nov-chirbesHasta el el 15 de enero, estará abierta al público en el Salón Italiano de la Biblioteca Nacional de España la muestra bibliográfica Rafael Chirbes (1949-2015). Una mirada lúcida, en la que se podrán contemplar sesenta de sus obras, entre ellas, En la lucha final, Mimoun, La buena letra, La larga marcha, Por cuenta propia, En la orilla, La caída de Madrid, Los viejos amigos, Crematión y El viajero sedentario.

Chirbes es descrito por sus compañeros de profesión y por la crítica como un escritor brillante e incómodo, que deja tras su muerte un importante legado de ensayos y novelas. Su obra completa proporciona una visión crítica y amarga sobre la condición humana. Hablan los personajes, pero no los juzga, deja que el espectador sea el que saque sus conclusiones. Es el cronista de los últimos 70 años de la historia española, en las que remarca unos hechos que, tanto los ciudadanos como la clase política, parecían haber olvidado. Su narrativa se enmarca perfectamente en la tradición de los Episodios nacionales de Benito Perez Galdós. Tenía por costumbre escribir sobre lo que veía: «La literatura no sirve más que para contar la infamia permanente». Tiene frases lapidarias, y el mundo para él está gobernado por los siete pecados capitales, y éstos quedan perfectamente reflejados en sus escritos: crítica feroz al arribismo y al poder corruptor del dinero.

Ejerció diversos oficios, siempre relacionados con los libros y la cultura. Pasó un tiempo viviendo en Marruecos en los 80, donde ejerció de profesor de español y donde gestaría la que fue su primera novela, Mimoum (1988) con la que quedó finalista del Premio Jorge Herralde, bajo cuyo sello editorial publicó la práctica totalidad de su obra.

En 1984, sacó Sobremesa, revista decana de la gastronomía y el vino en España, y de la que fue uno de sus primeros directores. En ella permaneció hasta el 2007, escribiendo reportajes sobre vinos y ciudades, material que le sirvió para sus libros Mediterráneos (1997), el Viajero sedentario y Ciudades (2004). También fue crítico literario en las revistas Ozono y Reseña.

La larga marcha (1996), galardonada con el galardón alemán SWR-Bestenliste, fue el comienzo de una trilogía sobre la sociedad española, que abarca desde la posguerra hasta la transición, y se completa con La caída de Madrid (2000) y Los viejos amigos (2003).

Su obra Crematorio (2007) recibió el Premio Nacional de la Crítica, siendo calificada por el jurado como “valiente y actual”. En ella presenta una visión crítica de la España de la especulación inmobiliaria y la corrupción. Fue adaptada posteriormente a la televisión, lo que contribuyó a su popularidad entre los lectores. En 2014 le llegó un nuevo reconocimiento con el Premio Nacional de Narrativa por su novela En la Orilla.

Era un hombre sensible, humilde y pesimista por convicción: «el mero hecho de entender y ser pesimista es un paso necesario. No creo en el falso optimismo ni en la beatería. Ni en el todos juntos podemos». Descreído con todo y con todos, sin embargo, y a su pesar, se ha convertido en todo un referente moral.

El 9 de diciembre se celebrará una mesa redonda sobre Chirbes en la que intervendrán Manuel Rodríguez Rivero, Jorge Herralde, Marta Sanz y Santos Sanz Villanueva, y que presenta y modera Rodríguez Rivero.

Artículo anteriorPremios del IV concurso de fotografía Románico Digital
Artículo siguienteGrandes ilustradores en el Instituto Italiano de Cultura