China ya no es un título más entre las monografías de las secciones de viajes y turismo de las librerías de grandes almacenes. Si hace casi tres décadas pasó a convertirse en destino turístico cuasi masificado para decenas de miles de occidentales, que descubrieron en el gigante geográfico un mundo de posibilidades de todo tipo, hoy es probablemente el mayor conjunto de interrogantes geoestratégicos al que se enfrenta cada ministerio de Asuntos Exteriores. Pero el mayor país del mundo constituye también una pléyade de oportunidades económicas en plena era de globalización, amén de reunir en su pasado hitos de todo tipo que el resto del planeta desconoce en buena parte. Superadas ya etapas de primitivas guías de viaje con breves reseñas históricas, dos profesores de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, el catedrático Luis Palacios Bañuelos y el experto en historia contemporánea Raúl Ramírez Ruiz, han publicado en la editorial Almuzara un voluminoso manual con el título “China. Historia, pensamiento, arte y cultura”, toda una apuesta académica para quien quiera acercarse al pasado –y por tanto al presente- de la nación sin la cual no puede entenderse Asia.

En una obra de metodología necesariamente cronológica, los autores proponen un recorrido por la singularidad de China como civilización. Entre sus mayores aportaciones se encuentra la revisión de lo que en Occidente se ha entendido como un aislamiento. Aunque historiográficamente esa lejanía fue interpretada con mucha frecuencia como estrategia obligatoria por motivos demográficos y económicos e incluso religiosos, Palacios y Ruiz no obvian el recuerdo de auténticas paradojas del contacto entre Oriente y Occidente. Seguramente, quienes sigan contemplando a China como último baluarte del comunismo deben tener presente que de allí provienen muchas invenciones que hicieron posible el desarrollo europeo y americano, como fueron la tecnología del papel, el dinero en forma del pagaré (base del capitalismo), o esos altos hornos que nuestro imaginario asocia con tanta facilidad a la Revolución Industrial… En realidad, China, ¿ha regresado al mundo? Quizá nunca lo abandonó, porque lo chino siempre estuvo muy presente en nuestras vidas. Esa es quizá la tesis de un libro sugestivo. Otra cosa es que sean ahora los chinos los que estén presentes en las ciudades, con sus comercios, sus productos. Que constituya un mercado amplísimo para toda multinacional que se precie.

Pero el volumen es claro: no podemos comprender los retos de la actual China, en el exterior ni en su interior, sin acudir a sus orígenes como civilización, como nación. Si el lector consigue superar un cierto eurocentrismo y penetrar en las bases de una mentalidad oriental, donde las medidas de los espacios, como los de la Gran Muralla o la Presa de las Tres Gargantas, o de los tiempos, como los de las dinastías, son distintas y distantes, quizá penetre en el alma de China. Una China que no es única ni uniforme, como recuerdan los autores en una última parte dedicada a Taiwán, Hong Kong o Macao. Sin olvidar, claro está, a esa China que extiende con una constante emigración de la que pueden sacarse no pocas conclusiones.

Andrés Merino Thomas

“China. Historia, pensamiento, arte y cultura”
Raúl Ramírez Ruiz y Luis Palacios Bañuelos

Córdoba, Almuzara, 445 pág.

ISBN: 978–84–92924–68–4

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