El Museo Arqueológico Regional de la Comunidad incluirá en su colección un ara romana del siglo I localizada en el municipio de Fuente el Saz y donada por un particular. La pieza, dedicada a Silvano, divinidad protectora de los bosques, campos, vegetación y ganados, se integrará en la colección del museo, donde se procederá a su restauración y conservación.

El ara se descubrió en el municipio de Fuente el Saz en un entorno en el que no se han encontrado más restos arqueológicos que puedan justificar la ubicación de un yacimiento. Sin embargo, según los expertos que han estudiado la pieza, debe guardar relación con varios yacimientos de cronología romana localizados en el entorno. Se trataría de explotaciones agropecuarias de tipo villa, latifundios que incluirían campos de labor, almacenes e instalaciones industriales asociadas a la producción agrícola y residencia señorial, o bien de entidad menor, es decir, granjas o pequeñas haciendas.

El ara, dedicada a Silvano, deidad tradicional del panteón romano y divinidad protectora de los bosques, campos, vegetación y ganados, es de caliza dura, de color amarillento. La tradición indica que Silvano residiría en los bosques y campos, por lo que no debe resultar extraño que el ara se haya localizado aislada, en un paraje sin más evidencias arqueológicas y relativamente cerca de yacimientos considerados como explotaciones agropecuarias de época romana.

Esta ara será la primera pieza de estas características que entre a formar parte de la colección del Museo Arqueológico Regional, dado que las piezas epigráficas que custodia son todas ellas de carácter funerario. Por otra parte, hay que reseñar la rareza de aras dedicadas al dios Silvano en la península. Concretamente, en Madrid, se trata de la primera que se conoce.
Patrimonio protegido

La Ley 10/1998 de 9 de julio, de Patrimonio Histórico de la Comunidad determina, en su artículo 43, el procedimiento a seguir ante el descubrimiento de restos arqueológicos. El responsable del hallazgo debe comunicarlo a su ayuntamiento o a la consejería para su posterior depósito en el museo. La administración, por su parte, ha de fomentar la entrega de los bienes arqueológicos descubiertos de forma accidental.

En primer lugar, porque se trata de bienes de dominio público que deben ser accesibles al mayor número posible de ciudadanos para su disfrute, algo que solo se garantiza si están en manos de la administración. En segundo lugar, sólo es posible asegurar la integridad del bien si está depositado en una institución pública que vela por su estado de conservación, cuenta con los medios necesarios para su restauración y lo preserva junto con toda la información que puede aportar sobre el periodo histórico al que pertenece.

En este sentido, conocer la existencia del bien, su ubicación y su posible relación con otros bienes similares aporta información de gran valor sobre quienes lo diseñaron, fabricaron y utilizaron y, en definitiva, favorece el conocimiento de sociedades precedentes.

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