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XXX edición de los Premios Francisco Giner de los Ríos de la Fundación BBVA

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Fundación BBVA han entregado los galardones correspondientes a la trigésima edición de los Premios Francisco Giner de los Ríos a la Mejora de la Calidad Educativa. Desde la experiencia de hacer los planos de una casa y construirla con sus propias manos hasta emitir un programa de radio propio, la elaboración de un plan de negocio o el aprendizaje, la interpretación e incluso la composición de obras musicales de diferentes épocas…son algunos de los proyectos innovadores galardonados en esta última edición. Todos tienen en común el desarrollo de iniciativas que atraen el interés participativo de los alumnos y despiertan su curiosidad, capacidad de hacerse preguntas, de superar obstáculos, de adentrarse en otras disciplinas y de trabajar en equipo.

El acto ha estado presidido por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y el presidente de la Fundación BBVA, Francisco González. Los Premios Francisco Giner de los Ríos a la Mejora de la Calidad Educativa reconocen la labor del profesorado que haciendo uso de la innovación en la metodología docente consiguen estimular el aprendizaje de los estudiantes, impulsando la colaboración y su participación activa.

En esta edición se cumple el 30 aniversario de su creación, un hito que coincide, además, con el centenario del fallecimiento de Francisco Giner de los Ríos, filósofo, innovador pedagógico y cofundador de la Institución Libre de Enseñanza, y en cuya trayectoria se inspiraron estos galardones.

A lo largo de estas tres décadas, la implicación de la Fundación BBVA en los galardones ha permitido la ampliación del número de categorías a ocho para dar cabida a todas las etapas del ciclo educativo obligatorio y las distintas áreas formativas. Asimismo, en los últimos años se ha incrementado sustancialmente su dotación hasta alcanzar un total de 129.000 euros (24.000 euros del premio especial y 15.000 euros para cada una de las restantes categorías). El legado de estas tres décadas se traduce en 265 proyectos procedentes de toda la geografía española y que se han convertido en referente de la innovación educativa.

En su intervención, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha recordado el importante proyecto “Escuelas Conectadas” firmado hace unos días en el Palacio de La Moncloa. José Ignacio Wert ha asegurado que “este plan puesto en marcha con los Ministerios de Industria y de Economía va a permitir a más de 6 millones de alumnos y a más de 600.000 profesores acceder a recursos digitales de calidad, así como intercambiar experiencias y buenas prácticas a través de internet de banda ancha ultrarrápida. Ello contribuirá a mejorar la calidad y a reforzar la equidad de nuestro sistema educativo”.

Por su parte, Francisco González, presidente de la Fundación BBVA ha destacado que “los siete proyectos ganadores en esta trigésima edición de los Premios Giner de los Ríos son experiencias educativas innovadoras que denotan compromiso, vocación y grandes dosis de esfuerzo personal”. Ha subrayado además que “en todos los trabajos emerge el potente recurso pedagógico de las tecnologías de la información, un ámbito en que resulta esencial el papel del docente, que ejerce de guía para explotar sus gigantescas posibilidades”.

Siete ejemplos de cómo innovar en la enseñanza

En la XXX edición el Premio Especial al Mejor Trabajo se ha otorgado a Casa sostenible energéticamente, coordinado por Miguel Ángel Ibars y en el que han participado otros once profesores del IES Cotes Baixes, en Alcoy (Alicante): Alfonso Jorge Llorens Pérez, Carlos José Catalá Domenech, José Raúl Solbes Monzo, Carles Sirvent Carbonell, Miguel Pareja Aparicio, Rafael Albero Vilaplana, José Miguel Martínez Algaba, Indalecio Carbonell Pastor, Salvador García Ribera, José Luis Sánchez González y Myriam Gómez Jiménez. La casa fue diseñada y montada por los alumnos del Ciclo de Madera, Mueble y Corcho. Acostumbrados a lidiar con proyectos más modestos como sillas o mesas, afrontar la construcción de una vivienda funcional supuso un gran reto y a la vez una enorme fuente de motivación.

A medida que avanzaba el proyecto se sumaron departamentos. El de Energía y Agua se encargó, por ejemplo, del diseño, desarrollo e implementación de las energías renovables que nutren la casa: geotérmica, eólica y solar fotovoltaica. El trabajo implicó realizar cálculos, desarrollar memorias técnicas, elaborar planos o calcular presupuestos, pero sobre todo investigar, trabajar en grupo y solventar los problemas que surgen en una instalación real, tocando las placas y las baterías, teniendo en cuenta las necesidades de los demás compañeros.

La conclusión del proyecto no solo muestra hasta qué punto las tecnologías actuales permiten la sostenibilidad energética de una vivienda, sino que es un laboratorio para el desarrollo de nuevo retos en los siguientes cursos académicos, como la incorporación de funciones eléctricas automatizadas para mejorar su eficiencia o el pequeño huerto ecológico que se levanta en su exterior.

