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Enrique Ochoa y Salvador Dalí. Primavera en Mallorca.

El pintor Enrique Ochoa, en 1932 estuvo durante algún tiempo en Ibiza, donde volvió en dos ocasiones más. Vivió en Palma y en una de las celdas de la Cartuja de Valdemossa1. Poca es la información que sobre él ha quedado en los registros bibliográficos en las Islas Beleares; en la Gran Enciclopédia de la Pintura y la Escultura de Islas Baleares, ni tan siquiera se le cita. Afortunadamente el tiempo el un gran aliado de los grandes artistas. Y en este caso, lo es y lo será de Enrique Ochoa.

El escribir una líneas sobre Ochoa vino a colación a raiz de una investigación que hice sobre un cuadro de Salvador Dalí. En un anexo titulado Tu cara me suena, relacionaba indirectamente a Dalí con Ochoa. Ahora reproduzco gran parte de su contenido y amplío con más datos que recientemente aporto.

Al final de los años 80, por las mismas fechas que compré el Nacimiento intrauterino de Salvador Dalí, un día que paseaba por Palma de Mallorca, entré en un anticuario, donde vi el retrato que cito. Rápidamente reconocí el paisaje de fondo, una preciosa vista de la península de Formentor, y a su autor, Enrique Ochoa, del que ya conocía diversas obras pintadas en Pollença. Hasta aquí todo normal, me despedí de la propietaria y proseguí mi paseo. Mientras lo hacía, no paraba de recibir impulsos del subconsciente que me decían insistentemente que esta cara estaba en su archivo. Contestaba mi hemisferio izquierdo diciendo que era imposible, ya que este cuadro tendría unos 60-70 años y por aquel entonces mis huesos todavía no eran de este mundo.

Este extraño diálogo duró unos dos meses, hasta que tuve una charla con Miquel Bota Totxo, cronista oficial de la villa y autor de numerosos trabajos de investigación pictórica. Ambos residíamos en Pollença, frecuentemente charlábamos de pintura y de los innumerables autores de todo el mundo que habían pintado aquellos paisajes. Recuerdo que cuando le cité el nombre de Ochoa, para seguidamente plantearle mi extraño dilema, me interrumpió con la siguiente pregunta:
–¿Sabes quien fue su modelo cuando pintaba aquí en El Calvari? (Pequeño montículo a los pies del cual se asienta el pueblo.)
–Pues no.
–¡Gala!
–No me digas, ¡ahora sé quien es aquella señora que estaba colgada en la pared del anticuario!

Afortunadamente cuando al cabo de unos días volví a pasar por el local; nadie se había enamorado todavía de aquella modelo. La compré por 60.000 pesetas (360 €) y me la llevé a casa. En 1989 participó en una exposición en la galería Actual Art de Pollença con el título Retrato de Gala, donde conseguí reunir obras de más de 70 artistas de todo el mundo que habían pintado en aquellos parajes. En el año 1991, en plena crisis económica, tuve que desprenderme del cuadro y lo mandé a la sala Durán de Madrid para su subasta. Cuando terminaba de redactar la 1ª edición del citado libro, lo localizo en una exposición que tuvo lugar en la Fundación Barceló en Palma en 2008, con el título Primavera en Mallorca.

La evolución ha instalado y actualizado en nuestro cerebro uno de sus mejores programas: el de reconocimiento facial. Es capaz de detectar mínimas variaciones en la expresión, indicadoras de cambio de ánimo o de sutiles variaciones en nuestra actividad cerebral. Aprecio en este retrato una estilización del rostro, como si el autor al darle este aire más romántico intentara suavizar el carácter duro o rígido de la modelo. Esto podría ser considerado un dato en contra de su identificación, pero si tenemos en cuenta que hizo lo mismo en el retrato que realizó de su pareja Carmen Osés, podría significar todo lo contrario.

Fue a partir de aquí que me plantee la posible relación de Ochoa con Dalí. Los datos que a continuación expongo relacionan a Ochoa con el de Cadaqués indirectamente a través de Gala, Paul Eluard, Apollinaire, F. Garcia Lorca y la bailarina Tórtola Valencia.

