El BBVA presenta en Madrid Arte Latino Americano en la colección BBVA un conjunto de obras maestras de su Colección en América Latina. Una selección de 80 piezas que abarcan desde la época precolombina al s. XX.

Desde 2l 21 de septiembre al 9 de diciembre de 2007 en el Palacio del Marqués de Salamanda.

En esta exposición se muestran las tendencias artísticas que se han ido sucediendo a lo largo de la historia en el sur y centro del continente americano, con especial énfasis en el arte desarrollado entre los siglos XVII y XX. El espectador puede realizar un recorrido histórico a través de las manifestaciones artísticas de América Latina gracias a las piezas expuestas que incluyen las obras más relevantes de cada cultura, desde vasijas de la cultura Moche o Nazca a óleos como Retrato de mujer de Diego Rivera, o esculturas en mármol como la de Lika Mutal.

La muestra se divide en cronológicamente en cuatro épocas el Arte en la América andina prehispánica. La etapa de los virreinatos, El Siglo XIX y El Siglo XX. Bajo el título de Arte en la América andina prehispánica se agrupan un conjunto de piezas que son los testimonios artísticos de las primeras fases de ocupación humana en los Andes. La cerámica se erige en estandarte de esta época, en la que culturas como la Moche o la Inca están presentes a través de vasijas o figuras, reflejos del arte alfarero, siendo la Vasija Nazca una de las piezas a destacar. También de época precolombina son los seis Keros, peculiares vasos de madera que son un ejemplo de riqueza cromática.

En La etapa de Los Virreinatos la temática religiosa está muy presente, derivado del patronazgo sostenido por el obispo Manuel de Mollinedo. De esa época destacan figuras como Quispe Tito, el más célebre de los pintores indígenas, muy influyente en los artistas locales del siglo XVIII, Basilio Pacheco o Mauricio García. Obras como San José con el Niño o Retorno de Egipto son reflejo del uso del sobredorado. La iconografía religiosa de la época se completa con los crucificados y con las cortes de ángeles y arcángeles arcabuceros.

Asimismo, se incluyen dos álbumes de acuarelas pertenecientes al obispo Martínez de Compañón, uno de carácter etnográfico y costumbrista, y el otro de corte naturalista, en el que se describen las aves del área geográfica del norte de Perú. El Siglo XIX da lugar a diferentes corrientes que evolucionan a lo largo del tiempo. El paso de los postulados de la Ilustración a los del Romanticismo, provocó una imagen estereotipada de América en la que abundaban los parajes idílicos. La independencia de las naciones llevó a la representación de la identidad nacional en la que destacan José Gil de Castro o Martín Tovar y Tovar.

Nuevas tendencias llegan de Europa como el orientalismo representado por Ernesto Molina, Alfredo Valenzuela o Arturo Gordon. También el impresionismo francés, el “manchismo” italiano, o el naturalismo “contaminaron” el paisaje y las escenas costumbristas del momento. Una de las más relevantes escuelas paisajistas fue la chilena, fundada por Antonio Smith. Este género tuvo sus equivalentes en Perú, Colombia o Argentina, representados por Teófilo Castillo, Ricardo Gómez o Cesáreo Bernaldo de Quirós, entre otros.

El Siglo XX fue especialmente productivo en estas tierras siendo especial en cada país de ahí que se haga un estudio en cada uno de ellos. México quizá sea el país que mejor sintetiza las características comunes de toda la pintura de Latinoamérica. Tras el triunfo de la revolución, el Estado encargó a un grupo de artistas, que posteriormente serían conocidos como muralistas, artistas que convivían con las colonias surrealistas exiliadas de Europa.

Perú, es junto al país anterior, el máximo exponente de la tradición precolombina, aunque utilizan la pintura no tanto como denuncia sino como seña de identidad del orgullo patrio. El indigenismo, entre los años 20 y 40, y las tendencias geométricas con Los pescadores, de Carlos Quíspez Asín, constituyen un buen ejemplo en esta muestra. El arte argentino recogió influencias europeas. Artistas como Lino Enea Spilimbergo sintetizan muy bien esa influencia con los orígenes latinoamericanos. La abstracción caracteriza su obra a partir de los años 50 con los artistas geométricos de la Asociación Arte Concreto e Innovación, que abogaba por la desaparición del arte representativo.

En Chile destaca la llamada Generación del 13, mientras que el surrealismo es visible en Mario Toral o Benito Rojo. En los años cincuenta llegó el geometrismo y una década después la corriente informalista. Colombia tiene menos presencia en esta selección, lo que no impide presentar obras excepcionales como Hombres y caballos de Fernando Botero o Mantel de Enrique Grau. Uruguay generó unas de las propuestas plásticas más importantes y determinantes para el desarrollo de las vanguardias artísticas en Latinoamérica con pintores como Rafael Barradas y Torres-García. De Venezuela sobresalen dos paisajes de Manuel Cabré y Alberto Egea López, Paisaje de Ávila y Paisaje de Caraca; y de Carlos Cruz-Díez Fisiocromía nº 698, una obra vanguardista que combina color y formas geométricas.

Arte Latinoamericano en la Colección BBVA
BBVA. Palacio del Marqués de Salamanca
Paseo de Recoletos 10, Madrid
Horario: de martes a sábado, de 11 a 20 horas. Domingos y festivos, de 11 a 14 horas. Lunes cerrado.
Entrada libre

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1 COMENTARIO

  1. Estoy interesado en comunicarme con ustedes. Soy escritor y represento a varios artista plástico de Rep. Dominicana como de Haití…

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