El Secretario General del Círculo de Empresarios, Jesús Sainz, ha presentado el libro “Empresarios y bachilleres. La imagen del empresario en los libros de texto”. Se trata de un recorrido por los manuales de bachillerato en el que los profesores José Luis García Delgado, Juan Carlos Jiménez y Manuel Martin Rodríguez, han analizado este tema y propuesto soluciones para mejorar una imagen que, aunque mejor que hace años, aún tiene mucho margen de mejora.

Este nuevo trabajo tiene como precedente el del catedrático Manuel Jesús González que en 2003 publicó el Círculo bajo el título “El empresario y la economía de mercado. Breve recorrido por los textos de Historia, Geografía y Economía utilizados en los centros de Enseñanza Media”. Entonces se percibía una “postura hostil a la empresa y al sistema de libre empresa” ofreciendo esos textos “una imagen del empresario y de su entorno de actuación claramente hostil a la función positiva que desempeña y a las ventajas que se desprenden de un mercado libre y bien ordenado”. Ahora, más que hostilidad, lo que los autores detectan es una sistemática ausencia de la figura del empresario y un generalizado silencio sobre su contribución a la sociedad.

En todo caso “aún queda mucho camino por andar”. “El empresariado de la España actual –dicen- no responde a los estereotipos del pasado, sino que presenta, como nuestra propia economía, un perfil profesionalizado y competitivo, crecientemente preparado para los desafíos de esa globalización a la que con tanta reticencia observan, casi sin excepción, nuestros manuales”. Y añaden que “sólo transmitiendo a los estudiantes una visión ajustada y real del empresario y de su importante función económica y social, se suscitarán en ellos vocaciones emprendedoras y de gestión”.

Esta obra no se limita a examinar el contenido de un buen número de manuales de Bachillerato, sino que tiene también un carácter propositivo señalando “cuáles deberían ser los contenidos hoy más adecuados de Economía de la Empresa y de Economía cuando en ellos se aborda lo relacionado con la figura del empresario”.

Para que, como ellos mismos dicen, prenda en los estudiantes “una percepción positiva del empresario y de su función en la economía y en la sociedad”, son necesarios “textos rigurosos, correctos en sus enfoques teóricos y en los que la figura y las funciones del empresario sean tratadas en sus distintas vertientes, subrayando el modo positivo en que contribuyen al crecimiento económico y al empleo, pero sin ignorar las sombras que la historia o los medios de comunicación de cada día vierten sobre determinados comportamientos, tan denunciables en este como en cualquier otro colectivo”.

También se insiste en la necesidad de contar con un personal docente que, huyendo de estereotipos simplones, “sepa situar la figura del empresario en su verdadero papel dentro del sistema económico como gran aglutinante de recursos y de factores, asumiendo riesgos que no todos quieren, bajo el estímulo de un posible mayor beneficio y atento al medio en que se desenvuelve”.

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