Ha cerrado sus puertas ALMONEDA 2008 y ya está preparando la nueva edición para 2009

Todo un éxito de ventas y de público en un momento de crisis económica donde la incertidumbre acompañaba la apertura de la XVIII Edición.

Recibieron más de 24.600 personas y se vendieron 12.083 piezas con un mínimo de 50 años de antigüedad.

ALMONEDA coincidió en los mismos días con la celebración de otras ferias similares en distintas ciudades españolas sin lograr éstas alcanzar las cifras de visitas de años anteriores, ni el volumen de ventas. Algunos de los profesionales del mercado del arte que han participado en estas otras ferias han manifestado a LOGOPRESS su propósito de solicitar para la próxima edición un espacio en ALMONEDA 2009.

La Feria de Antigüedades, Galerías de Arte y Coleccionismo, organizada por IFEMA, celebró su décimo octava edición del 29 de marzo al 6 de abril, en Feria de Madrid. Una vez más, este certamen abierto al público con venta directa, se mostró como el mayor escaparte del pasado en España, donde se reunieron cerca de 30.000 objetos, con un mínimo de 50 años de antigüedad, a precios asequibles.

En esta convocatoria, en la que el certamen celebró su mayoría de edad, la cifra de visitantes sumó un total de 24.684 personas, con un ligero incremento en relación con su edición del pasado año. En cuanto al volumen de adquisiciones realizadas durante la feria, alcanzó las 12.083 piezas vendidas. Los objetos más demandados fueron los denominados de Colección, como abanicos, bastones, carteles, dedales, juguetes, monedas, plumas, radios o teléfonos y los de Decoración, como candelabros, espejos, lámparas o marcos. Los muebles ocuparon el tercer lugar del ranking de ventas de ALMONEDA’08.

Por otra parte, la interesante iniciativa de declarar el martes 1 de abril día de puertas abiertas, con acceso gratuito para todos sus visitantes, tuvo una excelente acogida entre el público. La afluencia a ALMONEDA en esta jornada fue de 3.975 personas, con un aumento del 97% con respecto al martes del año anterior. Los visitantes que acudieron durante este día presentaron un perfil muy concreto: personas muy interesadas por conocer lo que se puede encontrar en una feria de antigüedades y coleccionismo, receptivos y con predisposición a ampliar información a través del contacto con los expositores sobre los objetos reunidos. Con todo ello, esta nueva acción emprendida por la feria ha resultado muy favorable, tanto para la difusión de las antigüedades y el coleccionismo, como para dar a conocer el conjunto del certamen entre un público hasta ahora no habitual.

ALMONEDA’8 reunió a 208 brocanteurs, anticuarios y galeristas – de ellos, 11 extranjeros- que mostraron una completa oferta de objetos de otros tiempos, donde el visitante pudo encontrar piezas de los años 40, 50 y 60 creados por los grandes del diseño internacional, mobiliario antiguo, joyas, ropa de hogar, bisutería, bolsos, tallas, lámparas, alfombras, arqueología, relojes o plata, hasta componer un interesante mosaico de piezas del pasado llenas de historia y encanto, en el que también ocuparon un lugar destacado las obras de pintura y escultura de artistas consagrados y actuales. En pintura antigua, destacaron entre otras obras, un bodegón del siglo XVIII, perteneciente al taller de Yepes o un óleo sobre lienzo alegórico del siglo XVII. En arte contemporáneo, ALMONEDA exhibió óleos de Luis Feito o Manolo Valdés, entre otros, así como grabados de Picasso, Miró y Dalí.

Piezas para todos los bolsillos
Una vez más, ALMONEDA propuso un completo y ameno recorrido por el pasado reciente para todos los públicos, localizado en el pabellón 7 –de Feria de Madrid- que volvió a confirmar como lo antiguo y exclusivo no tiene por qué ser caro. En esta convocatoria, se pudieron encontrar objetos a partir de 1 euro, como por ejemplo las tarjetas postales de comienzos del siglo XX, con vistas de ciudades españolas. Otros ejemplos de objetos asequibles fueron las gargantillas de bronce plateado del siglo XIX, por 15 euros. Entre las piezas más especiales de esta edición, se presentó una Virgen con Niño policromada, siglo XIII, valorada en 27.000 euros.

Por otra parte, este gran escaparate también albergó numerosos objetos curiosos e insólitos de otras épocas. En esta ocasión, uno de las piezas más llamativas por su rareza y escasez en el mercado fue un casco medieval de cota de malla doble –Toledo, siglo XIV-. Asimismo, resultaron singulares una mesa realizada en piel de serpiente, años 50, y unos cráneos de monos mandriles, con finalidad decorativa, del siglo XIX.

Desde su creación en los años 90, este certamen se ha convertido en uno de los grandes referentes del coleccionismo en España y por tanto de visita ineludible para una buena parte de los diez millones de españoles declarados apasionados de esta afición. Entre los miles de objetos de colección reunidos en ALMONEDA, esta edición acogió dedales, barajas antiguas, navajas, libros, máquinas de escribir y carteles de toros, entre otros. Asimismo, se exhibieron máscaras africanas interesantes.

La antigüedad media de las piezas reunidas en esta edición de ALMONEDA se situó entre los 60 y los 120 años. El objeto más antiguo presente en esta edición es un caballo de terracota de la dinastía Han, 206 a. C. al 220 d.C., y el más moderno una colección de óleos y dibujos con la temática de las Meninas, realizadas por el artista búlgaro Valentín Kovatchev.

En el ámbito de la decoración, y como ejemplo de precios asequibles, el certamen propuso decorar una sala de estar con piezas con al menos 50 años de antigüedad sin superar los 6.000 euros. La propuesta presentada en el espacio Vintage ALMONEDA’08 incluía una mesa de comedor Decó años 60 (1.500 euros); un conjunto de 6 sillas de las misma época (1.400 euros); un sillón sueco, años 50, Svenskt Tenn, tapizado con una tela de William Morris (1.500 euros); una cómoda danesa en madera de teka, años 50 (900 euros); una lámpara arco, años 60 (650 euros) y seis cuadros, con ilustraciones de los años 20 y 50, (8 euros c/u). En total 6.000 euros, una cifra asequible, para todos los públicos, que permite al que se decide por el vintage estar rodeado de piezas únicas, antiguas, de estilo atemporal, fáciles de encajar en cualquier espacio y fabricadas en materiales nobles.

Por otra parte, las antigüedades y objetos del pasado vuelven a ocupar un lugar estelar en decoración. Con nuevas aplicaciones y combinaciones ofrecen una imagen renovada, favorecida por la creciente presencia de muebles del siglo XX y la recuperación del concepto vintage aplicado al interiorismo. Las tendencias de decoración actuales además de tender a fusionar y reinterpretar estilos, dibujan ambientes llenos de contrastes. Clásicos o funcionales, ambos estilos admiten los objetos de autor del siglo pasado, a la vez que apuestan por espacios contemporáneos y cálidos. Todo cabe en la casa moderna.

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