratuita.

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1 COMENTARIO

  1. ¿Así que el Banco Santander (Fundación Marcelino Botín) se dedica a promover el espíritu punk que sigue haciendo arder a sus cajeros?

    Si lo que pretenden es hacer Historia cualquier actitud transgresora veo muy difícil que lo consigan de éste modo. Es demasiado evidente que una fundación usurera no tiene ningún fín cultural ni social, sino económico y represivo.

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