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Revolución Cinética en Lisboa

Museu Nacional de Arte Contemporânea

Museu do Chiado

Del 13 de marzo al 15 de junio

La muestra reúne a los artistas más significativos del arte óptico-cinético

El Museu Nacional de Arte Contemporânea – Museu do Chiado, con la colaboración de Caja Duero, presenta por primera vez en Portugal una exposición que reúne a los protagonistas del arte óptico-cinético, desde sus precusores como Marcel Duchamp, a nombres como Nicolas Schöffer, Julio Le Parc, Agam o Bridget Riley, entre otros. Seleccionados por el comisario Emmanuel Guigon, director del Musée de Beaux-Arts et Archéologique de Besançon, la exposición muestra la obra de artistas portugueses como António Pedro, Nadir Afonso, Eduardo Nery, Artur Rosa y René Bertholo y españoles como Ángel Duarte, Eusebio Sempere y Equipo 57. Reunir estas obras ha sido posible gracias a la generosidad de la Galeria Denise René y de los museos e instituciones que han cedido sus obras.

El arte cinético nace de una utopía: llevar el arte a la vida. De hecho, es uno de los movimientos que más se han acercado a este objetivo, gracias a la influencia que ejerció sobre la sociedad, como fuente de inspiración en ámbitos tan diversos como la industria de la moda, la creación arquitectónica, el mundo de los medios de comunicación y la creación gráfica.

El acto fundacional del arte cinético se suele fechar el 6 de abril de 1955, día en que se inauguró la exposición Le Mouvement , organizada por la Galería Denise René en París. En ella participaron -junto a artistas ya consolidados como Marcel Duchamp, que presentaba sus Roto-relieves- Yaacov Agam, Pol Bury, Jesús Soto, Jean Tinguely y Victor Vasarely (el verdadero instigador de la muestra colectiva, de quien esta exposición presenta varias piezas, verdaderas obras maestras). Un documental muestra este acontecimiento que tendría enorme importancia en la historia del arte de posguerra.

Los artistas del cinetismo recurren a infinidad de métodos para obtener variaciones o ilusiones de movimiento, desde creaciones ópticas que tienen lugar a partir de las reacciones retinianas previstas, hasta una composición tramada del espacio que, gracias a la superposición de líneas, produce una impresión de reflejos tornasolados en movimiento, cuando en realidad la obra permanece perfectamente inmóvil. Agam y Soto recurrieron a menudo a este tipo de ilusiones. Estos y otros artistas del movimiento cinético investigaron sobre las condiciones y los límites de la velocidad de la percepción, la dinamogenia y el entrenamiento cinético de la mirada. Sus obras juegan con el dinamismo retiniano, con los fenómenos de aceleración óptica. En otros casos es la obra la que se pone en movimiento, como en las esculturas de Tinguely, ya sea como reacción a una acción del espectador, ya sea a impulso de un motor eléctrico.

A partir de 1959, Carlos Cruz-Diez desarrolla la serie de las Fisiocromías: paneles de láminas metálicas pintadas, distribuidas en vertical o en horizontal, que buscan crear un efecto retiniano de dinámica irisada. De Cruz-Diez presentamos además una sala particularmente espectacular de Chromosaturación. Los juegos y los reflejos luminosos dan lugar a lo que se llamará «luminocinetismo», una tendencia que cuenta entre sus fervientes adeptos a Martha Boto, Hugo Demarco y Gregorio Vardanega. Los mismos efectos estroboscópicos se encuentran en las películas experimentales que se presentan en proyección: Disques stroboscopiques du XIX siècle [1999] de Dominique Willoughby, Anémic Cinéma [1925] de Marcel Duchamp, Pièce Mandala (End War) [1966] de Paul Sharits e Iris [1976] de Pierre Rovère.

Una de las premisas fundamentales de los artistas cinéticos era estimular la participación del espectador e implicarle físicamente en el dispositivo de la obra. Como ejemplos paradigmáticos de esta premisa se presentan diversas obras transformables de Yaacov Agam y Pol Bury que juegan con la manipulación y la tactilidad. La multiplicidad simultánea de puntos de vista y otros condicionantes de la mirada, de efecto a menudo desorientador, también están presentes en los espejos y útiles especulares que forman parte de las obras de Julio Le Parc: las famosas gafas que se pueden ver en vitrina junto a los espejos.

El ojo-computadora quiere dar cuenta de la importancia que tuvieron el modelo de la cibernética y la teoría de la información para las investigaciones y los experimentos propios del arte cinético. Nicolas Schöffer está considerado el teórico del arte cibernético, que desarrolló a partir de 1948. Entonces empieza a realizar esculturas metálicas cuyas superficies pulidas (tubos, planos cortados con formas geométricas simples, tramas) atrapan la luz y producen proyecciones en el espacio. Estas construcciones son progresivamente dotadas de movimientos más o menos regulares, por medio de motores eléctricos que multiplican su dinamismo espacial. Convencido rápidamente de que el arte debe salir del taller, Schöffer desarrolla sus investigaciones alrededor de tres materiales: espacio, luz y tiempo.

El movimiento cinético se desarrolló en Europa y se extendió a Estados Unidos, donde fue transformándose progresivamente. En 1965, la exposición del MOMA The Responsive Eye , supuso la confirmación de esta nueva estética, que se emparentó con el Op-art y otros derivados, abriendo nuevos y fructíferos caminos de expresión que se perfilan hasta nuestros días. Un film de Brian de Palma documenta este momento especialmente feliz.

Datos de Interés: Exposición REVOLUÇÃO CINÉTICA Museu Nacional de Arte Contemporânea – Museu do Chiado Rua Serpa Pinto, 4
1200-444 Lisboa

Fechas: Del 13 de marzo al 15 de junio de 2008
Horario: De martes a domingo de 10 h a 18 h

Imagen:Karl Gerstner Color sound 1d extraversión, 1968-72-78 Relieve de laca de nitro, placa de estratificado 118×118 cm Galerie Denise René, París