Cuando aún no se han apagado los ecos de la crisis creada en el Reina Sofía ante la dimisión de su directora Ana Martínez de Aguilar otra guerra ha estallado en el mundo del arte y en este caso su protagonista es Lourdes Fernández, directora de Arco. La edición 2007 de esta Feria fue un éxito a tenor de las declaraciones de su directora aunque nunca hemos conocido datos concretos y existe una gran confusión entre los intereses públicos y los privados. Siempre se habla en porcentajes sobre cifras ocultas y los propios estatutos de Arco son un gran misterio. Arco necesita una auditoria pública en la que se den a conocer las cantidades que ponen las administraciones públicas, tanto autonómicas como estatales, la Cámara de Comercio, Fundaciones y entes privados. No estaría demás que se hicieran públicos también los sueldos de sus gestores, empezando por el de su directora, así como los presupuestos de publicidad, promoción y relaciones públicas. En Arco abundan los agasajos y atenciones a coleccionistas, incluidos viajes y estancias, sin que se conozcan los criterios que se siguen para estar entre los elegidos. Lo mismo ocurre con la publicidad que reparte un generoso presupuesto a tenor de los espacios habilitados en determinados medios de comunicación, vallas y otro tipo de soportes, sin dar explicaciones claras y convincentes del porqué unas cabeceras se ven favorecidas por este maná y otras no. Lo cortés no quita lo valiente y este medio no ahorró elogios a lo que le pareció destacable desde el punto de vista artístico y organizativo de Arco en su pasada edición, primera de Lourdes Fernández como directora, que, en general, fue mucho mejor que la feria precedente, pero también echamos en falta unas cuentas más claras y criterios más objetivos en la selección de galerías. Y eso también piensan coleccionistas y galeristas porque si buscan Arco 08 ó 07 en Google, de cientos de miles de citas www.logopress.es siempre aparece entre las primeras. Esa guerra sorda de la que nadie quería hablar por si se quedaban fuera del pastel ha estallado ahora y el director de la galería Estampa, Manuel Cuevas, junto a otros dueños de galerías encuadrados en ArteMadrid, le están cantando las cuarenta a Lourdes Fernández. Nos han vendido Arco como la feria del glamour del arte y por allí desfila toda la clase política y las celebridades del “Hola” pero en realidad es un mercado en el que se mueve mucho dinero, pasta, parné o como ustedes lo quieran llamar y los navajazos están a la orden del día. Otra patata caliente para el ministro de Cultura del Gobierno de España, porque Arco se celebra en Madrid y es el principal escaparate del arte actual en nuestro país.
Artículo anteriorKonrad Muhr en el Museo del Traje
Artículo siguienteARCO en estado de guerra