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Tejidos del Museo de Bordados de Corea en el Museo del Traje

Las labores milenarias, los diseños más populares y creativos coreanos.

Del 11 de noviembre de 2010 al 30 de enero de 2011

Exposición celebrada con motivo del 60º aniversario de las relaciones bilaterales Corea-España

El próximo jueves 11 de noviembre se inaugurará la exposición «Labores milenarias. Tejidos del Museo de Bordados de Corea» con la presencia del director del Museo de Bordados de Corea, Dong-Hwa Huh, y  del Agregado de Cultura y Prensa, Dr. Sung-Chul Suh. La exposición ha contado con el trabajo de la comisaria de la muestra  Eunsook Yang y del personal del Museo del Traje. La muestra ofrece una nutrida muestra de una de las más expresivas formas artísticas del acervo cultural coreano. Las labores textiles, que hunden sus raíces en tiempos prehistóricos, han adquirido en Corea con el paso de los siglos una importancia que supera con mucho, en cuanto a su carga simbólica y presencia en la vida cotidiana, a la que han poseído en nuestras sociedades occidentales.

Más de un centenar de piezas ejemplificarán esta importancia y pondrán de relieve la maestría técnica y la singular estética que caracterizan a los trabajos textiles coreanos, en su mayoría bordados.

Para comprender hasta qué punto la artesanía textil está presente en todos los ámbitos y en todos los momentos históricos de la cultura coreana, basta con echar un vistazo a la variedad de elementos que conforman la muestra: biombos, fundas para gafas, contenedores de cubiertos, de pinceles o de medicinas, colgantes, joyeros y costureros, calzado, bolsos y monederos, llaveros, alfileteros, prendas de vestir de todo tipo…; todo ello ornamentado de forma primorosa con sutiles bordados, llamados chasu en coreano, a través de los cuáles se ponen de manifiesto las concepciones filosóficas y estéticas del pensamiento coreano.

El arte del chasu, milenario como recita el título de la muestra, implica tradicionalmente a todo el conjunto de la sociedad coreana, si bien se puede distinguir, entre otras muchas clasificaciones, el bordado de raigambre popular, minsu, del bordado rico o kungsu, vinculado al entorno de la familia real. Tanto uno como otro representan a través de sus motivos un riquísimo universo simbólico que conjuga influencias ancestrales (chamanismo y religiones antiguas) con el poderoso ascendente chino y una no menos importante influencia del budismo. El resultado es una iconografía fuertemente codificada, mediante la cual cada objeto emite un mensaje que se adecúa a la función del mismo y al estatus del portador.

Esta rigidez de los contenidos, más acentuada en los bordados ricos, alcanzó su cenit durante el período Choson (1392-1910), a cuyo momento final pertenecen la práctica totalidad de las piezas de la muestra. La implantación del confucianismo como pensamiento regente de la vida coreana propició el desarrollo de una rígida legislación que afectó por supuesto a los bordados.

El sistema hyungbae (de emblemas oficiales) reguló estrictamente el uso de materiales y motivos para definir el estatus de los portadores a través de la ornamentación de sus vestidos. En la exposición podremos contemplar un vestido de funcionario decorado con el hyungbae propio de su categoría.

Pero al margen de la estricta rigidez de los cauces oficiales que dominaron la vida coreana durante toda su historia, es posible acercarse a conceptos más próximos al sentir popular y expresiones artísticas más propicias para dar rienda suelta a la libertad creativa. Esta vertiente de las labores textiles coreanas está ilustrada por la producción de pojagui o pañuelos de envolver, ampliamente representados en la exposición.

El pojagui es, en cierto modo, la materialización de la tradicional cultura agrícola coreana en su doble vertiente,lúdica y funcional. Se trata de pañuelos destinados a cubrir, guardar o transportar todo tipo de elementos, bien cotidianos, bien ceremoniales, que cumplen la misma función que los bolsos y bolsas occidentales pero con dos importantes diferencias. Por una parte son mucho más versátiles, pues su forma se adecúa a la del objeto al que se destina (de hecho la forma en que se debe doblar cada tipo de pojagui es un verdadero arte); y por otro lado son objeto de la máxima atención estética, puesto que gozan de una carga simbólica ausente en los contenedores occidentales: envolver algo en un pojagui significa preservar la buena fortuna en ese objeto. Por eso las madres obsequian a sus hijas, cuando se casan, con una buena cantidad de pojagui confeccionados por ellas mismas.

Así pues, alta cultura y cultura popular coinciden en una exposición que muestra todo el potencial creativo de las manufacturas textiles coreanas y que nos aproxima a un universo estético y simbólico tan interesante desde el plano intelectual como estimulante para los sentidos.

Datos de interés:

Próxima exposición temporal
(11 de noviembre de 2010 – 30 de enero de 2011)

Museo del Traje. CIPE
Avda. Juan de Herrera, 2
28040 Madrid

Transportes:

  • Metro: Moncloa (líneas 3 y 6) Línea 6 (Ciudad Universitaria), servicio de autobuses alternativo
  • Bus: Líneas 46, 82, 83, 132, 133, G
  • FICHA TÉCNICA
    Organiza:
    Museo de Bordados de Corea, APMAE (Asociación Promotora de Museos Asiáticos en España), Embajada de Corea y Museo del Traje. CIPE
    Comisaria: Eunsook Sylvia Yang, Ph. D