Con motivo de la celebración del Hay Festival el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente presenta en su auditorio la instalación de la obra «Am Grunde der Moldau/ Drei Kaiser» (En el fondo del Río Moldau/Tres Emperadores) de Anselm Kiefer.

Resulta muy pertinente la presentación de la obra de Anselm Kiefer en Segovia, al tratarse de una obra plástica y a la vez profundamente literaria y filosófica. Aunque inspirada en la famosa batalla de Austerlitz de 1805 evocada por Bertold Brecht, podía también hoy evocar las guerras contemporáneas que asolan a la humanidad en distintas partes del planeta.

Anselm Kiefer ha sido descrito como el profeta de la desesperación del hombre. Ha cultivado la pintura, la escultura, la fotografía, el collage, el ensamblaje, instalaciones y acciones.

En el conjunto de su obra, de carácter expresionista incorpora variados materiales como alquitrán, plomo, ácidos, paja, yeso, barro, ceniza, flores, plantas, materiales de desecho, armamento etc, en aras de una expresión que bucea en la historia, en la condición y el destino humano, con la intención de enfrentarse a problemas universales para evitar el olvido y reparar las heridas.

Am Grunde der Moldau… (En el fondo del río Moldau…), con estas palabras comienza el verso de Bertold Brecht titulado Das Lied von der Moldau (La canción del Moldau), que versa sobre de las piedras que, sin entender de fronteras, vagan libremente por el fondo del río. En su recorrido por la República Checa, el río Moldau atraviesa la región de Moravia, donde se gestó la batalla de los Tres Emperadores (Drei Kaiser) o Batalla de Austerliz, en 1805.

La obra de Kiefer, uno de los creadores más importantes de nuestro tiempo, es una continua referencia a ciertos hechos históricos, culturales y geográficos que se solapan entre sí, a la vez que se entremezclan entre inspiraciones literarias y poéticas. Para tratar inquietudes universales, Kiefer alude constantemente a la historia, abordando temas como el pasado nazi de su país, una cuestión que asoma constantemente en sus obras de forma más o menos explícita. Kiefer nació en 1945, todavía activa la II Guerra Mundial, y creció siendo espectador de la desmembración sufrida en su país. La razón de ser de la obra de Kiefer, que nunca es complaciente, hay que buscarla en el rescate de la memoria histórica y la exploración de los fundamentos de la condición humana.

Bajo el estímulo literario, Am Grunde der Moldau, además de aludir a aquellos asuntos referentes a hechos históricos o a la ubicación geográfico-histórica, hace referencias a la ciencia y el destino. En este sentido, Kiefer recuerda al poeta futurista ruso Velimir Khlebnikov y su visión cíclica de la historia, que predijo que las catástrofes bélicas se producen cada 317 años.

En su memoria y en la de todas las batallas, Kiefer reproduce de forma recurrente buques o aviones de la II Guerra Mundial. En Am Grunde der Moldau la presencia de uno de esos barcos, monumental y melancólico, las enormes piedras que vagan por un fondo sin fronteras y la densidad y agitación de un mar intensamente azul oscuro conforman una escenografía que deja al espectador inexorablemente perturbado.
Marta García Fajardo
Directora de la Fundación María José Jove

Anselm Kiefer Nace en 1945, año de la caída del III Reich, en Donaueshingen (Baden-Württemberg, Alemania). Tras sus estudios de derecho y literatura, ingresa en la Academia de Bellas Artes de Karlsruhe (Baden-Württemberg), donde tiene lugar su primera exposición personal (Galerie im Kauserplatz, 1969). Prosigue su formación artística en la Kunstacademie de Düsseldorf (1970-1972), donde conoce a Joseph Beuys, quien influiría en su obra. Entre sus primeros trabajos destacan los happenings y las instalaciones en los que relata la identidad alemana de la posguerra.

En 1980, participa en la Bienale de Venecia (Italia) donde, junto a Georg Baselitz, representa el nuevo expresionismo alemán. Sus obras reflejan la historia y la cultura de su país, convirtiendo la memoria histórica en su principal leitmotiv. Se vale de fuentes heterogéneas: desde la mitología clásica hasta el pasado reciente de Alemania, incluyendo referencias a textos literarios (Celine) y sagrados (Kabbalah). El artista emplea soportes variados (entre ellos, la madera) para crear obras matéricas de gran tamaño, cuyas largas pinceladas nos conceden sentimientos siniestros y violentos. Representa una atmósfera de duelo y encierro a través del uso de materiales insólitos (hoja de plomo, ceniza, paja, arena…), conjugados con una paleta restringida, donde predominan el negro, el ocre, el azul y el granate. Kiefer utiliza el color de forma original, esculpiéndolo o pintando con transparencias. Apasionado por la literatura, sus trabajos incorporan fragmentos textuales bajo la forma de palabras, poemas o nombres, cuya  función consiste en recordar y denunciar.

A partir de los años noventa, su labor se centra en esculturas e instalaciones. Se inspira en la naturaleza para plasmar sus reflexiones acerca de la muerte, del tiempo y de la cosmogonía, sin desatender los temas de las épocas pretéritas. En 1994, abandona Alemania y se instala en Barjac (Gard, Francia), donde actualmente se mantiene activo.

Datos de interés:
Anselm Kiefer
Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente (Plazuela de las Bellas Artes, s/n. 40001 Segovia)
Fechas: Del 17 al 25 de septiembre de 2011

Imagen: Anselm Kiefer. Colección de Arte Fundación María José Jove. Am Grunde der Moldau / Drei Kaiser, 2007-2008. Pintura / Instalación. 190 x 330 x 5 cm (pintura). 360 x 60 x 80 cm (barco).

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