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«La niña de Lozoya» nueva atracción turística y cultural de la sierra de Madrid

La Comunidad de Madrid se convertirá en el centro de difusión de la forma de vida neandertal con la puesta en marcha del “Valle de los Neandertales”, el nuevo parque arqueológico situado en Pinilla del Valle que ha sido inaugurado por la presidenta regional, Cristina Cifuentes y que podrá ser visitado por el público a partir del próximo día 26 de septiembre.

Su importancia, desde el punto de vista científico, fue ratificada por el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, el arqueólogo Enrique Baquedano y el geólogo Alfredo Pérez González, directores de este proyecto de investigación. Los restos hallados son fundamentales para saber cómo éramos hace 90.000 años.

Junto a estos expertos, Cifuentes asistió a la presentación de los nuevos hallazgos localizados en unas excavaciones que comenzaron hace ya 14 años y que han dado un vuelco significativo con el descubrimiento de una mandíbula infantil y una cabeza de rinoceronte. El análisis de estos restos y de los encontrados hasta el momento pertenecientes a tres individuos neandertales convierten a este yacimiento en un espacio único, con proyección internacional, clave para conocer el modo de vida de esta especie.

“Estamos ante el embrión de lo que será un importante centro de interpretación del hombre neandertal que, junto con el Museo Arqueológico Regional, constituye un patrimonio singular, que atraerá expertos y aficionados de todo el mundo”, indicó la presidenta.

Los restos encontrados suponen haber documentado el primer enterramiento neandertal infantil de la Península y de Europa meridional y auguran importantes descubrimientos en las zonas de excavación, que serán abiertas al público a finales de este mes, una vez finalice la campaña realizada durante este verano.

La mandíbula procede de la Cueva Des-Cubierta y ha sido recompuesta a partir de varios fragmentos. Pertenece a un individuo de entre dos años y medio y tres de edad, la llamada “la niña de Lozoya”, del que se habían recuperado anteriormente algunas piezas dentales. Este hallazgo, por el contexto en el que se ha localizado, sugiere que se trata del primer enterramiento infantil neandertal documentado en la Península Ibérica y en Europa.

POSIBLES ACTIVIDADES RITUALES

En cuanto al cráneo de rinoceronte, también ha sido localizado en la Cueva Des-Cubierta y es el fósil más importante de los obtenidos a lo largo de las distintas excavaciones sobre los yacimientos. Existen indicios de que podría haber sido aportado al mismo por los neandertales, lo que contribuiría a reforzar la teoría de las actividades rituales realizadas por esta especie.

Este nuevo parque arqueológico enseñará a los visitantes los distintos descubrimientos realizados, a través de un recorrido con paneles explicativos. Así, podrán conocer a través de visitas guiadas, la forma de vida de esta especie, experimentar sus sensaciones a través de talleres, actividades que se completarán con el futuro centro de interpretación.

La presidenta de la Comunidad de Madrid aseguró que “la transformación de estos yacimientos en un centro visitable, “será una experiencia que permitirá entrar en contacto directo con la prehistoria, despertando el interés por nuestros orígenes más remotos”.

Además, quiso agradecer el trabajo de los 90 investigadores universitarios que desarrollan las campañas de las excavaciones, a los responsables de este proyecto y a todos quienes están apoyando que este yacimiento se convierta en una referencia que situará a la sierra norte como uno de los grandes destinos para conocer una especie desaparecida de nuestro planeta hace más de 25.000 años.

El Valle perdido de los Neandertales debe su importancia al entorno casi intacto y privilegiado en el que residieron, por lo que los investigadores podrán conocer con precisión sus costumbres, su anatomía, la flora y la fauna que les rodeaba. El Valle del Lozoya era un vergel donde llegaban manadas de herbívoros, como uros, ciervos, gamos, caballos y rinocerontes, en competencia con grandes depredadores (leones, leopardos, hienas, osos, bisontes, lobos y quones).

Cubiles de hienas y campamentos neandertales

En los yacimientos se han encontrado cubiles de hienas y campamentos neandertales donde han dejado restos de su actividad. Las hienas transportaban los restos de sus cacerías para alimentar a sus crías, incluyendo algunos restos humanos de neandertales.

A su vez, los hombres de neandertal se cobijaban en las cavidades rocosas, donde dejaron muestras de su actividad cotidiana, como hogares, restos de los herbívoros consumidos o la industria lítica (piedras talladas), que fueron utilizadas para trabajar sus alimentos, curtir las pieles y elaborar objetos de madera.

El Calvero de la Higuera del Valle de los Neandertales, cuenta con tres yacimientos con restos humanos neandertales, constituyendo un lugar privilegiado para estos homínidos, un auténtico paraíso para vivir en el Pleistoceno superior y un espacio único tanto para los investigadores, como para los visitantes, que encontrarán el “Atapuerca de los Neandertales” en esta localidad del norte madrileño.

Los neandertales (Homo neanderthalensis) fueron una especie de homínido que ocupó el continente europeo y zonas adyacentes a finales del Pleistoceno Medio. Tenían cuerpo robusto, gran capacidad craneal y cabeza con frente baja e inclinada, cara prominente y mandíbula sin barbilla. Proceden de la evolución del homo heidelbergensis, cuya mejor representación se encuentra en la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca.

Las causas de su extinción no están claras y en ocasiones se ha señalado la probable competencia con los homo sapiens, como factor determinante de la misma. También pudieron influir los cambios climáticos y ambientales. La cultura que desarrollaron se llama cultura Musteriense y está caracterizada por la elaboración de útiles líticos como raspadores, raederas, puntas etc…

Los restos humanos localizados en el Valle de los Neandertales (la Cueva del Camino, el Abrigo de Navalmaíllo, la Cueva de la Buena Pinta y la Cueva Des-Cubierta) tienen una antigüedad de hasta 90.000 años.

Fotos: D.Sinova / Comunidad de Madrid