La Real Federación Española de Fútbol se alía con el arte contemporáneo para traducir en imágenes los valores fundamentales del deporte y de la selección española. Los artistas encargados para esta labor plástica han sido Rafael Armengol, Ouka Leele y Jarr, tres grandes nombres de la creación contemporánea que representan con su trayectoria y su obra el engranaje organizativo del mundo del fútbol que representa a nuestra nación a nivel internacional.

El acto inaugural cuenta con la presencia de su Alteza Real El Príncipe de Asturias, lo que ha motivado la edición de una exclusiva carpeta litográfica de una tirada de 160 unidades, en la que los tres autores unen su arte a la filosofía deportiva y a la historia del fútbol de nuestro país.

La carpeta conmemora la riqueza de la cultura a través del arte y el deporte, dos fenómenos aliados desde los orígenes de la civilización occidental y que de nuevo se dan la mano a través del Fútbol como protagonista del gran movimiento social que estimula la sana competición, la superación, la deportividad y el sentido de equipo.

Jarr, uno de los jóvenes artistas españoles con mayor proyección internacional, presenta su obra «Admirando el valor el impulso de la Cantera»  una iconografía que actualiza los códigos del Pop con su especial ironía e inocencia. La ilusión y la tenacidad son cualidades que comparten los nuevos valores del fútbol con los genios del arte emergente.

Otro nombre propio de la cultura visual en España es Ouka Leele cuya obra Perla en el fondo simboliza a nuestra Selección. Su éxito basado en el trabajo constante y en el análisis de las diversas posibilidades expresivas de la imagen, desde la fotografía a la ilustración, es punto de analogía entre el esfuerzo deportivo y el mundo de la creación.

Y desde las páginas de la historia del arte contemporáneo, el maestro Rafael Armengol, padre del nuevo realismo crítico y de la modernidad, está presente en esta carpeta, representando a la Institución con su obra La fuerza de La Roja. La fusión de una técnica pictórica impecable y los recursos del Op art y el arte cinético persisten en esta obra, en la que la esencialidad de lo clásico manifiesta la consistencia del deporte rey como valor cultural.

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