El interés y admiración de José Lázaro Galdiano hacia el pintor de Fuendetodos se manifestó no sólo en las magníficas pinturas que logró adquirir –El Aquelarre, Las Brujas o los bocetos de La Era, Santa Isabel y San Hermenegildo, exhibidas en la sala 13 del Museo– sino también en una extraordinaria colección de obra gráfica que va desde los primeros ensayos del pintor en el campo del grabado hasta las últimas litografías realizadas en Burdeos.

Esta fascinación de Lázaro hacia Goya le llevó a escribir en el prólogo de la exposición que él mismo organizó para conmemorar el I centenario de su muerte en las Salas de Blanco y Negro y ABC en abril de 1928, que “Goya dibujante, aguafortista, litógrafo, es tan grande, que su nombre se halla escrito con indelebles caracteres en el cielo del Arte”.

Años más tarde, en 1935, seleccionó veinte estampas y las cedió para la exposición Goya, organizada en la Biblioteca Nacional de París. Posteriormente, y ya creado el Museo Lázaro Galdiano, la obra gráfica de Goya ha estado presente en importantes proyectos expositivos en Londres, Washington, Róterdam, Boston, Ottawa, Núremberg y Madrid.

El Museo Lázaro Galdiano presenta ahora en la exposición GOYA. Obra gráfica, una selección de más de treinta estampas para descubrir al público una de las mejores y más valiosas colecciones de obra gráfica de Goya y la más completa e importante reunida por un coleccionista. Las obras seleccionadas –de una colección de novecientas setenta y seis–, pertenecen a diferentes épocas en la trayectoria vital de Goya, desde 1778, fecha de la primera entrega de las Pinturas de Velázquez, hasta 1825 con las famosas litografías de los Toros de Burdeos.

La muestra se inicia con las Pinturas de Velázquez de las que, según detalla la comisaria, “el museo tienen completa la primera entrega de las estampas, varios de los dibujos preparatorios y pruebas de estado; algo que muy pocos museos pueden mostrar”.

También incluye “dos de las series grabadas por Goya –Caprichos y Tauromaquia–, el Agarrotado, varios Desastres de la Guerra y uno de Los prisioneros; las excepcionales trece pruebas de estado de los Disparates, El cantor ciego o el Viejo columpiándose, entre otras; y una selección de las litografías que realizó Goya en Madrid antes de exiliarse a Burdeos”.

De los Caprichos se exponen dos ediciones: un ejemplar de la primera (1799), editado por Goya, abierto por “El sueño de la razón produce monstruos”, y otro de la tercera, impreso por la Calcografía Nacional en 1868, que muestra el capricho número 45, “Mucho hay que chupar”.

Los Desastres de la Guerra, no editados en vida del artista, están presentes con dos estampas seleccionadas de las ochenta que componen la serie pertenecientes a la primera edición de 1863. Una, de la primera parte, que muestra la violencia provocada por la guerra, y otra, de la tercera, conocida como Caprichos enfáticos, en los que Goya nos muestra diferentes aspectos de la represión absolutista tras la finalización de la Guerra de la Independencia y la esperanza que depositó en el nuevo gobierno liberal instaurado tras el triunfo del levantamiento del general Riego en 1820.

La segunda edición de la Tauromaquia o Colección de las Diferentes Suertes y Actitudes del Arte de Lidiar los Toros se expone junto a los Toros de Burdeos, “obras maestras de la historia de la litografía”, con el fin de ilustrar dos enfoques diferentes: el arte de la lidia y la fiesta popular.

Mención especial requiere la exhibición de las trece pruebas de estado de los Disparates, estampas realizadas por Goya entre 1815 y 1816 cuando aún está inmerso en el trabajo de creación sobre la lámina. Al ser únicas, las pruebas de estado están consideradas de gran valor por los investigadores y coleccionistas.

De esta serie, publicada treinta y seis años después de la muerte de Goya, José Lázaro logró adquirir uno de los dibujos preparatorios, el del Modo de volar, realizado en lápiz rojo, con una técnica libre donde la mancha se impone al trazo. Los Disparates “son herméticos, todas las interpretaciones que se han realizado parecen ser válidas pero ninguna concluyente”, afirma la comisaria.

GOYA. Obra gráfica, podrá visitarse hasta el 12 de febrero de 2017 en la sala 6 del Museo Lázaro Galdiano. La exposición, resume Carmen Espinosa, “es una oportunidad única para que el público pueda descubrir el proceso creativo de Goya grabador y disfrutar de la espléndida colección de estampas de Goya que atesora el Museo Lázaro Galdiano y que por motivos de conservación solo se exponen en ocasiones como esta”.

La familia Autric-Tamayo patrocina la remodelación y nueva iluminación, con tecnología LED, de la sala 13 del Museo, dedicada a Goya y a sus contemporáneos, de la Sala de Arte Invitado y de la de la sala 6 que acoge esta extraordinaria muestra. La conservadora-jefe del Museo, Carmen Espinosa, ha ideado una nueva disposición en la sala 13 donde junto a las obras de Goya, El Aquelarre y Las Brujas –también conocida como El conjuro–, los bocetos de La Era, San Hermenegildo y Santa Isabel, la Magdalena penitente, el Entierro  de Cristo…, tesoros del Museo Lázaro Galdiano, estarán presentes obras de pintores y
personajes contemporáneos al pintor aragonés.

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