El Premio para la Etapa de Segundo Ciclo de Educación Infantil ha recaído en el proyecto Los pollitos, en el que Mercedes Carpintero Gómez, del CEIP Nuestra Señora del Villar, en Laguna de Duero (Valladolid) ha coordinado a Nieves Huerta Andrino, Raquel Vázquez Juárez, Pablo Guerra Llorente, Alberto Gutiérrez Cillan y María Cristina Valle Robles. El proceso de incubación y su seguimiento hasta la eclosión de los huevos -un momento vivido con frenesí por los alumnos de entre 4 y 5 años-, es una oportunidad para aprender de manera real, viviendo, experimentando y activando de inmediato la curiosidad innata de los alumnos. ¿De dónde vienen? ¿Cómo nacen? ¿Cuánto tiempo hay que esperar? ¿Qué hacer con los huevos que no tienen pollito? ¿Qué necesitan para crecer?

Las preguntas, ligadas directamente a un acontecimiento natural, afianzan el aprendizaje mediante la búsqueda de las respuestas. Durante el proceso surgen infinitos interrogantes que cualquier chico de esa edad está dispuesto a plantear. ¿Por qué necesitan agua los huevos dentro de la incubadora? ¿Por qué están calientes los huevos? Los profesores suman preguntas y proponen nuevas hipótesis a cada paso. ¿Qué pasaría si sacamos un huevo de la incubadora? ¿Y si los huevos fuesen de otra especie en vez de gallina? Los alumnos razonan por sí mismos, llegan a sus propias conclusiones y activan una capacidad reflexiva de la que después harán uso a lo largo de su vida.

La actividad está planteada de modo transversal: practican pre lectura y pre escritura, conceptos de razonamiento lógico-matemático, exploran técnicas y materiales plásticos, además de otros aspectos más sutiles como el cuidado de otros seres vivos.

La etapa de Educación Primaria cuenta con dos premios. Uno de ellos se ha concedido a Al compás de la historia, desarrollado por Jorge Escavias Vacas en el CEIP Andrés Segovia, en Móstoles (Madrid). El proyecto liga partituras y contextos para explicar la música desde la historia y viceversa. El viaje se prolonga durante los cursos de 5º y 6º de Primaria y en él los alumnos pasan de los tambores y palos de lluvia de la prehistoria a los loops, samplers y secuenciadores de la música electrónica del siglo XXI.

Los alumnos utilizan la plataforma Moodle como libro de texto interactivo para acceder a canciones, imágenes, vídeos, mapas y otros recursos en línea. Antes de entrar en la música del Renacimiento, por ejemplo, aprenden qué fue ese “renacer del hombre”, discuten la importancia de la invención de la imprenta o quiénes fueron los pintores Rafael y Miguel Ángel. Después sí, ya se adentran en la música: en sus instrumentos y en sus maestros.

Además de investigar en red, relacionar conocimientos y crear contenidos utilizando las TIC, los alumnos tienen a menudo que componer sus propias melodías o introducir variaciones sobre partituras ya conocidas. El objetivo es animarles a crear y enseñarles que también ellos son capaces de componer con los pocos rudimentos que manejan.

El otro premio de Educación Primaria ha recaído en Proyecto de radio “La voz escolar”, a cargo de M.ª Dolores Guillén Navarro, del CEIP Mata Linares, en San Vicente de la Barquera (Cantabria). A través de él, alumnos de este ciclo desarrollan un programa que se emite en Onda Occidental Cantabria, con más de 70.000 oyentes potenciales. Antes hay que trabajar duro: pensar secciones, dotarlas de contenido, investigar, preguntar, escribir mucho y leer todavía más. La preparación de cada programa comporta documentarse para preparar la entrevista al invitado del mes y elaborar así buenas preguntas. La escaleta se diseña y se corrige. Los guiones se escriben y se reescriben y, a medida que se acumulan los programas, se aprende de los errores y se prueban nuevas estrategias. Los alumnos tienen que esforzarse por mejorar en lo posible su comunicación oral, leer con convicción y vocalizar con tiento.

El trabajo en equipo es esencial en todo el proceso y también, por supuesto, el día de la emisión. Tras cada emisión, llega la escucha. Se buscan, se liman los fallos y se corrigen los errores. Todo con la intención de ser un poco mejores la próxima vez que suene la sintonía y se encienda la imponente bombilla roja.

En la categoría de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional, Enseñanzas Artísticas Profesionales, de Idiomas en Escuelas Oficiales y Deportivas, y en concreto en la modalidad del área científico-tecnológica ha sido reconocido el trabajo Encuentros. Una mirada científica y artística a tres obras literarias. En él, la profesora de Lengua Ana Robles Carrascosa y el profesor de Ciencias Javier Medina Domínguez, tratan de resolver la duda de los estudiantes de ciencias, que no se explican cómo puede ayudarles en su carrera el leer los clásicos literarios.

A través de La Celestina, el Quijote y el Lazarillo de Tormes, alumnos de la rama científica de 1º de Bachillerato y alumnos de 4º de la ESO enfocados en los mismos contenidos descubren una Celestina con habilidades alquímicas o un Cervantes con conocimientos farmacológicos. El famoso bálsamo de Fierabrás pasa de ungüento misterioso a interesante objeto de estudio: ¿Qué ingredientes lo componían? ¿Cómo se elaboraba? ¿Por qué actuaba de esa forma sobre el cuerpo humano? Las preguntas, formuladas desde los ojos de la ciencia, convierten los clásicos literarios en una fuente de motivación.

