Dalí y la magia de la ilustración

El espacio artístico del Ecoparque de Trasmiera en Arnuero, Cantabria, presenta Dalí y la magia de la ilustración,  una visión distinta al artista universal. La muestra se puede visitar hasta el 9 de septiembre.

En esta muestra el visitante tendrá la ocasión de adentrarse en el particular mundo de Dalí, en su faceta como ilustrador de la mano de la comisaria Marisa Oropesa. Obras cargadas de imágenes oníricas donde se comprueba la exaltación dedel arte de lo irracional dentro del surrealismo, de la gran importancia del subconsciente, de las imágenes y pensamientos reprimidos y especialmente de los sueños.

De nuevo, el consolidado proyecto expositivo en el Observatorio del Arte, organizado por el Ayuntamiento de Arnuero, vuelve la mirada hacia uno de los referentes artísticos del pasado siglo XX. Se trata de un selectivo y significado recorrido por obras del artista catalán, conformando una de las citas más importantes de esta temporada en el Ecoparque de Trasmiera.

Según Marisa Oropesa « este artista demostró a través de sus obras un afán de superar y transgredir la razón occidental, a través de la liberación de las energías reprimidas del inconsciente, entendiendo la pintura como una forma de soñar, parando esos sueños en instantes pictóricos eternos para que los demás disfrutasen de ellos ».

En la década de los treinta del siglo pasado, el poeta francés André  Breton definía el surrealismo como una reflexión sobre la crisis del objeto. El examen atento de las numerosas especulaciones sobre los objetos oníricos, los de funcionamiento simbólico, los reales y los virtuales, los móviles y los mudos, los fantasmas, los objetos encontrados.

El surrealismo se inició unos años antes, con el Manifiesto Surrealista publicado por Breton en 1924. Un movimiento de ámbito europeo, que rápidamente se convirtió en una fuente de creación en todos los campos culturales, la literatura, la pintura, la escultura, la fotografía, la música, el cine e incluso fue más allá configurando la forma de vida de sus seguidores y creadores.

El nacimiento del surrealismo no fue espontáneo, sino más bien una consecuencia de la crisis que afectaba a la mayoría de las sociedades occidentales a principios del siglo XX. Los dadaístas, precursores inmediatos de los surrealistas, reflejaban tanto en el arte como en la literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental. Confiaban en lo accidental, en el azar como algo equivalente a fiarse del subconsciente. Esta particularidad transgresora, de hecho, ya se había producido en el mundo del arte en artistas tan lejanos en el tiempo como El Bosco, que vivió en el siglo XV y principios del XVI. Este artista holandés, satirizaba el mundo de su época con un agudo sentido crítico, por medio de desenfrenadas visiones oníricas repletas de seres monstruosos. Ejemplos de lo anteriormente dicho, lo encontramos en obras suyas tan famosas como el Jardín de las Delicias y el Juicio Final.

Pero la explotación sistemática de los sueños y las imágenes involuntarias en la literatura y en el arte no empieza realmente hasta el encuentro del escritor Breton con los jóvenes dadaístas y el posterior descubrimiento de las obras de Freud. Los surrealistas al igual que los dadaístas enfatizaban el papel de inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaban de una manera mucho más ordenada y seria.

Entre los múltiples artistas que se acercaron al mundo surrealista, Salvador Dalí, se convirtió en uno de los máximos exponentes del movimiento. Durantes los diez años que mantuvo intenso contacto con los surrealistas, Salvador Dalí convirtió como ningún otro surrealista el absurdo y la locura como principios esenciales de su arte llegando incluso a crear un termino que definía la esencia de su arte “paranoico critico”.

Su factura era tan precisa que el propio artista se refería a alguno de sus cuadros como “fotografías pintadas a mano”. Creó su propio mundo, miniaturizado, poblado de células vivas, de asnos podridos, de falos que vuelan, de un mundo que levita entre la arena de la playa y el cielo, un mundo hecho de monstruos y sueños que le llevaron a una gran creatividad artística. En esta exposición, tendremos la oportunidad de adentrarnos en su particular mundo, cargado de imágenes oníricas gracias a su faceta como ilustrador. Es precisamente a partir de los años treinta cuando en la obra de Dalí empiezan a tomar importancia las ilustraciones. El surrealismo suponía la exaltación del arte de lo irracional, de la importancia del subconsciente, de los sentimientos e imágenes reprimidos y en especial de los sueños.

Definiendo así el surrealismo es normal que en nuestras mentes aparezca Dalí como uno de los mayores representantes de este movimiento. Salvador Dalí convirtió como ningún otro surrealista el absurdo y la locura como principios esenciales de su arte llegando incluso a crear un termino que definía la esencia de su arte “paranoico critico”.

A través de estas obras, el Ayuntamiento de Arnuero intenta acercarnos a la genialidad de Dalí de una manera distinta a la que estamos acostumbrados a verlo. Los espectadores podrán así conocer una faceta del maestro casi inédita, la de ilustrador el próximo sábado 8 de Agosto a las 21:00 horas, acompañados por la inestimable colaboración del artista cántabro Eloy Velázquez. Todo se desarrollará en una velada que se incluye la actuación del Grupo de Teatro Amores Plutónicos con la obra La Terapia, escenario de un drama personal, una ruptura de pareja.

Datos de interés:
Lugar: Observatorio del Arte.
Exposición: Del 8 de Agosto al 9 de Septiembre.
Horario: De martes a domingo de 10:00 á 14:00 y de 17:00 á 20:00 horas.

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