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Ana Martínez de Aguilar, entre dos fuegos

La política se ha llevado por delante a la directora del Museo Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar, que ha sucumbido a la fuerte lucha de intereses que se enfrentan en el mundo de la Cultura. Si alguien tiene dudas acerca de los motivos del cese-dimisión de la Directora del CARS les invito a leer la noticia en dos periódicos, ABC y El País. Para el primero, “su dimisión completa la demolición controlada de los agujeros negros heredados de la gestión de Carmen Calvo en el Ministerio de Cultura” y su critico de Arte Fernando Castro escribe: “Veía enemigos por todas partes y recurría constantemente a su mentor Francisco Calvo Serraller para recuperar precariamente la confianza. (…) Dimite, como era más que razonable, aunque tarde, Ana Martínez de Aguilar dejando para el recuerdo tan sólo su completa incapacidad, pero también tendría que valorarse la “ejecutoria” en la sombra de Calvo Serraller que en el Prado ha tenido también barra libre”. Por su parte, el propio Calvo Serraller bajo el título “Buenas prácticas, malas artes”, tras destacar las virtudes curriculares de Martínez de Aguilar, escribe en “El País»: «La dirección de Ana Martínez de Aguilar ha sido un calvario atizado por ciertos sectores y medios que le imputaban responsabilidades que no le correspondían y hasta la acusaban por lo que paradójicamente había contribuido a solucionar». Según Calvo Serraller, el número de visitantes se había incrementado de forma considerable y la gestión de exposiciones temporales del MNCARS había sido considerada por un conjunto de críticos como la mejor de nuestro país y achaca las maniobras para desprestigiarla a “determinados grupos del sector artístico español de representación limitada, cuando no dudosa”. El ministro César Antonio Molina, que también ha sido un reputado crítico, tiene ahora la oportunidad de poner un poco de cordura ante tanto desatino.