El pasado sábado 14 de abril se inauguró en la galería Cámara Oscura una exposición colectiva en el marco de la segunda edición del proyecto Jugada a 3 bandas impulsado por más de 16 galerías, comisarios y artistas en la ciudad de Madrid. Este año J3B pone el foco en Portugal, de ahí que la comisaria de esta muestra será del país luso y participen dos artistas de esa nacionalidad.

Los cuatro artistas seleccionados son constructores de historias que fluyen y transitan entre el feminismo y el paisaje, en muchas ocasiones desde estados de ánimo que hibridan la vigilia y lo nocturno, bordeando los límites de la enajenación y el inconsciente. Bajo el título Historias y deseos del que duerme, la exposición aborda el mundo de los sueños y de la variedad de identidad.

Cecilia de Val cuestiona la identidad individual por medio de la multiplicidad del “Yo”. Si pudiésemos imprimir todas las imágenes reflejadas en un único espejo durante una vida conseguiríamos un archivo interminable. Pero el espejo insiste en esconder aquello que muestra. Cecilia de Val hace justo lo contrario. Intenta mostrar en una única narración el desdoblamiento de su personaje en heterónimos. No somos nosotros. Pero tampoco dejamos de serlo.

Vida paralela
Y tampoco dejamos de ser nosotros mismos cuando soñamos. Las situaciones que creamos o ideamos durante el tiempo en que dormimos pertenecen al foro más íntimo posible. Nadie sueña los sueños de otro. En los sueños generamos una vida paralela a la que vivimos cuando somos conscientes. Reproducimos de forma sublime una realidad que nos resulta familiar pero que al mismo tiempo aparece revestida con trazos singulares, con vértigos. Johann Ryno de Wet objetiviza su inconsciente al fijar lo que queda de sus sueños en un soporte fotográfico.

En muchas ocasiones nos entran ganas de correr hacia un espejo y preguntarle, o mejor, preguntarnos: a fin de cuentas, ¿quiénes somos? Margarida Paiva va más allá y pregunta Who lives in my head? Y lo hace de una forma tan próxima, tan cercana, que casi nos lleva a la desesperación. Nos convertimos en obsesivo-compulsivos de nosotros mismos.

Si el diálogo que nuestro cuerpo establece con el espejo no resulta siempre prolífico, por falta de honestidad, no podremos decir lo mismo de la relación que se establece entre el cuerpo y el deseo. Represiones, perversiones y transgresiones van esculpiendo este último hasta que toma forma humana. El cuerpo es el templo sagrado del deseo. Ana Rito estimula al espectador al desvelar una realidad inacabada. El deseo vive de esa seducción mental. El cuerpo ya “es”. Todo lo demás es “ser”.

Historias y deseos del que duerme
Del 14 de abril al 2 de junio
Galería Cámara Oscura
Margarida Paiva, Ana Rito, Johann Ryno de Wet, Cecilia de Val
Proyecto comisariado por: Cláudia Camacho
c/ Alameda, 16, 1º B

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