Vaso Roto Ediciones presenta un ensayo que se lee como una novela. Michael Taylor parte de la tumultuosa vida del Delft hogar de Vermeer y explica el camino que lleva a la paz que reflejan sus cuadros.

Vermeer, el pintor de la luz y del silencio, retrató una edad de oro de Holanda que jamás conoció. Un país en guerra durante medio siglo contra Inglaterra y Francia; una ciudad, Delft, asolada por las plagas; un hogar familiar problemático y a menudo violento. ¿Cómo surge de ese tumulto la paz de las telas de Vermeer? Esa es la mentira que Michael Taylor desvela en este libro acercándose tanto a Vermeer como a su misteriosa contrafigura, el coleccionista Peter van Ruijven.

Si el creador utiliza el arte para transformar la realidad según el dictado de su propia utopía interior, cualquier creación artística plantea dos preguntas. ¿Cuál es esa utopía? ¿Cuál era esa realidad inicial que el artista necesitaba trascender, reedificar? Si bien la primera cuestión es aquella que ha ocupado tradicionalmente más espacio en los análisis sobre el acto creativo, la segunda cuestión no es menos importante para entender cabalmente el trabajo de los grandes creadores, y aún más tratándose de aquellos artistas con una vida tan enigmática como la de Vermeer.

«¿Qué debemos pedir a los artistas? ¿El retrato de un mundo terrible? ¿Hace falta sangre en la tela para que en ella haya realidad? Al escribir sobre Vermeer, Michael Taylor sigue la vía del retrato que atraviesa la historia del arte». Laurent Wolf

El autor: Michael Taylor
Es doctor en Literatura comparada y traductor de numerosos libros sobre arte. Especialista en pintura holandesa del siglo XVII, es autor también de Rembrandt’s Nose: Of Flesh and Spirit in the Master’s Portraits.

Ficha técnica
Título: La mentira de Vermeer
Autor: Michael Taylor
ISBN: 978-84-15168-25-6
Colección: Arte
Páginas: 243 páginas
Precio: 21,70 €

Artículo anteriorJoaquín Capa dona parte de su obra gráfica a la BNE
Artículo siguienteFlotats en «La verdad», de Florian Zelder

Los comentarios están cerrados.