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El poeta y ensayista polaco Adam Zagajewski, Premio Princesa de Asturias de las Letras

El poeta y ensayista polaco Adam Zagajewski ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2017, según ha hecho público en Oviedo el jurado encargado de su concesión.

El jurado de este Premio –convocado por la Fundación Princesa de Asturias– estuvo presidido por Darío Villanueva Prieto e integrado por Félix de Azúa Comella, Xosé Ballesteros Rey, Xuan Bello Fernández, Blanca Berasátegui Garaizábal, Juan Cruz Ruiz, Luis Alberto de Cuenca y Prado, Álex Grijelmo García, Manuel Llorente Manchado, Carmen Millán Grajales, Ángeles Mora Fragoso, Carme Riera i Guilera, Ana Santos Aramburo, Sergio Vila-Sanjuán Robert, Juan Villoro Ruiz y José Luis García Delgado (secretario).

Esta candidatura ha sido propuesta por los Premios Princesa de Asturias de las Letras, John Banville (2014) y Richard Ford (2016), y por el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2001, Krzysztof Penderecki. Ha sido apoyada, entre otros, por Juan Ignacio Cirac, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2006; Roy Glauber, Nobel de Física 2005; Adam Michnik, redactor jefe de Gaceta Wyborcza; y el Instituto Polaco de Cultura (Madrid).

Adam Zagajewski (Lwów, actual Ucrania, 21 de junio de 1945) es un poeta, novelista y ensayista graduado en Filosofía y Psicología por la Universidad Jagiellonica, en Cracovia, y uno de los más afamados poetas contemporáneos polacos, adscrito a la llamada Generación del 68 o de la Nueva Ola, formada por autores decididos a comprometerse políticamente en sus obras, como Kornhauser, Kipska, Krynicki o Baranczak. Zagajewski creó dos de los principales lemas de este grupo: Powiedz prawde (Di la verdad) y Mow wprost (Habla claro). Exiliado en Alemania, París y EE.UU. sucesivamente, en 2002 regresó a Cracovia, donde reside. Es coeditor de la revista literaria Zeszyty literackie, que se publica en París, ha sido profesor en la Universidad de Houston y en la actualidad lo es en la de Chicago.

En la década de los setenta se unió al grupo de disidentes de Cracovia, “Teraz” (Ahora). En 1972 publicó su primer poemario, Komunikat, al que siguió la novela Cieplo zimno (Caliente y frío). Difundía además sus ideas en la revista clandestina Zapis, uno de los principales medios de la oposición democrática polaca. Publicó después Sklepy miesne (Carnicerías) y, perseguido por el régimen comunista, se exilió en París, en 1982, y publicó la novela Cienka kreska (Trazo) y el poemario List. Oda do wielosci (Letra. Oda a la pluralidad). En su siguiente ensayo, Solidarnosc i samotnosc, 1986 (Solidaridad y soledad, 2010), Zagajewski exponía sus tesis sobre el compromiso político de los escritores. En 1988 viajó a EE.UU., donde trabajó como profesor visitante en el Creative Writing Program de la Universidad de Houston.

Con el poemario Plótno (1990) evolucionó hacia la contemplación poética, lejos de la combatividad de sus primeras obras. Él mismo afirmó sobre este cambio que “la poesía está en otra parte, más allá de las inmediatas luchas partidistas, e incluso más allá de la rebelión –aun la más justificada– contra la tiranía”. Se ha dicho de él que su decidida posición por la libertad y la búsqueda de la belleza tiene un fiel testimonio en su obra, de gran hondura humana y fina sensibilidad estética. La crítica ha destacado asimismo la música y luminosidad que caracterizan su voz literaria. Entre sus temas recurrentes están la noche, los sueños, el tiempo, la eternidad, el silencio y la muerte o, como se ha dicho, “la poética de la imperfección de la vida”. Para Zagajewski, además, la poesía ha de conjugar “ironía y éxtasis” y el poeta es alguien “consciente de la historia”.

Algunas obras suyas posteriores son el ensayo Dwa miasta, 1991 (Dos ciudades, 2006), los poemarios Ziemia ognista (Tierra de fuego, 2004), Trzej aniolowie, 1998 (Tres ángeles), Pragnienie, 1999 (Deseo, 2005), Anteny, 2005 (Antenas, 2007), Niewidzialna reka, 2009 (Mano invisible, 2012), calificado como “una maravilla”, el libro de memorias W cudzym pieknie, 1998 (En la belleza ajena, 2003) y la recopilación de ensayos Obrona zarliwosci, 2002 (En defensa del fervor, 2005). La última obra publicada en España es Releer a Rilke (2017).

Premio literario de la Fundación Kościelski (1975), Premio Tucholsky (1985), Premio de la libertad del PEN Club francés (1987), Premio Internacional de literatura Neustadt 2004 y Lifetime Recognition Award del jurado del Premio Griffin Poetry en 2016, entre otros galardones, en 1999 fue elegido miembro de la Academia de Artes de Berlín y en 2012 recibió el título de doctor honoris causa por la Universidad Jagellonne de Cracovia. Ha recibido, asimismo, la Medalla de bronce de la Cruz Polaca del Mérito y la Cruz de Oficial de la Orden Polonia Restituta.

En esta edición concurrían un total de un total de 38 candidaturas procedentes de 23 países.

Este ha sido el sexto de los ocho Premios Princesa de Asturias que se conceden este año, en que cumplen su trigésimo séptima edición. Anteriormente fueron otorgados el Premio Princesa de Asturias de las Artes al artista sudafricano William Kentridge, el de Comunicación y Humanidades al grupo musical y humorístico Les Luthiers, el de Cooperación Internacional a la Hispanic Society of America, el de los Deportes a la selección de rugby de Nueva Zelanda y el de Ciencias Sociales a la pensadora e investigadora británica Karen Armstrong. En las próximas semanas se fallarán los correspondientes a (por orden) Investigación Científica y Técnica y Concordia.

Cada uno de los Premios Princesa de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró –símbolo representativo del galardón−, la cantidad en metálico de 50.000 euros, un diploma y una insignia. Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo en un solemne acto presidido por SS.MM.