Propiedad del Philadelphia Museum of Art, Prometeo encadenado, obra de Rubens y Snyders
Propiedad del Philadelphia Museum of Art, Prometeo encadenado, obra de Rubens y Snyders
Prometeo encadenado, obra de Rubens y Snyders, es propiedad del Philadelphia Museum of Art.

Formará parte de la exposición “Las Furias” en 2014

Procedente del Museè du Louvre-Lens, donde ha participado de una muestra temporal, desde el próximo lunes, 30 de septiembre, y hasta su instalación en la exposición “Las Furias” que se celebrará en el Museo del Prado a partir de enero de 2014, Prometeo encadenado de Rubens y Snyders permanecerá expuesto en la sala 28 del edificio Villanueva junto a otras grandes obras del maestro.

Prometeo encadenado del Philadelphia Museum of Art se mostrará flanqueado por dos cuadros de Rubens que pertenecen al Prado Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes y Filopómenes descubierto. Estas tres obras se relacionan en el contexto profesional del artista.

En una carta escrita en 1618 a un posible comprador, Rubens ofrecía “un cuadro de un Aquiles vestido de mujer hecho por mi mejor discípulo y todo retocado de mi mano, cuadro hermosísimo y lleno de muchas bellas muchachas”, refiriéndose a Aquiles descubierto por Ulises y Diomedes, y “un Prometeo encadenado al monte Cáucaso con un águila que devora su hígado. Original de mi mano. El águila pintada por Snyders”, en referencia al cuadro de Philadelphia. Rubens contrató a Snyders para que pintara los animales en sus cuadros y la primera de sus colaboraciones se dio en la obra Filopómenes descubierto.

Prometeo encadenado es uno de los excepcionales préstamos que participará de la exposición “Las Furias”, una muestra que analizará el nacimiento, la evolución y el ocaso de uno de los temas más importantes de la historia del arte europeo entre 1550 y 1700, la representación de personajes de la mitología clásica castigados eternamente por desafiar a los dioses. Según la mitología clásica, tras robar el fuego de los dioses y entregárselo a los hombres, Zeus castigó a Prometeo con una horrenda tortura: tras ser encadenado, un águila le devoraría eternamente las entrañas.

Artículo anteriorDentro y fuera. Las dos caras del Informalismo español en la Colección del Reina Sofía
Artículo siguienteMaría Magdalena, protagonista de una gran exposición en Getafe