Nuevas salas dedicadas a la colección permanente

Las musas de Cristina de Suecia

Ubicadas en altos pedestales parecidos a fustes de columnas clásicas, las Musas dan la bienvenida al visitante del Museo del Prado. Con esta selección de estatuas antiguas se subraya que el Museo es también una colección de escultura clásica, y se vuelve a recuperar el espacio basilical para obras en mármol tal y cómo lo fue durante las primeras décadas de la historia de la institución.


Las ocho estatuas de mármol fueron halladas hacia 1500 en la Villa Adriana de Tívoli, donde decoraron el escenario del Teatro de la Academia ó Odeón. Su realización, a finales del reinado de Adriano (hacia 130 d. C.), se debe a dos talleres romanos que reprodujeron modelos griegos del siglo II a. C. Hacia 1670 fueron adquiridas por la reina Cristina de Suecia (1626-1689) y expuestas en su palacio romano. Compradas por Felipe V llegaron en 1725 al palacio de La Granja de San Ildefonso.

Las Musas fueron restauradas por Ercole Ferrata (1610-1686), recibiendo nuevos atributos y cabezas según la identificación que se le daba en aquel momento. Sólo Terpsícore (E-41) fue identificada correctamente. La musa que lleva el retrato de Cristina de Suecia (E-38) fue convertida en Melpómene siendo, sin embargo, Talía, la musa de la comedia, como indica la máscara cómica; Calíope fue restaurada sin razón especial como Urania (E-62).

Las musas eran hijas de Zeus y de la Memoria

Las musas eran hijas de Zeus y de la Memoria (Mnemosine) y originalmente solían cantar juntas con bella voz a los dioses en el Olimpo o proporcionar inspiración divina a los poetas y a las sibilas. Sólo a partir del siglo II a. C. se empieza a relacionar cada una de las musas con un arte específico. Tenían su culto en el Museion de la famosa Biblioteca de Alejandría; de allí el término moderno de Museo

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