Arco ya está aquí y el bombardeo de noticias sobre esta feria de arte contemporáneo nos hará creer que todos somos galeristas o coleccionistas (algo así como el ¿estudias o trabajas?, no hay alternativa). La desmesura no conoce límites, sobre todo cuando tratan de convencernos de que cualquier españolito puede iniciar una colección por unos pocos miles de euros y si no eres un donnadie. En Arco veremos las mismas caras que en Cibeles; eso sí, un poco más desaliñadas, que en el arte sigue mandando la moda “mao”, con camisas sin cuello y una especie de monos de taller, pero de diseño. En El Mundo, suplemento especial sobre un Arco futurista con mucha performance (vamos, videos y cachivaches, para entendernos…), mucha Corea, la del Sur, que la otra está enfrascada en otros menesteres menos lúdicos, y una nueva entrevista con Lourdes Fernández que tiene buenas palabras para todas las cuestiones que se le plantean. Lo mejor, una columna de Marcos-Ricardo Barnatán con el título: “Será de verdad un nuevo Arco”. En El País una guía con el Arco alternativo, es decir doce exposiciones que se exhiben en Madrid al calor de la feria madre. En ABC todo lo que quiso saber sobre el arte en Corea y nunca se atrevió a preguntarlo, la verdad es que las fotos son curiosas, así como los montajes, ya veremos lo que opina el público que como en los toros es el que tiene la última palabra, por encima de los críticos, que me atrevería a decir que no conocen ni de oídas a estos artistas asiáticos y sin embargo no se cortan a la hora de opinar. En La Razón hoy no tenían mucho que contar y sigue siendo el medio más errático a la hora de valorar estas cosas de la Cultura desde que abandonó el barco Luis María Ánson. Un paseo por los económicos nos lleva por otros derroteros, por ejemplo a las noticias que se pueden leer sobre Mapfre, que tiene una fundación puntera en arte, y que aparece señalada en “los salmones” porque dicen que no presenta bien las cuentas y que esta ingeniosa contabilidad ha restado 112 millones de euros a sus socios (titulares de El Economista y portada en Cinco Días y Expansión). Y por último un tema recurrente en todos los diarios: la nueva Ley del Cine que la ministra Calvo quiere sacar adelante a costa de las televisiones. Como todas las teles tienen un periódico amigo ¡ahí le han dado a la ministra!, la van a crucificar, y es que lo que vale para los amiguetes de la progresía no sirve cuando les tocan el bolsillo.

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