El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía necesita autonomía para poder mantener su oferta de servicios, ofrecer nuevas actividades y crecer como museo. Se trata de lograr una gestión más ágil y flexible de la institución manteniendo siempre el carácter público del Museo, si bien con algunas características que lo situarán, en aspectos concretos, en la órbita del derecho privado.

Buscar financiación es en estos momentos de gran importancia para el Reina Sofía, para lo cual la Ley reguladora del Museo  ayudaría enormemente a encontrar estos recursos. A pesar de los recortes que todos los museos están sufriendo, el director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel ha mantenido el ritmo de actividades y exposiciones previstas para este año. La clave de esta hazaña está en gastar menos, esto quiere decir coproducir.  Gran parte de las exposiciones que componen el calendario correspondiente a 2011 han sido coproducidas con otros museos o bien son itinerantes en otros centros de arte. Esto permite abaratar enormemente los costes y potencia al mismo tiempo la difusión de las ideas y artistas que se exponen en el Reina. El Centre Georges Pompidou y el Jeu de Paume de París, el MoMA de Nueva York, la Tate Modern de Londres, el Museo de Arte Contemporânea Serralves de Oporto, el Museo Gulbenkian de Lisboa, el Stedelijk Van Abbemuseum de Eindhovenn o la Vancouver Art Gallery (Canadá) son algunos de los centros con los que el Museo Reina Sofía ha desarrollado planes conjuntos para financiar o hacer viajar las exposiciones que se presentan en la segunda mitad del año.

El Consejo de Ministros aprobó el pasado 20 de mayo el proyecto de ley reguladora del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Con posterioridad, el 20 de junio, el Congreso dio luz verde a la Ley con la introducción de nueve enmiendas. El último trámite es la aprobación del texto por parte del Senado que se prevé se produzca en los próximos meses. La entrada en vigor de la nueva norma dotará a la institución de un nuevo marco jurídico que responde a las necesidades de funcionamiento y gestión propias de un centro de estas características, garantizando al mismo tiempo el máximo nivel de calidad exigible a un museo de titularidad pública estatal en la prestación de sus servicios culturales.

El museo ha adquirido obra por casi cinco millones  de euros, especialmente se han centrado las compras en completar las colecciones de los años 60 y 70, sin olvidar las Vanguardias históricas, las obras de artistas actuales y la obra latinoamericana. A lo largo de este período, 115 obras, correspondientes a 42 autores, han pasado a engrosar los fondos del Museo. Todas constituyen un material primordial para las colecciones y gran parte de ellas corresponden a artistas españoles: Elena Asins, Antoni Tàpies, Ibon Aramberri, Asier Mendizábal, Juan Luis Moraza, Cabello/Carceller, Nazario, Concha Jerez o Eugènia Balcells. Entre los extranjeros, cabe destacar a André Masson, Mathias Goeritz, Hans Haacke, Gordon Matta- Clark, Greco, Hélio Oiticica o Roberto Jacoby. El precio global de las obras asciende, aproximadamente, a 4.941.191 euros. En el capítulo de daciones hay que destacar la adquisición mediante este concepto de la obra de Joan Miró, “Gouachedessin” (1934) que, al margen de su inestimable valor al ser un tipo de obra que raramente sale al mercado, viene a reforzar el núcleo de piezas de la colección realizadas en torno a la Guerra Civil.

En los seis primeros meses de 2011, un total de 1.355.138 personas visitaron el Museo. Ello supone que se han registrado 300.000 visitas más que en el mismo período del año anterior. Prácticamente el número de visitantes españoles y extranjeros es el mismo y hay que subrayar que el 45% del total tienen entre 26 y 45 años. Para finalizar, señalar que continua la tendencia, muy acentuada en estos primeros meses del año, de crecimiento de las visitas de grupos.