Guiados por los profesores, los estudiantes buscan pistas en los libros y en la red. Trabajan en pequeños grupos y por proyectos. Investigan y filtran; leen y escriben, y en el camino, producen: redactan pequeños ensayos, exponen en clase los resultados de sus investigaciones y se apoyan en las nuevas tecnologías para crear, por ejemplo, video cuestionarios sobre temas adyacentes a los libros, como la locura, la depresión o las enfermedades asociadas al envejecimiento. Estos video cuestionarios, guionizados, editados y locutados por ellos mismos, les empujan a utilizar las TIC de una forma activa que les obliga a reflexionar y relacionar conocimientos.

El conjunto de su trabajo se reúne de forma interactiva en un sitio web que es, a la postre, el eje del proyecto. Además de los encargos más directamente literarios, el site alberga varias “enciclopedias científico-literarias”, donde los alumnos documentan, por ejemplo, qué podría contener el botiquín de un caballero andante en tiempos de Cervantes; o un vademécum con todos los conceptos biomédicos que aparecen en las obras. Además, a través de la plataforma Thinglink los alumnos convierten lienzos como El aquelarre, de Goya, en cuadros interactivos enriquecidos con textos, vídeos y audios que ilustran cada uno de los capítulos. Gracias a este trabajo coral, interdisciplinar e interactivo, los saberes se encuentran, las fronteras entre literatura y ciencia se diluyen y los alumnos palpan que en el mundo los conocimientos no se organizan en compartimentos estancos.

Agustín Ayuso Calvillo, del IES Leopoldo Cano, en Valladolid, ha llevado a cabo el proyecto distinguido con el Premio en el Área de humanidades y ciencias sociales, titulado Piedra sobre papel. La materia prima son sellos ilustrados con imágenes de mosaicos clásicos procedentes de varios países. Los alumnos trabajan con dos herramientas elaboradas por el profesor. Por una parte un libro, en versión digital o impresa, profusamente ilustrado y titulado El mosaico es un arte viajero, y por otra una guía de lectura digital, que como si de un juego de ordenador se tratase, propone a los alumnos preguntas y retos para los que han de recurrir al libro. Es un viaje en el que si no se acierta, no se avanza, de forma que el usuario sabe en todo momento si ha respondido bien o mal a las cuestiones.

En ocasiones, solo hace falta completar una frase con un nombre, una fecha o un lugar para avanzar, pero muchas otras veces la cuestión se complica y la solución requiere leer con detenimiento y fijarse con cuidado en los detalles de los mosaicos o los sellos que los ilustran. La guía de lectura empuja a los alumnos a aprender a buscar, a utilizar índices y referencias y a no perder la paciencia, que es uno de los objetivos del proyecto. El método les permite además trabajar en solitario, por parejas en el aula de informática o juntos en clase, compitiendo en pequeños grupos por encontrar antes que nadie la respuesta a los enigmas planteados.

Es habitual también que los mosaicos susciten debates sobre temas vigentes, como el alcoholismo, la percepción de la mujer o la violencia en general.

José Díaz Isla, del Colegio Nazaret San Blas, de Madrid, se ha alzado con el Premio Otras Materias y Áreas Curriculares por la iniciativa Proyectos de emprendimiento basados en steps. Desarrollado en el marco de la asignatura Iniciativa Emprendedora, impartida como optativa en 4º de la ESO, se basa en pequeños pasos que van desde pensar a qué se va a dedicar la empresa a aspectos como la responsabilidad social y medioambiental o la preparación de presentaciones públicas del proyecto.

Los alumnos se organizan en pequeños grupos en los que rápidamente se asignan los distintos cargos de un cuadro directivo: el presidente, el vicepresidente, el responsable de recursos humanos, el director de comunicación y marketing… Los roles se adoptan atendiendo a la personalidad y conocimientos de cada alumno, lo que enseguida genera interdependencias. La empresa no avanza si no cooperan todos y el trabajo en equipo adquiere así todo su sentido: no son alumnos trabajando juntos, sino cooperando para lograr un fin que motiva al conjunto de los partícipes.

Los alumnos se sitúan así en el centro del proyecto. El profesor ejerce de guía. Está ahí cuando los grupos encallan, listo para dar ese empujoncito que les acerque a las soluciones, aunque sin mostrarlas de forma explícita. Son ellos los que buscan las respuestas y valoran las alternativas, desarrollando en el camino habilidades esenciales para un emprendedor, como la capacidad de tomar decisiones, la resistencia a la frustración o la responsabilidad personal. Además, sin apenas darse cuenta, hacen muchas otras cosas: leen, escriben, negocian, buscan proveedores, elaboran con sus propias manos un producto, investigan en internet, editan vídeos, llevan las cuentas económicas de la empresa, se entrenan en labores de comunicación pública, gestionan redes sociales, practican inglés, elaboran sitios web… Un conjunto de competencias que, unidas al valor y a alguna buena idea, quizás les conviertan en los emprendedores del futuro.