Indagando, encuentro que en el año 1927 se hallaban en Barcelona Eugène Grindel y Elena Ivanovna camino de Mallorca3; o sea Paul Eluard y Gala, lo que me hace pensar que efectivamente pudieron haber estado en Pollença entre 1927- 1929. Sabido es que fue en 1929 cuando la que debía de llamarse Gala conoció a Salvador Dalí en Cadaqués.

Contacto con José Francisco Estévez, quien me comunica varios datos interesantes que extrae de un diario personal de su abuelo. Entre 1914-1918 Ochoa pasó largas temporadas en París. El poeta Apolinaire lo descubrió en una exposición en el año 1918 en Montmatre, al año siguiente repitió con éxito en la misma galería.

Gala se había casado en 1917 con Eluard4; y Guillaume Apollinaire murió en noviembre de 1918. Por lo que todos los datos coinciden en que es casi seguro que conociendo a Apollinaire, y que éste le apadrinara para su próxima exposición, lo presentó a su círculo de amistades entre las que se encontraban Eluard y Gala. Por lo que se explicaría o tendría sentido que si se conocieron en París, fueran a visiatar a Ochoa en Mallorca. Por la temática del paisage de fondo en el atribuido retrato de Gala, se podría precisar que el encuentro fue en Pollença, cuna de grandes pintores y de la aristocracia artística de principios de siglo. No hace falta insistir en la relación de Dalí con Apollinaire, el primero en formular el término surealismo. Que ya había muerto cuando el de Cadaqués viajó a París, es cierto, pero ya lo conocía mucho antes. En una carta a su tio Anselmo de 1924, le pide que le mande blanco de zinc, y libros de Góngora, Jean Cocteua y …lo que te encargué de Apollinaire me interesa mucho.

Otra de las conexiones la encontramos precisamente con una de las personas que más íntimamente se relacionaron con Dalí, el gran poeta F. García Lorca; en 1933 Ocho lo retrata en un lienzo.

Tanto Dalí como Ochoa se ralacionaron con el círculo de poetas ultraistas. Ochoa se relacionó con estos poetas, y en Barcelona con la gran musa de los poetas ultraistas y surrealistas Tórtola Valencia, de la que pintó un bellísimo retrato, recientemente redescubierto por su citado nieto. ¿ Y cuál fue la relación de Dalí con la gran bailarina? Es de lo más pintoresco. Vean lo que un joven Dalí de 16 años escribe en su diario5: …esta tarde iré a ver a Tórtola. Creo que ha perdido mucho, pero aún vale la pena6. ..Tórtola dice que me conoce de vista …un chico alto, delgado, con un gran sombrero y patillas… un romántico seguramente. … por fin baila… Es estupendo, …Que hermosa es la Danza española de Granados…¡

Que colorido!¡ Que movimientos, que expresión en sus ojos, y que ojos…! Y después, en los bailes indios…en la Domadora de serpientes, ¡ que salvajismo!, ¡que riqueza de vestidos, de manto y de oro! hay números en los que parece una antigua escultura india en toda su majestad, todo su misterio…En unos momentos lo trágico, en otros la alegría salvaje, ahora lo puramente voluptuoso, después la lujuria desenfrenada…Pero todo lo que gusta no tarda en acabarse y esto también se acaba…Y cuando el telón ha caido siento una gran tristeza. Mi padre quiere presentármela, pero es tan grande la impresión que me ha causado que me da vergüenza y no quiero ir. me duermo, pero aún la veo: todo su lujo oriental, con sus movimientos, con sus ojos y con sus colores.
No obstante, está muy mayor, se nota ya su decadencia, así lo dicen todos los que la han visto años atrás… Para mí es colosal… no se decir nada más.

Como habrán podido comprobar Dalí es un gran descriptor; y ahora me pregunto: ¿Como una impresión tan grande no fue motivo para que pintara alguna obra en recuerdo suyo? Ninguna de sus obras catalogadas hace referencia a la gran bailarina, pero… En el libro El Primer Dalí 1918-1929 de Santos Torroella aparece un dibujo titulado Bailarina de c.1921-22. En mi opinión no se trata de Salomé, si no de la gran Tórtola Valencia, que tanto impresionó al joven pintor.

No se si si Ochoa y Dalí se llegaron a conocer personalmente, pero si creo queda probado que compartieron gusto literarios y amistades. Tema que queda abierto para futuras aportaciones.

Tomeu Payeras.