El programa del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía para la segunda mitad de 2011 responden a distintas ideas: El replanteamiento de la práctica pictórica de la que fueron testigos los primeros años ochenta, ha sido a veces objeto de interpretaciones sesgadas y de un marcado carácter conservador. Con “René Daniëls. Una exposición es siempre parte de un todo mayor”, centrada en la obra de uno de los más exquisitos pintores que Europa produjo en los ochenta, el Museo Reina Sofía ha querido examinar cómo pintura y texto, color y estructura no sólo no son incompatibles, sino que se relacionan mutuamente. El análisis y estudio del arte español ocupa un lugar preferente dentro de la programación del Museo. Las muestras dedicadas a Soledad Sevilla y a Muntadas son buena prueba de ello. Una línea de fuerza que se mantiene es la atención al arte joven y la producción de obra nueva, uno de los ejes del programa Fisuras, dentro del cual se presentará el último proyecto realizado por el artista vienés Andreas Fogarasi, una de las nuevas promesas austriacas con mayor proyección.

La programación de 2011 incluye dos exposiciones de tesis: “Una luz dura, sin compasión. Movimiento de la Fotografía Obrera 1921-1939”, que se clausura el próximo 22 de agosto y “Locus Solus. Impresiones de Raymond Roussel”, que se centrará en la figura de este poeta, novelista y dramaturgo francés y su influencia en el arte. Finalmente, la que podríamos denominar “exposición estrella” de la próxima temporada es la retrospectiva dedicada a Alighiero e Boetti, uno de los artistas más importante vinculados al “arte povera”. A diferencia de otros personajes de su talla, a Boetti nunca se le ha dedicado una gran exposición que haga justicia a su obra. Esta será la primera ocasión para ver su trayectoria artística de un modo muy completo y en toda su complejidad.

En torno al mes de noviembre se presentará el tercer tramo de la Colección permanente, que cubrirá los años sesenta y ochenta: el período de la transición política y los primeros gobiernos democráticos en nuestro país; y del neoliberalismo y la primera globalización a nivel internacional. Si el inicio se sitúa en el período que antecede a Mayo del 68, el final vendría determinado por la caída del muro de Berlín, en 1989. Este es un periodo esencial para entender el mundo en el que vivimos. Gran parte de las transformaciones de la sociedad actual tienen sus orígenes en esta época. El minimalismo, el arte conceptual, las prácticas de campo expandido (la escultura que se abre al paisaje, el cine que se expone en los museos, etc.) son características de esos años. Asimismo, el arte latinoamericano va a tener una relevancia especial en esta presentación. Las salas dedicadas a este período acogerán obras de figuras como Bruce Nauman, Nancy Spero, Muntadas, Gordillo o Lygia Clark.

Con unos 2.200 metros cuadrados de superficie, este tramo de la Colección ocupará los dos espacios del edificio de Nouvel, que están siendo acondicionados para ello. Una parte muy sustancial de las obras es una novedad ya que se incluirán un número importante de recientes adquisiciones, donaciones y depósitos.

revistadearte.com

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1 COMENTARIO

  1. en manuel borja-villel, se verifican las palabras de ludwig wittgenstein en las que afirma que «ética y estética son una y la misma cosa». por eso, cercano al ámbito de lo indecible pero decible de manera sencilla, él apuesta y trabaja por un museo que no sólo sea un museo, sino un habitáculo del conocimiento, del pensar y del sentir por medio de múltiples símiles plásticos. ninguno es en sí y por sí suficiente, la unidad de la totalidad de exposiciones (que son maneras de interpretar el mundo) y de actividades varias, conducen más allá de lo que viene entendiéndose por «museo».
    por eso y precisamente por ello, el museo se extiende a la ciudad entera y se convierte en una nueva manera de vivir y actuar, de interpretar y de pensar el fuera y el dentro en cada uno de nosotros, de los «usuarios» expositores y aún de las personas cuya función es servir al museo.
    felicito sinceramente al sr. borja-villel, por su enorme tarea que le conducirá a un éxito bien trabajado y merecido, un éxito que con buena voluntad y altitud de miras, nos beneficiará a TODOS.
    a pesar de sus detractores -que son muchos y a veces muy cercanos a él mismo- le animo, le ruego que siga adelante sin desánimos y sin detenerse en la envidia con que este país se caracteriza a sí mismo, ¡desgraciadamente!
    elena asins

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