82604_Bassman_081(koh)La Fundación Loewe rinde homenaje a Lillian Bassman coincidiendo con el segundo aniversario de su fallecimiento. La exposición se podrá visitar desde el 30 de mayo hasta el 31 de agosto en Calle Serrano 26 en Madrid, y posteriormente viajará a Galería Loewe de Barcelona desde el 8 septiembre al 9 de noviembre. ‘Mi contribución ha sido la de fotografiar el mundo de la moda femenina plasmando los sentimientos de una mujer vistos por los ojos de otra mujer’. Lillian Bassman (EE.UU., 1917–2012)

La exposición Lillian Bassman. Pinceladas muestra, por primera vez en España, una amplia selección de imágenes representativas de los distintos periodos de la carrera artística de esta fotógrafa, de la mano de la Fundación Loewe y en el marco de la XVII edición de PhotoEspaña. Bassman fue una artista que se reinventó y superó a sí misma en varias ocasiones a lo largo de su extensa carrera.

Desde joven simultaneó la pintura y el dibujo con la danza, disciplinas que incorporó a su trabajo como fotógrafa de moda para crear un lenguaje único. Su legado fotográfico es, sin duda, uno de los más relevantes en la historia de la fotografía de moda. Esta muestra recoge míticas instantáneas de Bassman, como Across the Restaurant -Paris 1949-, el reportaje que realizó para la revista del The New York Times, The Night Fantastic en 1997, o Segni di Classe fotografiada en 1999 y reinterpretada en 2009.

El trabajo de Lillian Bassman fue reconocido con el premio Lucie en el 2004 por su indiscutible singular aportación a la fotografía de moda en los años cuarenta y cincuenta. En 1971, hastiada y cansada del mundo de la fotografía debido a la dirección que había tomado el mundo editorial y publicitario, destruyó gran its a cinchparte de sus negativos y archivo. Según ella, ya no había margen para la experimentación. A comienzos de los años noventa, su trabajo volvió a salir a la luz. Lillian Bassman rondaba los ochenta años de edad y se redescubrió su obra. Fue entonces cuando regresó al laboratorio y se dedicó a imprimir y reinterpretar sus propios negativos que, por fortuna, uno de sus asistentes había guardado en bolsas de plástico y escondido en el que fue su estudio dónde permanecieron durante dos décadas. Lillian volvió al cuarto oscuro y a explorar con papel seda o ahumando la lente de la ampliadora durante la proyección. Utilizaba también diferentes ácidos con pinceles para aclarar zonas, dibujar y crear efectos pictóricos.

‘Yo estaba interesada en crear una visión que fuera más allá de lo que la cámara veía. Esta forma de tratar la fotografía venía de mi experiencia con el dibujo y la pintura’. Después de una exitosa exposición en Nueva York en 1993, le siguieron encargos de importantes firmas y revistas de moda. Toda su vida profesional estuvo impulsada por la experimentación y la búsqueda de un lenguaje único, cuestionando tanto las tendencias visuales del momento como las reglas tradicionales de la fotografía.

Energía y entusiasmo nunca le faltaron. Unos meses antes de su muerte, a sus noventa y cuatro años, Bassman seguía trabajando en sus imágenes a través del ordenador: ‘Aquí estoy, no es el laboratorio pero experimentar con el ordenador es también divertido’.

Lillian Bassman Pinceladas.
Comisaria: María Millán.
Loewe, Serrano, 26 Madrid.

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