Portada de El Código Murphy“Las leyes de Murphy no fueron enunciadas por Murphy, sino por otro que se llamaba igual”. Con esta insólita premisa, Isac emprende un apasionante viaje iniciático que le llevará a recorrer parajes insospechados y a conocer a gente de lo más extraña, todo ello con el único fin de darnos a conocer sin contrapartida alguna las verdaderas leyes de Murphy, no las que injustamente pasean su celebridad por autoescuelas y notarías, sino estas otras que ahora les ofertamos, menos afamadas pero igualmente meritorias.

De su aventura sabemos muy poco, salvo que alquiló una canoa y que perdió varios dientes en uno de los envites, pero a cambio de esta generosa muestra de insensata temeridad gozamos de un acceso fácil y confortable a lo que él denomina con gran rotundidad pero sin mucho fundamento el Código Murphy, un minucioso compendio de las leyes más inapelables de la historia, que unos cuantos ocultaron al mundo por un extraño sentido del pudor y la discreción, una postura de lo más insolidaria, si se nos permite la observación. Isac las ha reunido todas, con grave riesgo de su vida, y las expone ahora en un lujoso tomo excelentemente encuadernado para general conocimiento y regocijo. También para compensar gastos habidos, pero eso lo vemos más difícil.

El autor

Juan José Isac (Jalapalooza, 1955) es uno de mayores expertos en cucharería elamita de nuestro tiempo, aunque no de la cucharería del periodo de esplendor elamita, sino de otro periodo más discreto, a las afueras, pasado el río. Ostenta el título de doctor en lenguas muertas y vegetativas por la universidad de Ur, y es asimismo un gran aficionado a coleccionar latas vacías y cosas que la gente tira. Tiene todo el trastero de su casa lleno de tostadoras antiguas, algunas de cierto valor.
Es asimismo un enamorado de todo lo que tiene que ver con Asurbanipal. Le hablas de Asurbanipal y es que se emociona, aunque aún no ha hecho nada interesante en ese campo. Es colaborador asiduo de diversas publicaciones, de las que reparte publicidad a transeúntes desprevenidos, y participa habitualmente en infinidad de conferencias, repartiendo acreditaciones o controlando los auriculares, que muchos van de cultivado público pero se los llevan.
Siempre va con manga corta aunque sea pleno invierno, aunque si hace mucho frío se pone algo debajo.

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<<El Código Murphy>>, en la caseta 123, librería Al-hacan

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