La transformación en hogares de espacios inutilizados de la ciudad, tales como fábricas, edificios abandonados o instalaciones militares, y la necesidad de plantear nuevos modelos para la vivienda de protección oficial (VPO) e incluso crear edificios con varios usos. Éstas han sido dos de las conclusiones principales a las que se ha llegado en la tercera y última sesión de las jornadas “La ciudad mira a la vivienda”, organizadas por la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) y celebradas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

“Tipologías: Las nuevas demandas” y moderada por el arquitecto Osvaldo Román, los holandeses Wiel Arets y Jacob van Rijs (MVRDV) y los españoles José María Ezquiaga y Eugenio Aguinaga han debatido acerca de la necesidad de idear nuevos modelos para la construcción de viviendas sociales.
Los ponentes se han mostrado de acuerdo con la idea de que Madrid debería replantearse su modelo urbanístico, pues en los últimos años ha crecido mucho sin reflexionar acerca del tipo de ciudad que quiere llegar a ser. En este sentido, Ezquiaga (que está construyendo 160 viviendas sociales en El Águila, una de las zonas industriales más antiguas de Madrid) ha alabado el tejido urbano de Ámsterdam por su apuesta por la superposición de usos “cosa que no ocurre en el ensanche de Madrid”, declaró el arquitecto.
Por su parte, los holandeses se mostraron satisfechos con la libertad con la que han podido diseñar los proyectos para la EMVS. Arets construye el proyecto Living Madrid en Usera, 144 viviendas de protección pública a “medio camino entre parque y ciudad”, según su autor. Jacob van Rijs realizó el innovador Edificio Mirador de Sanchinarro junto a Blanca Lleó, y tiene en ejecución el Edificio Celosía en ese mismo barrio, también con la arquitecta española. “La gente quiere nuevas ideas de vivienda”, resumió Van Rijs. “El arquitecto debe saber escuchar”. Y Arets añadió: “Necesitamos edificios con energía, que seduzcan como cuadros en museo”.
A este respecto, Ezquiaga y Aguinaga (colaborador del mejicano Ricardo Legorreta en viviendas EMVS) añadieron que lo importante de contar con arquitectos extranjeros en este tipo de proyectos es la visión que aportan acerca de qué aspectos de la normativa urbanística se podrían mejorar.
La sesión en la que han participado el arquitecto catalán Carlos Ferrater (autor de una promoción pública en José Pérez para la EMVS), el madrileño Ignacio Vicens y la italiana Benedetta Tagliabue (EMBT), se ha centrado en los diferentes tipos de viviendas de Madrid y Barcelona, tema introducido por la comisaria de las Jornadas, la arquitecta Concha Rodríguez Caro, que ha actuado como moderadora.
Vicens criticó en este sentido la estructura de bloque único que actualmente se da en los nuevos planes urbanísticos y puso como ejemplo la zona madrileña de Sanchinarro. A este respecto, Tagliabue recogió la idea lanzada por el holandés Jacob van Rijs de construir mezclando diferentes usos en un mismo proyecto. La italiana puso como ejemplo el conjunto de viviendas que ha llevado a cabo en Santa Caterina (Barcelona) que además de un mercado, cuenta con viviendas para jóvenes y ancianos. Ambos coincidieron en la necesidad de adaptar las viviendas al nuevo perfil de usuarios: personas que viven solas, estudiantes que comparten vivienda, familias con hijos, jubilados…
Los debates han sido clausurados por el coordinador general de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, Juan José de Gracia, quien ha señalado la necesidad de generar un debate permanente sobre la vivienda social.
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