Gracias a Dios el experimento de TVE “Tengo una pregunta para usted” resultó un estrepitoso fracaso con escaso éxito de crítica y público. Menos mal, porque si el programa no hubiera dormido hasta a las ovejas los rectores de la televisión pública estarían ya programando nuevas ediciones con personajes más o menos populares. Luis Aragonés fue un magnífico jugador de fútbol y ayer daba un poco de pena que la mayoría de los preguntones no tuvieran ni idea de que este señor barrigudo y trastabillado de lengua, que hoy rige los designios de la selección española, fue uno de los estilistas más reputados del césped patrio, tanto en las filas del Atlético de Madrid como en el combinado nacional. Dios le dio muchas virtudes pero le privó del verbo fácil y lo de ayer fue grotesco. Si transcribiéramos algunas de las respuestas de forma literal, como hacen en algunos programas amarillos, sería desternillante si no fuera triste, por que este señor -aunque él se resista a reconocerlo- es un líder mediático y además debe ganar como cien veces el sueldo del presidente del Gobierno. Eso de sujeto, verbo y predicado brilló por su ausencia y para colmo cuando hilaba una frase medio correcta era para no decir nada. Eso sí nos enteramos que no lleva a Raúl porque los jugadores son los que se caen (no será por los goles que lleva marcados este año en la liga) y no sabemos si prefiere jugar con sus chicos de 24 años de media, que no han ganado nada en competiciones oficiales, o con los de Italia que con 32 años lo ganan todo.

Vuelva Luis Aragonés a sus quehaceres deportivos y a ver si una vez por todas nos da alguna alegría a los sufridos aficionados. Los jugadores seguirán hinchándose a ganar dinero, los federativos seguirán ganando pasta porque a ellos la crisis y las hipotecas les resbalan y los presidentes del los clubes, casi todos ellos figuras emergentes del ladrillo, renacerán de sus cenizas como el ave Fénix, porque los ricos nunca lloran. Si no hay triunfos para la afición seguirán forrándose con el traspaso de jugadores y recalificando el terreno de los estadios. Y esta noche desearle suerte al Getafe aunque mucho me temo que al igual que pasó con el Bayern el Valencia es mucho Valencia y los dioses, como la suerte, siempre están del lado de los poderosos.

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