Con el arte pasa como con los pisos, cada uno trata de vender el suyo y pone el listón donde le da la gana. Los viernes se publican varios suplementos inmobiliarios en los principales diarios y los títulos son contradictorios. Para unos los pisos van a seguir subiendo; para otros no se vende un pimiento y van a cerrar el 40 por 100 de las nuevas agencias inmobiliarias. Nadie quiere perder el chollo de vender duros a seis pesetas. Lo mismo pasa con el arte, de lo que te piden a lo que pagas puede variar hasta un 30 por 100. Los galeristas se quitan a los moscones y a los periodistas y sólo hablan con quien va con la chequera por delante. En Arco prima más el negocio que la contemplación, de ahí las protestas del público que tiene que pagar 30 euros por darse una vuelta. Interesante crónica en el País sobre el pobre papel de las Comunidades Autónomas que acuden a Arco como si fuera la Feria del Campo y nuevo varapalo a “La movida” que patrocina en su stand la Comunidad de Madrid, ¡qué manía tiene Esperanza Aguirre de reeditar los excesos del “viejo profesor” –que tenía más de verde que de viejo- y que no le van a dar ni un voto en mayo! El País sigue su luna de miel con la directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar, a la que dedica una foto más grande que la de los Reyes. Pasados los fastos de la inauguración también en el Mundo hay noticias interesantes sobre el desarrollo de la Feria y entre ellas algo que ya se veía venir y es que los artistas y las galerías españolas se diluyen entre tanta oferta internacional y al final la pregunta del millón: ¿es mejor contratar extranjeros o tirar de la cantera? También sería paradójico gastarnos las perras en una Feria que de española tiene cada vez menos y que encumbra todo lo de fuera sin apostar por los artistas de casa. Eterna paradoja. Lo mejor de ABC es una especia de vía crucis con doce estaciones con lo mejor de Arco o al menos lo que más ha llamado la atención a su equipo de Cultura que puede servir para darse una vuelta sin grandes pretensiones. En La Razón nos enteramos que Arco invita todos los años a 250 coleccionistas extranjeros a visitar la feria, aunque la galerista Helga de Alvear dice que muchos vienen a cenar y a disfrutar de la noche madrileña. Y Norberto Dotor, dueño de Fúcares (en Almagro y Madrid), dice que a los especuladores se les cala enseguida y que este año que hay bonaza económica el dinero abunda. También los Económicos siguen con asiduidad la feria, que al fin y al cabo se trata de invertir, y hoy destaca la doble pagina de Carlos García-Osuna en El Economista, con “El gran bazar del arte actual”.

Artículo anteriorNuevos ricos a tiro de Arco
Artículo siguienteColección de Arte Contemporáneo Fundación "la Caixa". Al otro lado del espejo