Por primera vez en español


Cartas de amor

Traducción, edición y prólogo de David Felipe Arranz

El estilo barroco y galante de un autor que se hizo popular gracias a que el poeta y dramaturgo Edmond Rostand lo convirtió en personaje de ficción.

Pendenciero, valiente, arrogante, librepensador, científico, matemáticos… Espadachín de arma tan afilada como su nariz o su lengua, Cyrano de Bergerac ha pasado a la historia gracias a la obra teatral de Edmond Rostand llevada varias veces al cine con enorme éxito. Esa fama legendaria ha ocultado su faceta real como escritor, autor de numerosa correspondencia, entre ella dieciséis cartas de amor que se traducen por primera vez al español en esta edición a cargo del filólogo y periodista David Felipe Arranz. Muchas de ellas las redactó por encargo, para enamorar con su pluma a las amantes de otros, como aquella Roxane a la que amaba en silencio y a la que emocionaba con su retórica, escondido bajo un balcón, para paliar la torpeza de un novio tan apuesto como parco en palabras.

Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac (París, 1619-1655), contemporáneo de Molière, poeta arrogante y fantasioso, fue el cuarto hijo de Abel de Cyrano, abogado del Parlamento, y de Espérance Bellange. Como militar se hizo célebre por su valentía y afición a batirse en duelos, aunque se incorporó pronto a la vida civil tras recibir una herida en la garganta durante el sitio de Arras contra las tropas españolas. A partir de entonces comenzó a estudiar filosofía y a orientarse plenamente hacia la literatura. Novelista, dramaturgo, autor satírico, epistológrafo, antes de morir escribió el primer capítulo de un Trattato di fisica. En 1638 adoptó el nombre de Bergerac en honor a las tierras compradas por su abuelo al enriquecerse con su negocio de pescadería, gracias a lo cual la familia de Hercule-Savinien entró en el círculo de la pequeña nobleza. Entre su obra destacan sus Cartas (1654), El pedante burlado (1654), Historia cómica de los Estados e imperios de la Luna (1650) y la Historia cómica de los Estados e imperios del Sol (1662), aunque ha pasado a la posteridad como personaje del drama de Edmond Rostand escrito en (1897).

Del epílogo de David Felipe Arranz
Es ésta la primera vez que ve la luz en lengua española un grupo importante de las cartas escritas, de puño y letra, por el legendario librepensador, científico, matemático, espadachín, gramático, soldado, poeta y dramaturgo parisino Cyrano de Bergerac (1619-1655), al que se le conoce más como héroe de ficción a través del teatro y del cine que como personaje histórico y poeta. Las magníficas versiones fílmicas dirigidas por Augusto Genina (1925), Michael Gordon (1950) y jean-Paul Rappeneau (1991), cuya interpretación a cargo de Gérard Depardieu convirtió a Cyrano en un neorromántico fenómeno de masas, junto a las innumerables representaciones teatrales, han mantenido viva la memoria de este singular y controvertido personaje del Barroco.

Zanjamos así una deuda pendiente en nuestro país con uno de los personajes reales y de ficción más evocados, pero paradójicamente menos conocidos, algo que, por otra parte, suele ocurrir. En concreto, el lector tiene hoy ante sus manos las dieciséis cartas de amor que del verdadero Savinien de Cyrano de Bergerac nos han llegado hasta nuestros días. He aquí el ramillete de cartas amorosas, aquellas que le dieron fama y que de forma manuscrita e impresa han disfrutado los lectores allende los Pirineos.

Plantear su epistolario amoroso como una forma de expresión sin un destinatario concreto la mayor parte de las veces, siguiendo unos modelos literarios y pragmáticos listos para ser distribuidos cual gacetillas en torno al Pont-Neuf, en París, cuando la idea que se tiene del vate y libertino galo es la de un aventurero romántico, no deja de resultar, por lo menos, chocante y puede que a más de uno le trastoque la imagen que de él tenía. Sin embargo, a la luz de la traducción, una idea mucho más nítida que la que se tenía sobre su labor de escritor se presenta colándose de rondón, merced a este pequeño corpus.

En cualquier caso, se trata de una imagen de su labor de poeta no demasiado alejada de la propugnada por Edmond Rostand en su drama Cyrano de Bergerac (1897), pues en ella recordaremos que el héroe pone su pluma al servicio del joven cadete Christian de Neuvillette por el secreto amor que el joven profesa a Roxanne. La literatura se hace, pues, función, y tanto da que Rostand lo reconstruya fingiendo ser Christian bajo el balcón de Roxanne, que imaginarlo escribiendo epístolas en su casa o en las tabernas, para sí o por encargo, si lo que descubrimos es que una carta forma parte del disfraz, de la múltiple personalidad de Cyrano. Estamos, en definitiva, ante el ingenio de un poeta barroco al servicio de unos intereses.

Cartas de amor
Cyrano de Bergerac

Traducció, edición y prólogo de David Felipe Arranz

Colección: BREVIARIOS DEL REY LEAR
88 páginas
ISBN: 978-84-92403-03-5
Precio recomentado: 11 euros

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4 COMENTARIOS

  1. Cyrano es poesía viva en cada momento. El duelo es antológico y la escena del balcón bellísima. Es una película que he visto varias veces y en todas ellas me he emocionado. Me quedan pendiente leer la obra y verla representada en los escenarios. Y esta edición de sus obras, de las del verdadero Cyrano, tiene que caer también.

    Un saludo

    MrWilliam

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