A propósito de la lluvia

El biólogo español Ramón Turró sostuvo ya en 1918 que el hambre, la necesidad de alimentarse, fue la causa del desarrollo de la inteligencia humana. Mirando las escenas que Manuel Terán pinta en los días de lluvia, se podría pensar que la lluvia, la necesidad de refugiarse de ella, fue la causa del desarrollo de la intimidad humana.

Donde un ciudadano de a pie ve un engorro que le estropea el día, Terán ve la belleza de la lluvia. Para otros, la lluvia es una cortina gris; para Terán son finos trazos de luz que caen del cielo.
No se trata aquí de poetizar la pintura sino de llamar la atención sobre un fenómeno común a la obra de arte: aquella capacidad del pintor de ver lo que los individuos comunes no vemos. y de fijarlo como un instante detenido para que el otro pueda penetrar en esa intuición profunda.

Esta mirada de Terán sobre la ciudad bajo la lluvia rescata la belleza del mundo percibido. Crea una belleza particular a partir de ese mundo. Enseña a mirar lo que vemos diariamente con los ojos de la rutina cotidiana. El artista ha dicho recientemente:

«Lo que me interesa en estos temas es la especie de detención del tiempo,  la pausa, la ralentización de la realidad en torno a estos transeúntes que  por iniciativa propia, y sin saberlo, se han puesto a posar para mi, de  transición, o detenimiento bajo la excusa de la lluvia..»

Algunos cuadros dejan de lado al personaje y se transforman en  bodegones casuales y callejeros. En estos últimos el protagonista es el  paraguas roto, abandonado en plena acera o calle y queda como testigo  de la escena que no pudimos ver:  el paraguas volando por los aires,  arrebatado por el viento de las manos de la mujer que sale del metro y  tantas otras.

El paraguas caído es al mismo tiempo otra cosa: la evocación de un momento pasado, del que no ha habido testigos, pero que se puede reconstruir mediante la imaginación. El artista pinta lo que sucede, como también lo que pudo haber sucedido, sólo que esto último, sólo indirectamente.

Un segundo nivel de lectura se encuentra en los objetos y personajes mismos que Terán incluye en su campo visual.
Los paraguas abandonados son objetos de meditación metafísica como antes lo fueron los botes de Coca-Cola de Andy Warhol. Esos paraguas son metáforas de las personas que los llevan (se ven varias y especialmente, jóvenes y mujeres), pero también de la fragilidad de la condición humana.

Ver estas escenas y paraguas abandonados y recordar aquella canción parisina por excelencia de Georges Brassens, Le Parapluie, es todo uno y evidencian por sí mismos la autenticidad del París de Terán.

Estas imágenes de lluvia y de paseantes de los puentes de París o las aceras de Madrid no son parte de un decorado teatral sino la sustancia misma con la que se crean las obras de teatro o los paisajes urbanos.

Esta secuencia de obras pluviales es además una extraordinaria oportunidad de apreciar la variedad de la paleta de Terán, como de los recursos para crear climas y estados de ánimo, a partir de la perspectiva, el color y el punto de vista.

Martín F. Yriart

Datos de interés:

Exposición : “A propósito de la Lluvia”
Manuel Terán
Fechas: Del 11 de octubre al 14 de noviembre  de 2010
Galería Juan de Juanes
Dirección: C/ Antonio Galdó Chápuli, 15   (03001 Alicante- España)
Teléfono: 965 205 122  y  619 211 156
e-mail: galeriajuandejuanes@gmail.com
Horario: De lunes a viernes: de 11 a 14h y de 18 a 21h. Sábados: cita previa

Catálogo digital:
http://www.manuelteran.net/flash/catalogo_tizas_2010/catalogue.swf
Webs autor: www.manuelteran.net
www.retratocapital.net
www.terminal-5.org

Artículo anteriorEspazos Sonoros. Doce canciones gallegas
Artículo siguienteReciclaje: La vieja historia de una palabra joven